Enfoque
Claudia Quintero: una lucha por las mujeres y la abolición de la prostitución
En el día internacional contra la explotación sexual y trata de mujeres, niños y niñas, la mujer CAFAM 2022 habla sobre su trayectoria en SEMANA.
Claudia Quintero, la reconocida activista, fue galardonada recientemente como la Mujer Cafam 2022, el principal reconocimiento en el país por obras, acciones y programas en pro de las mujeres, del cual fue merecedora en razón de su activismo, gestión y carisma, ha logrado impactar la vida de decenas de mujeres.
A sus cuarenta años, Claudia ha logrado consolidarse como un voz líder a nivel nacional en la lucha contra la trata de personas, ha sido gestora de proyectos sociales y territoriales desde un enfoque diferencial de género, actualmente estudia la carrera de psicología y asegura ver su carrera como una oportunidad para crear un modelo de atención para mujeres victimas de estos delitos.
Su experiencia como mujer victima del conflicto armado, sobreviviente de la trata de personas y diferentes violencias que aquejan dentro de la deuda histórica que hay para con las mujeres, la ha impulsado a liderar distintos procesos frente a la abolición de la prostitución y la justicia para esta población.
En el mundo, la trata de personas es un delito que mueve aproximadamente 32.000 millones de dólares al año, convirtiéndose en el tercer acto delictivo más lucrativo, luego del narcotráfico y venta de armas.
Tendencias
Para octubre del 2021, en Colombia se habían identificado al menos 123 casos de explotación sexual, en su mayoría de mujeres y casi un tercio menores de edad, así lo informó la Policía de la nación para la fecha.
SEMANA: ¿Cómo nace la Fundación Empodérame?
C.Q: Yo empecé a luchar con otras mujeres hace años, primero estuve en otra en otra organización y siempre fue pensando como desde mi condición o mi situación de víctima del conflicto armado podía tener una voz, podía discutir temas de las políticas públicas que nos afectaban, discutir temas que les afectan a las mujeres, decirle al Estado cuando estaba haciendo mal las cosas y eso se hace a través de la organización social.
Llegó un momento en que sentí que un ciclo como víctima ya se había cumplido o había recibido un pedido de perdón de un paramilitar que fue responsable de mi caso, entonces en ese momento surge el renacer como una mujer sobreviviente que quiere compartir esas herramientas que usó para salir de víctimas sobreviviente con otras personas.
SEMANA: ¿Cuál cree que ha sido el mayor hito que ha tenido dentro de su carrera o dentro de esta lucha por los derechos de las mujeres?
C.Q: Algo que me marcó muchísimo fue la intervención que tuve frente a la honorable Corte Constitucional siendo la primera mujer que viene de los sectores populares o una mujer negra, sobreviviente que está frente a la Corte Constitucional, que le dice cuál es la situación de las mujeres prostituidas en Colombia, entonces yo dije aquí ya me puedo morir (…) incidir en estas personas poder cambiar su visión frente a las mujeres explotadas fue muy importante para mí, esto se encuentra en YouTube pueden colocar el discurso de la dignidad de Claudia Quintero y para mí, pues fue ha sido en mi vida, el principal hito.
SEMANA: ¿Sobre su participación en el seminario Valencia 2022: Mujer, feminismo y democracia al que está invitada?
C.Q: Claro, dentro de un espacio institucional creado por los diputados allí en Valencia España, ellos quieren discutir los temas que están enfrentando ahora las mujeres y en la mesa que yo estoy justamente habla de las mujeres y los conflictos armados entendiendo las crisis migratorias que vienen luego de las intervenciones en los países de las guerras, con mi experiencia no solamente como sobrevivientes, sino atendiendo a mujeres; poder hablar de cómo los grupos armados también usan el cuerpo de la mujer como campo de guerra.
SEMANA: ¿Qué sigue para la fundación y para usted?
C.Q: Para la Fundación pues abriendo puertas, nosotras estamos trabajando con masculinidades, trabajamos con los escoltas que protegen a los líderes sociales con la Unidad Nacional de Protección, pero trabajo a través de las empresas que los contratan a ellos a través de convenios y proyectos internacionales, además hacemos formación en género en etnias en discapacidades LGBTI.
Yo soy feliz soy trabajando en Cartagena, tenemos una casa refugio ahí, tenemos Casa Refugio, tenemos proceso en Medellín con una gran lideresa también sobreviviente y que está en la JEP, que es Marilúz López y estamos ahora también apoyando un proceso en Cúcuta, en la frontera con niñas venezolanas que están sufriendo explotación allí.
SEMANA: ¿Cómo es el panorama ahora que se estará reabriendo la frontera?
C.Q: No pues es súper necesario, las mujeres estaban sufriendo mucho por la trocha, ellas sufrieron violencia, robos, extorsiones, entonces abrir la frontera también implica que muchas mujeres venezolanas que están en Colombia puedan volver a visitar a sus padres, a visitar a sus hijos, incluso muchas van a querer repatriarse.
No es solamente llegar y abrir una frontera, sino es desde el Estado hacer un plan y un programa de repatriación en especial para las mujeres que han sufrido violencias en Colombia, es importante que el Estado colombiano ponga los ojos en el tema de trata (...) hasta el momento no hemos visto ningún avance, ninguna posición frente a la explotación sexual y eso nos preocupa.
SEMANA: ¿Cómo ve esta situación que hay referente al nuevo Gobierno, sobre los pronunciamientos que ha hecho referente a la explotación sexual y la prostitución?
C.Q: Hasta el momento no conocemos una posición estatal frente a la explotación sexual, conocimos un documento de empalme donde se habla de erradicar la explotación sexual y eso está bien, pero erradicar la explotación sexual implica toda una suma de voluntades, las mujeres que pasan por explotación sexual que quedan con secuelas similares a un veterano de guerra.
En campaña sabíamos que se quería llamar a mucha gente a votar y demás, entonces se habló de una reglamentación del supuesto trabajo sexual, para nosotras esto es muy peligroso, ¿Por qué? Porque como en Alemania y Holanda reconocer la explotación sexual como un trabajo en lugar de beneficiar a las mujeres como se piensa, quizás va a suceder todo lo contrario.