En la recta final
A la reforma a la Justicia solo le faltan dos debates, uno en la Comisión Primera de la Cámara y otro en la plenaria de esa corporación, para convertirse en ley.
A la reforma a la Justicia solo le faltan dos debates, uno en la Comisión Primera de la Cámara y otro en la plenaria de esa corporación, para convertirse en ley. La semana pasada, la reforma fue aprobada después de un duro tire y afloje entre el Congreso, las cortes y el Ejecutivo. Hubo palo y zanahoria. El palo fue para la Comisión de Acusación, que es la encargada de investigar al presidente y a los magistrados de las altas cortes, pues fue eliminada. En su lugar, la propuesta crea una comisión de juristas, nombrados por el Congreso, para que haga un “antejuicio político” a esos funcionarios y los acuse ante el Senado. La reforma también eliminó al Consejo Superior de la Judicatura y crea el Sistema Nacional de Administración Judicial para que diseñe las políticas presupuestales de la Justicia. Y la zanahoria fue para los magistrados de las altas cortes, para quienes los periodos ahora serán de 12 años y no de ocho.