ENTREVISTA
“Creo en las segundas oportunidades”: Johana Bahamón
Tras ocho años de trabajar con la población penitenciaria con su Fundación Acción Interna, la artista lanzó un libro que cuentas las historias de personas privadas de la libertad. Su mensaje: la importancia del perdón.
SEMANA: ¿Por qué escribir un libro sobre este tema tan polémico?
Johana Bahamón: Creo en las segundas oportunidades. Lo aprendí desde hace ocho años trabajando en las cárceles y quería visibilizar a la población carcelaria, de la que nadie sabe pero que todos juzgan. Quería que ellos contaran sus historias. Mi idea era mostrar su diversidad, así que escogí historias de jóvenes, pospenados, personas LGBTI… El libro comienza con el relato de la primera mujer que conocí y termina con el de la mamá del bebé que tengo en custodia temporal.
SEMANA: Frente a una sociedad que cree que las personas privadas de la libertad no tienen salvación, ¿por qué usted insiste en que ellas merecen segundas oportunidades?
J.B.: Todos hemos cometido errores, todos hemos pedido segundas oportunidades y a la mayoría nos las han dado. Lo único que se necesita para estar en la cárcel es ser libre y cualquiera puede terminar allí por una u otra razón, por eso son necesarias las segundas oportunidades. Además, estar privado de la libertad no significa perder la dignidad.
SEMANA: ¿Qué hacer para que la sociedad entienda que los penitenciarios necesitan una segunda oportunidad?
J.B.: Ese es nuestro trabajo. Tenemos que explicarles que ellos necesitan de nuestro apoyo para no reincidir cuando cumplen la condena. Hay que entender que una vez salen de la cárcel pagaron su deuda con la sociedad. Hay que tener la grandeza de otorgar segundas oportunidades.
SEMANA: Muchas de las personas privadas de la libertad cometieron graves delitos difíciles de perdonar por las víctimas. ¿Cómo lograr esa reconciliación?
J.B.: Nosotros trabajamos en un proceso de crecimiento interno en el que las personas privadas de la libertad se perdonen y se reconcilien con ellas mismas. Ese es el primer paso para que la sociedad y las víctimas comiencen su proceso de perdón y reconciliación.
SEMANA: ¿Qué opina del sistema carcelario? ¿Por qué el Estado es tan indiferente con los presos?
J.B.: Deberíamos preguntárselo a ellos. Pero acá y en Latinoamérica las cárceles no son lugares productivos y no cumplen con su finalidad de resocializar. El hacinamiento, la falta de salubridad y de oportunidades hacen casi imposible lograr ese objetivo. Las cárceles deben ser lugares de enseñanza y de preparación para la libertad. Ese es uno de los objetivos de nuestra fundación.