CONSTRUCCIÓN
Amarilo cierra 2018 con crecimiento de 7% en ventas
La inauguración de su nuevo edificio en el norte de Bogotá y la entrega de las primeras obras de urbanismo en el complejo urbanístico Alameda del Río en Barranquilla marcaron el cierre del año para la compañía Amarilo que, según su presidente, Roberto Moreno, espera cerrar 2018 con un crecimiento en ventas de 7% este año.
Ambos eventos muestran el proceso de consolidación de una de las más importantes compañías constructoras del país que ya está vendiendo al año más de $1 billón.
En Alameda del Río, un complejo urbanístico en el que serán construidas unas 22.000 viviendas en cerca de 183 hectáreas, Amarilo está trabajando junto con otras constructoras como Bolívar, Colpatria, Prodesa y Conaco.
Lo que ocurrió a finales de noviembre fue la entrega de las primeras obras de urbanismo y el anuncio del compromiso para la construcción del intercambiador de la carrera 43, una obra a cargo totalmente del sector privado y que tendrá un costo cercano a los $25.000 millones.
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De ese proyecto, este año serán entregadas 800 viviendas, mientras que en 2019 serán entregadas 4.300.
Para Moreno, la importancia de este proyecto es que ha sido desarrollado bajo el principio de “una ciudad dentro de la ciudad”. Allí se han vendido viviendas VIP, VIS y no VIS, lo que ayuda, según el empresario a consolidar un proceso de inclusión en torno del desarrollo urbanístico.
Amarilo también está a cargo de la construcción de la sede de la Selección de Fútbol de Colombia, un proyecto que vale cerca de $43.000 millones que debería quedar finalizado en agosto del próximo año.
El empresario dice que su compañía ha venido teniendo una gran dinámica en los últimos años, a pesar de que el sector ha enfrentado una desaceleración importante. Según Moreno, la dinámica de Amarilo se explica porque diversificó su portafolio. “Estamos construyendo vivienda desde VIP, VIS hasta estrato 6, bodegas, oficinas y comercio”, comentó.
A esto se le suma que también diversificaron geográficamente su portafolio, pues actualmente se encuentran con frentes de obra en 15 ciudades del país.
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Otro de los proyectos grandes en los que participa la compañía es el de Lagos de Torca, en Bogotá, donde Amarilo tiene el desarrollo de dos planes parciales. Este proyecto permite a los constructores hacerse a derechos de construcción, aportando recursos para la realización de las obras de urbanismo e infraestructura como acueductos y vías.
Para ello se creó un fideicomiso en el que hoy ya hay consignados $502.000 millones entre aportes directos y garantías por parte del sector financiero. Se espera iniciar ventas en agosto del próximo año.
Acerca del sector, Moreno espera que el próximo año se dé una mayor recuperación y que su compañía siga creciendo en ventas. Destacó el papel de los programas oficiales como “Mi casa ya” para mantener el ritmo en la construcción de vivienda y se mostró optimista por los mensajes del nuevo gobierno en el sentido de que garantizará la continuidad de estas estrategias.
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El sector de la construcción ha tenido años desafiantes y es probable que en 2019 tenga la posibilidad de iniciar un ciclo de recuperación más acelerado. El caso de Amarilo muestra que con la diversificación y una estrategia agresiva de administración se pueden dar muy buenos resultados.