ENTREVISTA
"Quien vive el momento es feliz"
SEMANA habló con Matt Killingsworth, experto de la Universidad de Harvard en el estudio de la felicidad, a propósito de su visita a Colombia.
SEMANA: ¿Es feliz la gente en el mundo de hoy?
Matt Killingsworth: No mucho. Y es paradójico porque estamos mejor que nunca: mejor de plata, en tecnología, en conocimiento y en cuanto a nuestros derechos civiles. Al medir la felicidad, la gente no está bien.
SEMANA: ¿Por qué?
M.K.: El progreso, visto de manera convencional, no hace feliz. El humano es experto en adaptarse y, así, ve lo positivo rápidamente como algo normal. Yo pienso que el secreto de la felicidad se encuentra, justamente, en aquello a lo que nunca nos hemos podido adaptar.
SEMANA: Explique eso.
M.K.: La humanidad siempre ha sabido que la felicidad es la finalidad de la vida. Pero solo hoy podemos medirla. Lo hacemos en 80 países del mundo mediante dispositivos que permiten medir, en tiempo real, la felicidad en la vida cotidiana de la gente. Así, hemos descubierto que el factor decisivo de la felicidad es la atención, la capacidad de enfocarse en el ahora.
SEMANA: Dé un ejemplo.
M.K.: A cualquiera le ha sucedido que mientras hace una cosa piensa en otra. Ahí pierde la atención. Pues bien, concluimos que el humano pasa casi la mitad de su vida ocupado de cosas que no tienen que ver con lo que hace. Esto lo hace menos feliz. Quien vive el momento es feliz.
SEMANA: Pero mucha felicidad empalaga…
M.K.: Tiene razón. El miedo nos protege de peligros, y la ira nos ayuda a combatir lo que nos frustra. Pero también la felicidad tiene un uso, y buscarla no es hedonista o vano. Es sabio.
SEMANA: ¿Cuál es la utilidad de la felicidad?
M.K.: La gente es más exitosa cuando es feliz. Además, trabaja mejor en equipo, es más productiva y creativa.
SEMANA: ¿Por qué la civilización aún no es capaz de manejar sus emociones?
M.K.: Llevamos siglos concentrados en problemas materiales. Pero esa fórmula no servirá para responder a la pregunta de qué vamos a hacer en los próximos 100 años para marcar una diferencia. Aquí, la educación será crucial.
SEMANA: Dicen que Colombia es el país más feliz.
M.K.: Sé que es un país muy feliz.
SEMANA: ¿Y sabe que a muchos colombianos eso les parece un mal chiste?
M.K.: Es normal. Cada sociedad es experta en sus emociones y no le gusta que otros las interpreten. Además, a pesar de ser feliz, la gente siempre quiere mejorar.