Entrevista
“El cannabis debe ser regulado por el Estado, porque está en manos de la criminalidad”
El Congreso está tramitando la regulación de la marihuana de uso adulto, un tema que causa polémica en el país. El representante Juan Fernando Reyes entrega detalles de la reforma constitucional, que ha naufragado en dos oportunidades.
SEMANA: ¿En qué consiste la regulación del cannabis de uso adulto?
JUAN FERNANDO REYES: Busca modificar el artículo 49 de la Constitución y regular el cannabis solo para mayores de edad, lo cual es necesario para reducir el consumo y los riesgos de desarrollar dependencias problemáticas. El cannabis debe estar regulado por el Estado, porque hoy está en manos de la criminalidad. Si regulamos, estaríamos controlando dónde, cómo, quién y qué se produce, comercializa y consume.
SEMANA: ¿Qué beneficios traerá para el país?
J.R.: Con la regulación del cannabis, podríamos tener diversos beneficios: generación de empleos formales, fomentar la competitividad del país en un momento clave de reactivación económica. Un recaudo generado por esta industria podría evitarle al país una reforma tributaria, reducir el mercado ilegal y permitirle al Estado tener mayor control, así como evitar su venta a niños, niñas y adolescentes, y disminuir la violencia.
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SEMANA: Algunos dicen que aumentará el consumo en menores de edad. ¿Es cierto?
J.R.: Hoy es más fácil para los menores conseguir cannabis que alcohol, justamente, porque no está regulado. La evidencia internacional respalda la afirmación de que en los países donde ya se reguló no se dio el aumento en el consumo de menores de edad, todo lo contrario. En Estados Unidos, se redujo el consumo en menores así como en Uruguay y en Canadá, en donde tampoco se aumentó el consumo en menores.
SEMANA: ¿Cuál es la diferencia entre regulación y legalización?
J.R.: Legalizar significa dejar el mercado abierto sin ningún tipo de control. Mientras que regular implica restricciones al consumo, comercialización, etiquetado, advertencias de los riesgos para la salud y producción; por ejemplo, para mayores de edad, en sitios que determine la ley, con productores que defina el Estado, tal como ocurre con el alcohol y el tabaco, que están regulados.
SEMANA: Hay propuestas para cambiar los cultivos de coca por cannabis medicinal. ¿Es viable?
J.R.: Considero que es viable y que debemos aprovechar más la industria creciente del cannabis medicinal. Esta industria genera alrededor de 17 empleos formales por cada hectárea sembrada. Para 2025, podría haber un crecimiento de cerca de 10 por ciento del área cultivada, llegar a 450 hectáreas, más de 7.000 empleos e ingresos cercanos a 790 millones de dólares (Fedesarrollo, 2019). Además, 12,8 millones de colombianos pueden beneficiarse de los productos de cannabis medicinal (New Frontier Data, 2021).
SEMANA: ¿Hay ambiente para aprobarla?
J.R: Cada vez contamos con más apoyos y muchos coincidimos en que es #HoraDeRegular. Empresarios, artistas, académicos, cantantes, periodistas, emprendedores, políticos y muchos ciudadanos están de acuerdo con que se regule el cannabis de uso adulto como la mejor estrategia para reducir los daños a la sociedad en lugar de la prohibición. Y me alegra que cada vez hay más sectores de la sociedad que se unen para apoyar esta causa, un tema que, sin duda, será clave para las futuras elecciones presidenciales.
SEMANA: ¿Colombia está atrasada en materia de regulación del cannabis?
J.R.: Sí. No es posible que en otros países esté generando riqueza y aquí nos sigamos matando. En el mundo ya hay muchos mercados que han regulado el consumo de cannabis de uso adulto: Canadá, México, Uruguay, Sudáfrica, Holanda, Jamaica y algunos estados de Estados Unidos.
SEMANA: Si se regula el cannabis, ¿se les arrebata el negocio a los ilegales?
J.R.: Sí, en buena medida el problema de las drogas es un asunto económico y de incentivos. Lo que genera un impacto nocivo no es el consumo, sino la actividad ilegal que se genera en un mercado sin control, ni una normatividad que regule la competencia. Así las cosas, estoy convencido de que la regulación disminuye el retorno y beneficio al que pueden acceder actores ilegales en el mercado de las drogas, se debilita el crimen organizado y se desarticulan canales que sustentan estas economías.
SEMANA: ¿Por qué hablar de marihuana en Colombia es un tabú?
J.R.: Porque existe mucha desinformación. De hecho, uno de mis propósitos ha sido dar un debate con argumentos y datos. Uno de los mitos más generalizados es que una regulación hará que el consumo general de cannabis aumente. Todo lo contrario, los mercados regulados han logrado reducir el consumo.