OBRA COLECTIVA

“Colombia merece una acción de duelo”: Doris Salcedo

SEMANA habló con la artista sobre la obra colectiva que presentará este martes en la Plaza de Bolívar para responder, con las víctimas, al No en el plebiscito.

8 de octubre de 2016
| Foto: Juan Carlos Sierra

¿Por qué se decidió por una obra colectiva?

Yo en la ciudad he hecho varias piezas que denomino acciones de duelo. Las hago en momentos dramáticos del país, y creo que este es uno. Alcanzamos a soñar con una paz, la tuvimos cerca y de pronto se desvaneció. De nuevo estamos de duelo.

¿Por qué?

El acuerdo, que el equipo negociador logró con tanta devoción, cariño e inteligencia, tuvo en su centro a las víctimas. Y ahora, desde el mundo del arte, queremos responder igual: con las víctimas. Yo me he pasado la vida ‘sumando ausencias’, y por eso así se llama esta acción.

¿En qué consiste la pieza?

Tomamos una fracción ínfima de las víctimas del conflicto, solo 1.900 nombres. Cada nombre estará dibujado en ceniza. No sabemos si la ceniza se dispersará y la olvidaremos, o si algo podrá renacer de ella. Por eso usaremos ese material. Me interesa hacer una especie de bandera-mortaja con una dimensión digna. No se trata de la fosa común de los falsos positivos, donde había un número altísimo (de cuerpos) en un solo espacio. No, aquí estamos dándoles un espacio digno a las víctimas, así solo logremos escribir ahí el 7 u 8 por ciento de sus nombres.

¿Cuándo presentará la acción?

El martes a partir de las ocho de la mañana en la plaza de Bolívar. Quisiéramos convocar abiertamente a todas las personas que quieran ayudar a sumar ausencias. Vamos a coser a mano una bandera-mortaja con la otra. Será un acto simbólico y una acción de duelo… o una acción de paz, pues no sabemos muy bien dónde terminará.

¿Para producir la pieza ha convocado solo a artistas y estudiantes de arte?

Es bueno tener gente con cierta habilidad manual porque es importante que los nombres estén escritos de una forma específica, de manera que parezca que se están borrando, que están en proceso de desaparecer. No son nombres sólidos, escritos en tinta indeleble, sino nombres escritos en ceniza que se llevará el viento, que está a punto de esfumarse.

¿Cuál es el mensaje?

A nosotros, a los que estamos aquí, nos corresponde traer esas ausencias a nuestro presente. Las víctimas de la violencia solo existen si las recordamos. Estas tienen que estar dentro de nosotros para que sean recordadas. Y esa es la intención.

¿Tiene la obra una dimensión política?

Este es un momento de fragilidad en el que el olvido puede caer como ya cayó sobre las víctimas de la masacre de El Aro, quienes nunca le dieron un perdón a nadie. Las de La Chinita, al menos, sí concedieron un perdón. Pero las otras no, y hay tantas más que no han sido reconocidas… Estamos tratando, entonces, de pensar que el mundo de los muertos no está allá, lejos de nosotros, sino que está aquí y es parte de nuestra vida. Y desde aquí lo estamos trabajando.