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La lucha por el voto secreto: el tarjetón en braille se estrena en unas elecciones presidenciales
Por primera vez en el país, un total de 90.000 tarjetas electorales fueron impresas en braille para unas elecciones presidenciales. Las personas con discapacidad visual eran las únicas cuyo voto no era secreto.
A menos de un mes de las elecciones, todos los votos cuentan, y los candidatos a la presidencia están tras ellos, sin importar origen ni color político. Sin embargo, hay un voto que parece no verse, al menos en las sumas y restas de los estrategas de campaña: el de los colombianos que no pueden ver. Desde que el sufragio universal se instauró en Colombia (1936), el Estado ha tenido la obligación de garantizar que el derecho se ejerza de forma “autónoma y secreta”.
Durante más de medio siglo, los colombianos en condición de discapacidad visual no pudieron hacerlo de esa manera: su decisión siempre estuvo expuesta “a la vista pública”. Las elecciones de 1994 fueron las primeras de la historia en las que hubo tarjetones impresos en tinta braille. El país dio un salto al pasado en materia de derechos en 2002, cuando la Registraduría no los imprimió para esos comicios.
La Corte Constitucional falló una tutela contra el Estado, le reiteró su obligación de disponer la tarjeta en braille, y permitir a las personas en condición de discapacidad acudir al cubículo junto a un acompañante de confianza. Las del plebiscito por la paz de 2016 fueron las primeras elecciones en las que se dispuso la plantilla braille, y hubo algunos que se apuntaron a estrenarse en el voto secreto.
Según el más reciente censo (Dane, 2018), en Colombia viven 1.948.332 personas con discapacidad visual (4,4 por ciento de la población). Para que los habilitados puedan votar el 29 de mayo, trabaja sin descanso la “fábrica de puntos”, como Carlos Parra, director del Instituto Nacional para Ciegos (Inci), llama a la máquina de braille en el centro internacional de Bogotá. Debe imprimir 90.000 tarjetones, para quienes quieran pronunciarse a través de este sistema. Serán los únicos tarjetones sin foto y cuya tinta es a un solo color.
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1. Fábrica de puntos
Importada desde Alemania, la máquina imprenta en sistema braille funciona en Colombia desde 1971. De la marca Heidelberg, puede imprimir entre 2.000 y 2.500 hojas por hora.
2 El tarjetón
Octavo de pliego de 90 gramos de peso, 25 centímetros de ancho por 35 centímetros de alto, y hecho en papel ecológico. En sus dos caras fueron distribuidos en orden vertical, y según el sorteo, los nombres completos de los seis candidatos (dos en la página anterior, cuatro en la posterior) con sus respectivas fórmulas a la vicepresidencia, además de la casilla para el voto en blanco.
3. Oferta y demanda
Aunque en Colombia habitan casi 2 millones de personas con discapacidad visual, solo 90.000 tarjetones en braille fueron impresos por orden de la Registraduría. No todas las personas con limitaciones visuales entienden el sistema, ellos podrán votar con el tarjetón convencional, y se les permitirá ir al cubículo con un acompañante de confianza.
4. La decisión
La decisión de quien quiera manifestarse con el tarjetón especial deberá ser marcada con bolígrafo convencional. De lo contrario, los jurados no podrían determinar la intención del elector. Deberán marcar cualquier símbolo dentro de la casilla de su preferencia, delineada con puntos en relieve para que la marca no se salga del espacio correspondiente. Muchos colombianos que nunca han podido ver no conocen la equis.
5. Un consejo
Carlos Parra, director del Inci, recomienda a las personas con discapacidad visual que quieran votar en secreto por primera vez llevar su propio bolígrafo y comprobar con sus familiares su funcionamiento antes de acudir al puesto de votación. Si el ciudadano se equivoca, el jurado debe romper el tarjetón y suministrar otro nuevo.
6. El procedimiento
En ninguna de las mesas, de los 12.513 puestos de votación de todo el país, habrá tarjetones en braille, su custodia será exclusiva del delegado de la Registraduría. Los jurados deberán pedirla solo si un ciudadano la reclama. La razón, evitar la pérdida de material electoral.
7. La excepción
Ningún colombiano podrá llevar su mascota a los puestos de votación. A los únicos animales a los que se les permite la entrada son los perros guías de las personas con discapacidad visual.