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¿Necesidad o lujo?, conductores en Colombia están blindando sus vehículos por miedo a ser víctimas de atraco, estos son los costos
Conductores se sienten inseguros cada vez que manejan por vías de Colombia, y le apuestan a invertir millones de pesos en blindar sus carros para prevenir atracos y homicidios. Más que un lujo lo consideran una necesidad.
Carlos Pérez, con 1,80 metros de estatura, brazos fuertes y manos toscas, por el trabajo que ha realizado desde joven como papicultor en la Sabana de Bogotá, está tembloroso, se mira con detenimiento el cuello frente al espejo retrovisor de su carro. Dos minutos atrás, sobre la avenida Cali, cerca de la Central Mayorista de Corabastos, en uno de los semáforos. Dos hombres se acercaron al vidrio de su camioneta, y le pusieron la punta de un cuchillo cerca a la arteria carótida. " Yo solo decía que por favor me respetaran la vida, tengo un hijo y mi esposa esperándome en casa”, narra a SEMANA mientras cuenta que pasó el dinero de la venta de la carga de ese día, el celular, la billetera y un computador portátil, por la ventana. Cuando llegó a la casa empezó a preguntar cómo hacían para mandar a blindar su carro y el de su esposa, porque no estaba dispuesto a volver a poner en riesgo su vida ni la de sus seres queridos.
En noviembre de 2022 fue que se presentó el asalto, llegó a una empresa experta en blindajes de vehículos y al cotizar las opciones que le ofrecían se dio cuenta de que era prácticamente invertir en otro carro. Un blindaje nivel 3 que soportan ataques con armas cortas, entre ellas los revólveres, escuadras y subametralladora. Le explicaron que aquel que requiera un blindaje tan alto debe tener en cuenta varios puntos, entre ellos que el vehículo debe soportar un peso de aproximadamente 320 a 390 kilogramos, por lo que deben ser camionetas que tengan buenos amortiguadores, entre otras características. Además, que para ese nivel de blindaje el gobierno solicita un permiso especial que emite la Superintendencia de vigilancia, pero que está tardando 1 año en salir. Y alistar 70 millones de pesos, que es lo que vale el blindaje completo.
La opción más practica que vio este hombre fue vender el vehículo que ya tenía unos años de uso y comprarse una camioneta de segunda, ya blindada. Igual hizo una inversión alta, pero llegó a la conclusión que “la vida no tiene precio”.
Semana consultó a varias empresas brindadoras de vehículos y todas coincidieron en varias conclusiones: La primera de ellas, que desde septiembre de 2022 se incrementó el número de personas interesadas en ponerle una armadura de seguridad a sus carros, temiendo ser víctimas de atraco y una herida fatal o irreversible en medio del acto violento.
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El segundo punto en común es que desde que llegó el nuevo gobierno nacional se ha presentado por parte de grandes empresarios -que solían blindar los vehículos de su compañía y que ya tenían que renovar la protección, pues por garantía solo tiene ciertos años de vida útil– la decisión de suspender el servicio, argumentando que no saben si tienen que cerrar su compañía debido a la inestabilidad financiera del país. Eso está sucediendo en departamentos como Cesar, Córdoba, Cundinamarca, Sucre, Valle del Cauca y La Guajira.
Y lo tercero en lo que coinciden es que les tocó como blindadoras adaptarse a ofrecer servicios que antes no tenían y es revestir gradualmente según la necesidad del cliente, entonces ya ofrecen kits que solo cubren protección de únicamente los vidrios, o las partes laterales, porque saben que la mayoría de carros que circulan en el país son automóviles que no soportan gran peso o que valen menos de lo que costaría una protección total. El paquete por el que más llegan preguntando los conductores es aquel que llaman antiatracos, para cubrir esa necesidad ofrecen un blindaje nivel 2, suficiente para proteger, pero no tan fuerte como para requerir el permiso de la Superintendencia de Vigilancia. Le ponen una especie de caparazón a los cristales, los techos, parales y la espalda del vehículo, todo está en un promedio de los 40 millones de pesos, sin contar el IVA del 19 %. Pagando ese dinero garantizan que proyectiles 9 milímetros no perforaran el carro.
Sin embargo, también ofrecen kits más sencillos, el caparazón solo en los cristales del vehículo, y en las puertas, capaces de evitar que ingresen municiones de 13 milímetros, tiene un costo de 30 millones de pesos. Solo los vidrios pueden costar 14 millones. Un gran porcentaje de los clientes pagan con tarjeta crédito, es decir, que prefieren endeudarse pero no ser una víctima más de la delincuencia.
SEMANA salió a las calles de Bogotá para consultar a los conductores qué tan seguros se sienten detrás del volante y 8 de cada 10 manifestaron frases como estas: “Lo más probable es que me ataquen, que me roben, que me traten de sacar el celular y que me causen una herida por ese motivo”.
Hay otros que van mucho más allá: “La ciudad como tal está muy insegura… con la larga que le ha dado este gobierno a todas las personas que hacen el mal entonces al no tener mano dura contra ello , pues ellos hacen lo que quieren con las personas que laboramos normalmente a diario”.
La mayoría han presenciado o han sido víctimas de hurto. Y por más que quieran actuar en el momento para brindar ayuda, quedan inmóviles por temor. Un taxista contó que en una oportunidad vio como a una joven que iba sola en su carro en la localidad de Kennedy, fue abordada por cinco hombres y le obligaron a entregar todo lo que tenía en el carro y por más que él quiso ayudar, su cuerpo no respondió, estaba horrorizado.
Los barrios del sur de Bogotá y del centro son en los que los conductores más temen movilizarse con los vidrios abajo. “Antes parqueaba uno y llegaban a robarle algo del carro, pero es que ahora en un semáforo se pegan y le bajan a unos hasta los espejos”, respondió uno de los encuestados.
Muchas de las personas consultadas aseguran que les gustaría blindar el carro , porque consideran que es una necesidad más que un lujo, pero asegura que no lo han hecho por falta de recursos o porque sus vehículos son muy antiguos y no se justificaría hacer una inversión tan alta en ellos.
Aunque también hay quienes piensan que es exagerado pensar que se tengan que blindar el carro para salir a la calle, pues consideran que es suficiente si se incrementa el pie de fuerza pública. SEMANA buscó respuesta por parte de la Policía de Seguridad Ciudadana sobre las cifras de atracos que suceden relacionadas con vehículos, las ciudades más afectadas por ese flagelo, y los resultados operacionales para contrastar el fenómeno criminal, pero informaron que lamentablemente el sistema que recopila esa información presenta fallas técnicas desde hace una semana, razón por la cual no podían suministrar tales datos.
Cuando se busquen soluciones de seguridad hay que ser muy cuidadosos, pues también está surgiendo un mercado ilegal que aseguran blindar los vidrios de los carros con precios bajos, pero que en realidad no tienen ninguna garantía de que efectivamente funcionen. Por otro lado, este medio conoció que a raíz de la demora en los permisos que otorga la Supervigilancia, que pasan 12 meses sin respuesta, tiempo suficiente en el que podría pasar una tragedia, las personas están mandando a blindar sus carros con un nivel 3, pero las empresas se prestan para en papeles manifestar que es un blindaje nivel 2, algo que también es irregular y podría acarrear sanciones.