Novelista ciega
Después de sentir una profunda necesidad de escribir, Trish Vickers, una inglesa de 59 años que perdió la vista hace nueve por la diabetes, tomó un bolígrafo y con la tabla con guías elásticas que usa para no perder los renglones se dispuso a redactar una novela.
Después de sentir una profunda necesidad de escribir, Trish Vickers, una inglesa de 59 años que perdió la vista hace nueve por la diabetes, tomó un bolígrafo y con la tabla con guías elásticas que usa para no perder los renglones se dispuso a redactar una novela sobre la fuerza y la tenacidad que ya venía ideando tiempo atrás. En dos semanas de arduo trabajo creía haberla plasmado en una producción de 26 páginas. Emocionada, aprovechó que su hijo la visitaba y decidió mostrarle los manuscritos para que se los leyera en voz alta. Lastimosamente, lo único que él le pudo decir fueron malas noticias: “todas las páginas están en blanco”. Su desilusión fue grande, pero no se dejaron vencer. Se dirigieron a la Policía y le pidieron ayuda “porque tal vez el polvo de huellas dactilares podía funcionar”. El policía Kerry Savage, junto a otro compañero, en sus tiempos libres se encargaron de descifrar las palabras sobre el papel. “Hemos encontrado que las luces de alta intensidad mejoran las sombras creadas por el bolígrafo sobre el papel”, le dijo Savage a la BBC. Con el manuscrito descifrado en sus manos, Trish, con profunda alegría, agradeció a quienes consideró una “maravillosa Policía que vino a mi rescate”.