NEGOCIOS
Mars, Philip Morris y otras multinacionales que siguen cerrando plantas en Colombia
Philip Morris y Mars se unen a otras grandes que decidieron cerrar sus plantas y quedarse como importadores. Otras firmas definitivamente se fueron.
No paran los anuncios de grandes compañías que deciden cerrar total o parcialmente sus operaciones industriales en Colombia. Ahora el turno fue para Mars, que decidió cerrar su planta en Malambo (Atlántico), donde producía comida para mascota de las marcas Pedigree y Whiskas. La decisión, según las propia compañía, se explica por la caída del mercado venezolano.
Este no ha sido el único anuncio en las últimas semanas. La estadounidense Philip Morris, propietaria en Colombia de Coltabaco, cerró sus operaciones productivas en sus plantas de Medellín y Barranquilla y por eso dejará de comprarles a cultivadores nacionales de tabaco a partir de 2020.
Todo esto muestra que no se trata de casos aislados. Otras firmas globales tomaron la decisión de terminar con su actividad industrial y solo quedarse como importadores, así como a aquellas que definitivamente empacaron maletas y se fueron del país, por varios factores.
Quizás la partida más reciente, antes de la de Philip Morris, fue la de marca estadounidense de donas Krispy Kreme, que funcionaba bajo la empresa Industria de Restaurantes Casuales, firma que pertenece al Grupo Nutresa en Colombia. En diciembre del año pasado informó de su retiro del mercado nacional cerrando sus 9 puntos de venta.
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Krispy Kreme estuvo 4 años en el mercado nacional y todo parece indicar que la fuerte presencia de Dunkin Donuts (que vende alrededor de $70.000 millones al año) en el país no le permitió crecer como tenía estimado, aun cuando en 2015 la empresas había anunciado que había alcanzado la suma de 1,5 millones de donas vendidas en Colombia.
Dos años atrás, en 2016, dos marcas de ropa estadounidense que habían sido muy esperadas en Colombia: Banana Republic y GAP, también decidieron partir. La primera llegó con 5.000 referencias de ropa en diciembre de 2012 a un local de 500 metros cuadrados en el centro comercial El Tesoro en Medellín, la segunda, GAP, abrió locales en Bogotá, Medellín y Bucaramanga.
En su caso, las afectó la volatilidad del dólar, pues apuestan por un concepto de moda de bajo costo, con la que no pudieron cumplir en Colombia. Además otras marcas internacionales les cogieron ventaja en el mercado local, tales como Forever 21 y Zara (en ese momento no había llegado H&M), a lo que se suma una fuerte competencia de las marcas locales.
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En 2015, la salida más notoria estuvo por cuenta de la multinacional estadounidense Mondelez, fabricante en el país de las marcas Chiclets Adams, Trident, Sparkies, Certs y Bubbaloo. Cerró su planta de producción en Cali, despidió a 480 empleados y se quedó como comercializadora. En el caso de Philip Morris, la empresa asegura que 250 trabajadores de la factoría quedarán cesantes, pero según la Escuela Nacional Sindical, son 800 empleados directos los afectados, así como 12.000 familias campesinas que en Colombia viven del cultivo del tabaco.
Entre 2013 y 2015 también se fue del país el grupo francés Icollantas-Michelin, el cual terminó su actividad industrial en Chusacá (Cundinamarca) y en Cali. Las dos plantas daban empleo a 460 trabajadores. La compañía anunció que atendería el mercado colombiano desde el exterior, importando los neumáticos.
Igualmente, la farmacéutica Bayer decidió trasladar a México y Guatemala la operación de la fábrica que tenía en Cali, donde se elaboraban los tradicionales medicamentos Aspirina, Alka-Seltzer y cremas Canesten, que ahora se importan. Con este cierre se afectaron unas 100 personas. Cabe decir que Bayer mantiene su planta en Soledad (Atlántico) dedicada a productos fitosanitarios.
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A finales de 2014, la mala noticia llegó por cuenta de la Compañía Colombiana Automotriz (CCA) que cerró su planta en Bogotá, donde ensamblaban los vehículos Mazda. Quedaron cesantes 500 personas mientras la empresa anunció que seguiría abasteciendo el mercado desde México.
El contrabando y el cambio en las reglas de juego, a través de sucesivas reformas tributarias, han sido las principales razones detrás de la decisión de abandonar el país.
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