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Claudia Bejarano Presidente del Cerrejón. Tras perder $368.000 millones en el primer semestre, el Cerrejón planea seguir con su plan de competitividad. | Foto: Archivo particular

MINERÍA

Huelga y precios bajos, los desafíos de Cerrejón

Con menores precios del mineral, una demanda a la baja y la huelga más larga de su historia, Cerrejón sigue en ajuste y convencida de que aún quedan muchos años de producción.

29 de octubre de 2020

Entre enero y agosto las exportaciones de carbón del país cayeron 20,1%, lo que las convirtió, junto con las petroleras, en los principales responsables de las menores ventas externas colombianas.

Esta situación tiene encendidas las alarmas, pues la industria mineroenergética es la gran generadora de divisas del país. En especial al carbón lo amenazan los compromisos por combatir el cambio climático, lo que ya se siente en mercados como el europeo, donde cada vez lo usan menos.

Esto impacta con fuerza a las multinacionales que explotan este recurso en el país, que les venden sobre todo a los europeos. Ellas cerraron el año pasado con una caída de sus ingresos, que continuó en 2020 por la pandemia. Cerrejón tiene además un conflicto con sus empleados, que al cierre de esta edición completaban 58 días de huelga.

Claudia Bejarano, la primera presidente de esta compañía, explica que, por la coyuntura del mercado del carbón, iniciaron este año con el plan de producir 26 millones de toneladas, luego de producir 30 millones en 2018. Sin embargo, llegó la pandemia y tuvieron que detener sus operaciones por 42 días. “Eso implicó dejar de producir unas 3 millones de toneladas, pues no todos pudieron volver. Comenzamos con 40% de la mina y lo máximo autorizado es 80%. A esto se sumó la época de invierno, que le pega duro a la actividad minera, y luego el inicio de la huelga, que ya es la más larga en la historia de la empresa”, explica la ejecutiva.

En los 40 años que llevan de negociaciones colectivas, la huelga más prolongada había sido la de 2003, que tardó 32 días.

El impacto de la actual aún es difícil de medir, pero claramente habrá dificultades para cumplir la nueva meta establecida para 2020, de 20 millones de toneladas.

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El turno de la discordia

El desacuerdo en la convención colectiva disparó la huelga. El acuerdo venció en diciembre de 2019 y en enero iniciaron un nuevo proceso de negociación, pero se atravesó la pandemia, así que prorrogaron la anterior hasta mitad de año.

El 31 de agosto comenzó la huelga con un ingrediente adicional relacionado con un nuevo turno de trabajo que quiere establecer la empresa, como parte de su plan de transformación para sobrevivir. Bejarano explica que es un turno que usan las otras compañías del sector y que decidieron anunciarlo en estos momentos como parte de su política de transparencia.

Sintracarbón, sindicato que lidera la huelga, acepta que el tema del turno no forma parte de la convención colectiva. Pero les preocupa porque en su concepto elimina 25% de los trabajadores y afecta la vida y la salud de los empleados. Dicen que la compañía solo garantizaría el traslado diario de los que viven a una hora de la mina y 3.000 de los 5.100 trabajadores del Cerrejón están distribuidos en los 15 municipios de La Guajira, incluso en Valledupar y La Paz (Cesar). “Para ellos la empresa ofrece un alojamiento temporal apenas por un año y estos trabajadores, que iban todos los días a su casa, tendrían que venirse a vivir cerca del trabajo”, dice Marlon Gómez, uno de los negociadores de Sintracarbón. Agrega que habría menos trabajadores por los horarios más largos, que pasarían de 180 horas mensuales a 240.

Bejarano asegura que el nuevo turno cumple todos los estándares laborales del Ministerio de Trabajo y es necesario para recuperar la competitividad. Aclara que no pueden tener la misma cantidad de empleados cuando se sabe que van producir menos. Esto no solo obedece a los menores precios internacionales del carbón sino también a fallos judiciales.

En este aspecto se refiere a dos fallos en particular. Uno tiene que ver con el desvío del arroyo Bruno, entutelado en 2017, lo que ha impedido extraer mineral en la zona. El segundo fallo tiene que ver con una tutela que establece límites de control de polvo por encima de la ley colombiana.

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Bejarano explica que para cumplir esos límites no podrían estar abiertas ni las grandes ciudades y que, en una zona desértica como La Guajira es aún más complicado. La compañía presentó una solicitud parcial de nulidad y aún no les han notificado el resultado. “Si debemos cumplir esos límites eso implicaría suspender 5 kilómetros de la mina, lo que afecta 40% de la producción, es decir, unos 10 millones de toneladas”, precisa.

Paralelamente, como muchas de las empresas del sector mineroenergético, en el Cerrejón vienen desarrollado procesos de diálogo social abierto y de doble vía con las comunidades. Tienen más de 400 consultas previas en proceso y hace tres semanas las reiniciaron. “Este diálogo con las comunidades va a generar más confianza y va a ser fundamental para garantizar la convivencia armónica en el territorio. Lo vemos como una oportunidad”, reitera la directiva.

La empresa y el sindicato tienen claro que el carbón tiene un futuro complicado y coinciden en la necesidad de recortar gastos.

La empresa y el sindicato tienen claro que el carbón tiene un futuro complicado y coinciden en la necesidad de recortar gastos.

¿Qué viene?

En el frente de la huelga, si esta llega al día 60, la Ley establece dos etapas: 3 días de negociaciones directas y, si no hay acuerdo, intervendrá una subcomisión de la Comisión de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, la cual tiene 5 días para buscar un consenso entre las partes. En caso de no lograrlo, se debe solicitar un tribunal de arbitramento y una vez convocado se debe levantar la huelga.

El sindicato no está muy a favor del tribunal de arbitramiento y señala que el costo laboral no es el mayor para la empresa, pues equivale a 10% de los ingresos. Así que considera que para hacerle frente a la crisis actual podrían hacer ahorros en otros rubros más onerosos.

Bejarano insiste en que la empresa debe transformarse para sobrevivir. Dice que, por ejemplo, para llegar a otros mercados como los asiáticos, en donde la demanda por carbón permanece alta, tendrán que reducir otros costos para compensar el mayor costo del flete.

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Pese a todo, es optimista y señala que la empresa tiene mucho espacio para exportar y crecer, dado que sigue con sus contratos mineros y tiene licencia para explotar el mineral en el país hasta febrero de 2034. Además, sus accionistas están comprometidos con sacarla adelante.

Encontrar la manera de producir de una forma más sostenible y con rentabilidad permitirá progresar al Cerrejón, a sus empleados, a La Guajira y al país.

La primera

En 1984, la administradora de empresas barranquillera Claudia Bejarano entró como estudiante en práctica al Cerrejón. Han pasado 36 años y ahora preside la empresa y es la única mujer en Colombia al frente de una minera en operación. Poco a poco escaló posiciones y durante 12 años ejerció la vicepresidencia financiera. También tuvo la oportunidad de reemplazar al presidente de forma temporal, primero en 2018 y luego durante 7 meses este año. En junio la ratificaron en el cargo. “Es una gran responsabilidad y la oportunidad de demostrar que las mujeres sí podemos llegar a estos puestos, no por nuetra condición de mujeres, sino por nuestras capacidades”, asegura.