medio ambiente
Con tutela buscan frenar títulos mineros en Belén de Umbría, Risaralda
La acción fue interpuesta por Carolina Giraldo, representante a la cámara, quien argumentó preocupación por los daños ambientales en esta región.
Risaralda es uno de los departamentos que más riquezas naturales tiene, solo en Belén de Umbría, se producen en promedio de 800.000 arrobas anuales de café, convirtiéndose en el mayor productor del departamento. Pero, además, produce frutas cítricas y plátano, entre otras legumbres.
En el municipio las fuentes hídricas son caudalosas y alimentan la biodiversidad del parque Santa Emilia. Pero a la vez, hay preocupación por otro de sus máximos atractivos: el oro.
Varias empresas mineras quieren sacar provecho. En Risaralda a la fecha “hay 98 títulos mineros vigentes y 125 en solicitud, varios de ellos de alto impacto”, según información de la Agencia Nacional de Minas, lo que le sirvió de argumento a Carolina Giraldo, representante a la cámara, para instaurar una tutela con la que busca frenar los títulos en mención.
Entre tanto, comunidades del municipio de Belén de Umbría, Mistrató, Apía, Guática y Quinchía, manifiestan ser los más afectados por esta problemática, temen que las labores de minería no solo afecten el ecosistema en área rural sino también en los cascos urbanos, lo que implicaría desplazamiento de poblaciones, según advierte la congresista.
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“Es completamente inaceptable que el Gobierno Nacional quiera pasar por encima de las comunidades, vulnerando sus derechos e impulsando unos proyectos de megaminería que generarán un daño irreparable e irreversible en los ecosistemas de la región y de nuestro paisaje cafetero risaraldense”, apuntó
Con la tutela pretenden hacer un llamado al gobierno nacional y departamental “para que no sigan permitiendo la explotación indiscriminada a gran escala de los suelos del departamento”, indicó a través de un comunicado.
“La ciudadanía del departamento está pidiendo frenar este proceso. Con estos proyectos megamineros se pone en riesgo la producción agrícola y agropecuaria del municipio, que es la fuente principal de la economía, el agua, fauna y flora y sobre todo la vida y salud de sus pobladores”, agregó la representante.
Advirtió también que desde el año 2016 diferentes multinacionales vienen solicitando permisos para la exploración de minerales de oro y sus concentrados, “por lo que es urgente proteger estos y otros municipios, en especial porque muchos hacen parte del Paisaje Cultural Cafetero (PCC), declarado por la UNESCO como patrimonio mundial”, puntualizó.
¡Dios salve a Belén de Umbría y Mistrató!: El llamado que hizo Aurelio Suárez Montoya en su columna de revista SEMANA
Datos preliminares calculan 0,151 gramos de material cuprífero por tonelada de roca y asociado a oro, que motivó la codicia del capital extranjero extractivo, el que, quizás con dicha información, requirió títulos mineros, inclusive antes de que la Agencia Nacional de Minería (ANM) expidiera la Resolución 233 del 17 de diciembre de 2021, que creó el Área Estratégica Minera (AEM) en Belén, Mistrató y una porción de Guática.
Esas AEM aparecen en los planes de desarrollo de Juan Manuel Santos y fueron ratificadas en el artículo 336 del de Iván Duque. Se decreta que donde haya minerales “estratégicos” como oro, platino, cobre, fosfatos, potasio, magnesio, carbón metalúrgico y térmico, uranio, hierro, niobio y coltán, o arenas negras o industriales. Los dirigentes criollos no pelean cuando de feriar la riqueza nacional se trata.
Hay solicitudes de concesión de títulos por 8.944 hectáreas dentro del escandaloso porcentaje de 97,1 por ciento que la ANM considera en Belén de Umbría como “Área susceptible para el desarrollo de proyectos mineros”. Bajo tan insólito concepto, si se otorgan, se sufrirá una transformación total, se desecharán la vocación agrícola tradicional con el empleo de 10.000 familias, y se desplazarán a 1.500 de el
¿Quiénes gozarán este potosí? Desde junio de 2016, cinco años antes de declarar el polígono de la AEM-Belén de Umbría y Mistrató, la compañía Northern Colombia Holdings pidió la adjudicación de 5.921 hectáreas para el contrato de concesión L685, que abarca 17 veredas de Belén, 21 de Mistrató, y su casco urbano, y cinco de Guática.
La Northern era de la Anglo Gold Ashanti, que en 2019 la vendió a la Royal Road Minerals (RRM), con 36.000 hectáreas de concesiones firmes en Nariño y Cauca, y 215.000 más de “derechos para adquirir”, por 4,6 millones dólares, cifra tan baja que provoca suspicacias de suplantación (Rumbo Minero, 03/0 7/2019). Ahí cayeron Belén de Umbría y Mistrató. La ANM concretó esos “derechos” y acolitó que entre multinacionales –como moneda de cambio– se trocaran territorios y subsuelos nacionales, la vida y también la práctica económica de centenares de miles de compatriotas.
Otras empresas, la Mining Systems S. A. S., al parecer nacional, demanda 149 hectáreas sobre otras cinco veredas belumbrenses, y Mataje-Colombia, de propiedad de Salazar Resources, firma asentada en el paraíso fiscal de Islas Vírgenes, está tras 3.851 hectáreas, que caen sobre 13 más. Belén de Umbría se desintegraría entre concesiones mineras.
La canadiense RRM también está asentada en Nicaragua, de propiedad de Agnico, otra de ese país, y del inglés Timothy Coughlin, cazafortunas mineras por décadas y exgeólogo de la Anglo Gold. De obtener el título, la cobijaría el tratado de libre comercio (TLC) con Canadá y anularlo obligaría a un tribunal internacional.
No se sabe el volumen de minerales preciosos y cobre que se extraería y menos los millones de toneladas de roca que se descompondrían, ni dónde se depositarían los deslaves y ni los circuitos subterráneos que se abrirían con explosivos, con daños a decenas de acueductos y al río Risaralda. Y mientras míster Coughlin entona gozoso en la feria de minería como súbdito el himno “¡Dios salve a la reina!”, la respuesta cívica ha de ser: “¡Dios salve a Belén de Umbría y Mistrató!”.