Análisis
Fútbol y política: amigos inseparables
La muerte de Maradona revivió la polémica sobre sus posturas ideológicas. Y en medio de los homenajes, le llovieron críticas o alabanzas por su abierta militancia de izquierda. Esta es tan solo una escena de la histórica y compleja relación entre el fútbol y la política.
Algunos filósofos y escritores parecen haber acertado al decir que todo es político, o por lo menos que todo es atravesado por ella. Por supuesto, el fútbol no puede ser la excepción, y aunque a veces no sea tan explícito, detrás de un partido pueden moverse muchos intereses o poderes. Este deporte tiene varias anécdotas que van más allá de los goles y las gambetas.
La orden de Mussolini
Desde su nacimiento el fútbol ha sido uno de los motores del nacionalismo, y varios Gobiernos han sabido aprovecharlo. En el Mundial de 1934, celebrado en Italia, Benito Mussolini encontró la herramienta perfecta para impulsar su proyecto fascista. “Es una orden”, habría dicho el dictador sobre ganar la copa. Para cumplir su sueño nacionalizó a jugadores sudamericanos. Cuatro años después, antes de la final contra Hungría, el dictador envió una carta al seleccionado nacional en la que les ordenaba “Vencer o morir”. En ambos mundiales Italia ganó la copa.
Videla y el Mundial del 78
El dictador argentino Jorge Videla también aprovechó el Mundial de 1978, al que llamó en el discurso inaugural el mundial de la paz para cubrir los crímenes de su régimen, el cual habría dejado 30.000 desaparecidos. Ese mismo día las madres de la Plaza de Mayo hicieron su protesta. Tiempo después, Osvaldo Ardiles dijo: “Nos usaron como arma propagandística, entonces no lo podíamos ver”.
Tomando partido
- Los brasileños Sócrates y Walter Casagrande plantaron resistencia a la dictadura que vivía su país en los años ochenta. Ambos jugaban para el Corinthians, un equipo muy querido en los sectores populares, y tomaban cada partido como una lucha por la democracia.
Tendencias
- Juninho Pernambucano criticó duramente al Gobierno Bolsonaro y dijo: “Yo me altero cuando veo a un jugador o a un exjugador apoyar a la derecha. Nosotros somos los de abajo, fuimos criados con las masas. ¿Cómo nos vamos a cambiar de bando? ¿Apoyarás a Bolsonaro, mi hermano?”.
- Mesut Özil, futbolista alemán de origen turco, también ha generado polémica por elegir abiertamente un bando político. El actual jugador del Arsenal abandonó la selección alemana cuando se le criticó por apoyar al presidente turco Erdogan. Mientras Alemania y Turquía permanecen en constante tensión por temas de derechos humanos, Özil dice que no se trata de política y que se siente discriminado por mostrar respeto a la máxima autoridad del país de sus padres.
- El 19 de noviembre de 2019, la selección chilena decidió no disputar el partido amistoso frente a Perú en apoyo a las protestas sociales de su país. Al respecto, Gary Medel dijo: “Hay un partido más importante, que es la igualdad”.
- En los últimos meses, en Colombia, varios exjugadores se han destacado por expresar sus posturas políticas. Hace un año el Tino Asprilla escribió en su cuenta de Twitter: “Apoyar a Uribe es un acto de responsabilidad social”. Y recientemente Eduardo Pimentel, dueño del Chicó Fútbol Club, dijo: “No contrato mamertos, solo uribistas”.
El partido fantasma
En noviembre de 1973, la URSS se negó a jugar el segundo partido de repechaje contra Chile en Santiago porque consideraba que el Estadio Nacional era un símbolo de torturas y violencia. Cabe recordar que sus instalaciones fueron utilizadas por Augusto Pinochet como prisión de los opositores políticos.