Literatura
¿Cuáles eran los libros favoritos de David Bowie?
En marzo de 2013 se inauguró la exposición ‘David Bowie Is’ en el Victoria & Albert Museum, en donde estaban expuestos algunos de los libros que, según el artista, lo influyeron. Ahora, llega a Colombia el libro El club de lectura de David Bowie, en el que el periodista John O’Conell recoge esa lista de 100 obras literarias que cambiaron la vida del ícono del rock. Una buena opción de lecturas para esta Semana Santa.
El genio David Bowie
El llamado Camaleón del Rock, además de ser un genio musical, multiinstrumentalista, pintor, escultor, escritor y diseñador de modas, fue un consagrado lector. Sus personas más cercanas cuentan que era adicto a los libros, pues cuando abría uno se ensimismaba y se abstraía de su entorno. En esas incansables jornadas, Bowie leyó una gran variedad de temas: budismo, nihilismo, ciencia ficción, crítica social, historia, teosofía, y a autores como Hermann Hesse, H. P. Lovecraft, Stephen King, Franz Kafka.
Los clásicos
En la lista de los 100 libros aparecen dos clásicos de la literatura universal: ‘Infierno’, que es el primer poema de La divina comedia, de Dante Alighieri, y la Ilíada, de Homero. Sobre esta última, O’Conell establece una correlación con la importancia de la moda para Bowie: “Esta historia encierra una enseñanza sobre el poder de la ropa, tan crucial en la proyección de la personalidad…”.
Con respecto a la teoría del arte y la cultura, buena parte de la creación musical y estética de Bowie tenía sólidas bases teóricas e intelectuales. Por ello no es raro que en el listado aparezcan libros relacionados con la teoría y la historia del arte y la cultura, como el Diccionario de temas y símbolos artísticos, de James Hall, o En el castillo de Barba Azul: aproximación a un nuevo concepto de cultura, de George Steiner. Para Bowie, este escritor le confirmó “que detrás de los que yo estaba haciendo con mi obra, había alguna clase de teoría”.
George Orwell1984, del escritor británico, influyó de manera decisiva a Bowie. “En 1973 urdió un plan para convertir a 1984 en un musical, y luego en un espectáculo televisivo. Pero la viuda de Orwell, Sonia, que tenía los derechos, no lo permitió. Fue un gran contratiempo para Bowie, que quedó con una gran cantidad de material a medio grabar (…) De todo ello surgió el álbum Diamond Dogs”, que contiene las canciones ‘Big Brother’, ‘1984’ y ‘We Are the Dead’. Del mismo autor, el cantante también recomendó ‘En el vientre de la ballena’.
La cultura japonesa
Bowie fue un profundo admirador de la cultura japonesa, no en vano su diseñador de modas favorito era Kansai Yamamoto. Pero también sintió admiración por Yukio Mishima, autor de ‘El marino’ que perdió la gracia del mar, “una alegoría de la humillación sufrida por Japón después de la guerra”. Según O’Conell, mientras vivía en Alemania, a finales de la década de los setenta, Bowie “dormía bajo el retrato que él mismo había pintado de Yukio”. Esa admiración tenía una razón de ser: el japonés, que se suicidó tras un fracasado golpe de Estado, había declarado abiertamente su homosexualidad y su fluidez sexual, tema que apasionaba por esa época al cantante.
Teosofía Cuenta O’Conell que Bowie fue lector de teosofía (doctrina basada en distintas tradiciones religiosas que cree en los contactos conscientes con el más allá y en la reencarnación del alma). Particularmente, Dogma y ritual de la alta magia, de Eliphas Levi, formó parte de su biblioteca ambulante “alrededor de 1975, en el punto álgido de sus problemas con la cocaína”. También leyó Zanoni o el secreto de los inmortales, de Edward Bulwer-Lytton.