El triste adiós de Biblos

Después de 24 años, Biblos, una de las librerías emblemáticas de Bogotá, cerró sus puertas. Andrés Hoyos, uno de sus dueños, habló con SEMANA.

12 de mayo de 2012

SEMANA: ¿No es buen negocio tener librerías independientes?

ANDRÉS HOYOS: El problema es que la cadena del libro está afectada por una situación económica precaria y el eslabón más débil son librerías como Biblos. A una librería pequeña, cuando le da una gripa, se le vuelve muy rápido una neumonía y pronto está en la tumba.

SEMANA: ¿No fue un error de cálculo tratar de sacar adelante el proyecto cuando de entrada no se veía financieramente viable?

A.H.: Claro, y eso pasó porque intentamos sacar adelante unos factores que yo sobreestimé como positivos. Y además, teníamos el apoyo de Crepes & Waffles que, como pocas empresas de este país, creyó en nuestro negocio.

SEMANA: ¿Qué tanto se afectó la relación con las editoriales?

A.H.: La relación sí sufrió un estrés. Las editoriales entendieron de manera muy estricta nuestro problema financiero: si yo no pagaba a tiempo, no me apoyaban más y se llevaban los libros. Así es el negocio.

SEMANA: Y, aparte de lo financiero, ¿la gente sí compra libros?

A.H.: Además de que Colombia tiene muy baja lecturabilidad, la gente tiene muchas cosas en qué fijar su atención y que la aleja de los libros. La muestra es que son muy pocos los que están abriendo librerías en Colombia.

SEMANA: Librerías pequeñas como La Madriguera del Conejo serían entonces la excepción...

A.H.: La ventaja es que arrancaron sin deudas y yo solo espero que no les dé gripa.

SEMANA: ¿Qué significa para una sociedad el cierre de una librería?

A.H.: Es muy grave. Mientras menos librerías tiene, más pobre espiritualmente es una sociedad.