SECTOR PRIVADO

Así se vuelve a levantar un negocio afectado por los vándalos

Fish Place, restaurante de la firma Ancla & Viento, aún se está recuperando de los disturbios del 31 de octubre y se prepara para abrir sus puertas, como lo hace de forma habitual, el 21 de noviembre.

19 de noviembre de 2019
Las pérdidas por los disturbios del pasado 31 de octubre sumaron $50 millones en este restaurante. | Foto: Fish Place

El pasado el jueves 31 de octubre a las 7 de la noche el Centro Comercial los Héroes, al norte de Bogotá, fue víctima de los vándalos que se infiltraron en la llamada marcha de las máscaras, en la que estudiantes disfrazados protestaban contra la corrupción, la violencia, el Esmad y hasta la pesca de tiburones.

La manifestación empezó de manera pacífica pero de un momento a otro se tornó violenta y las víctimas terminaron siendo los comerciantes que ocupan varios locales de este centro comercial. El más afectado fue el restaurante Fish Place, que pertenece a la empresa Ancla & Viento, y en donde los disturbios provocaron heridas a dos guardas de seguridad –que incluso estuvieron hospitalizados- y daños materiales que alcanzaron los $50 millones.

Juan Vélez, gerente de Ancla & Viento, explica que fue gracias a los vigilantes que pudieron evitar que saquearan el negocio, cuyas paredes son todas en vidrio y al quedar rotas estaban totalmente expuestas. Afortunadamente, a la hora del ataque el restaurante estaba cerrado, pues solo sirve almuerzos. Esto evitó que se presentaran afectaciones a los empleados o los clientes que frecuentan el establecimiento.

Una vez terminados los disturbios, tanto los propietarios de la empresa, como los empleados pasaron la noche recogiendo los destrozos ocasionados y cuidando el lugar, con el convencimiento de volver a abrir sus puertas al día siguiente.

“Teníamos que volver a trabajar normalmente para mostrar que el mundo no se había acabado, que hay que seguir adelante y que nuestros 20 colaboradores del restaurante se sintieran tranquilos con respecto a la continuidad de su trabajo”, comenta Vélez, al tiempo que agradece a sus clientes, quienes al día siguiente no solo llegaron al restaurante, sino que se tomaron fotos y las publicaron en sus redes sociales manifestándoles su apoyo y rechazando este tipo de actos.

Con respecto al pago de las pérdidas que sufrieron por los desmanes provocados por los vándalos, la empresa tramita actualmente los reclamos respectivos ante las aseguradoras. Sin embargo, se preguntan por qué ninguna autoridad distrital, ni nacional se ha comunicado con ellos para ver cómo les ayudan o les compensan parte de los daños, de los que no son responsables.

De todas maneras la empresa ya interpuso una denuncia ante Fiscalía General de la Nación, al tiempo que solicitó protección policiaca para las marchas que se llevarán a cabo el 21 de noviembre. Sin embargo, sus directivos recibieron respuesta negativa del CAI del Virrey, que es el que les corresponde a su cuadrante.

Su plan, pese a los temores de muchos sectores, es abrir el restaurante del 21 de noviembre y continuar haciendo empresa, pues llevan más de 20 años en el mercado y actualmente emplean a 400 personas.

Ancla & Viento comenzó como una comercializadora de pescados importados y ahora no solo realiza esa actividad, sino que también produce en el país y exporta. Además vende otro tipo de productos como carnes o cervezas importadas.

La firma tiene operaciones en una zona compleja en materia de orden público, como lo es el municipio de Tumaco, en el departamento de Nariño, pero allí nunca han tenido problemas como los que sí registraron hace unas semanas en Bogotá.

“Respetamos las exigencias de los manifestantes y el derecho que tienen a protestar, pero hacemos una invitación para que estas acciones se den en calma, pues emprendimientos privados como el nuestro no pueden verse afectados por estas situaciones”, dice Vélez y agrega que su motivación no solo es hacer negocios, sino construir país y lo hacen con sus clientes y con comunidades vulnerables desde San Andrés hasta el Pacífico colombiano.