Entrevista
Quemados con pólvora: la otra pandemia que están viviendo los médicos de Colombia
La cirujana plástica Patricia Gutiérrez, líder de la unidad de quemados del Hospital Simón Bolívar, explica a SEMANA la tragedia que viven los médicos del país por el aumento de quemados con pólvora en época decembrina.
SEMANA: En esta época los quemados por pólvora aumentan, ya llevamos 240 en el país y es una temporada desafortunada...
Patricia Gutiérrez: Sí, es bastante desafortunado para el país. De tantos problemas, la pandemia, por falta de cultura e incluso de respeto iniciamos otra patología absurda. Otra vez niños con deditos amputados, lesiones en los párpados. Entonces es un absurdo, es algo repetitivo, es cuestión de cultura, de solidaridad familiar.
SEMANA: Los profesionales de la salud están enfocados en los enfermos por covid-19 y ahora que bajan las cifras tienen que preocuparse por los quemados por pólvora…
P.G.: Es un absurdo. Empieza a suceder lo que nosotros ya conocemos, y es que, por ejemplo, los niños que se quemaron están llegando apenas hoy, mañana, de manera irresponsable, ya contaminados con cremas y cosas inadecuadas. Entonces uno se pregunta: ¿qué nos espera el 24 y 31 de diciembre?
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SEMANA: ¿Quiere decir que les están tratando mal las quemaduras a los niños con remedios caseros?
P.G.: Sí. Van a la farmacia o los esconden porque saben que en Colombia esto trae consecuencias, que un niño se queme es un hecho que no va a pasar desapercibido e interviene Bienestar Familiar. Las personas quedan registradas. El problema son los adultos y esa historia tan falsa de pólvora segura y legal, eso es mentira porque todos los años tenemos adultos quemados. En este momento que la gente está tratando de ser más extrovertida y disfrutar un poco más este año va a ser peor. Nosotros estamos reventados de pacientes. Entonces es una unión realmente lamentable porque es una situación a la que se le puede decir no.
SEMANA: ¿El tema de los quemados con pólvora puede ser otra pandemia?
P.G.: Los quemados en Colombia son un problema de salud pública porque son demasiados. Con mucho orgullo algunos me dicen que tengo un servicio enorme con 53 camas, la unidad de cuidado intensivo más grande de Latinoamérica, pero yo no lo veo de esa manera.
SEMANA: El orgullo sería cuando esas camas estén vacías por pólvora y utilizadas en otros accidentes que pueden pasar…
P.G.: Claro, de hecho, no debería existir ni uno. Hasta hace ocho días no había ningún quemado por pólvora, pero a partir del Día de las Velitas y hasta el 15 de enero por arte de magia vamos a tener un montón de personas porque –¡qué maravilla!– para ser feliz hay que quemar pólvora y quemarse. No, eso no puede ser.
SEMANA: Además, debe haber un subregistro muy alto...
P.G.: Sí, digamos que el Ministerio, la Secretaría de Salud y el Instituto Nacional de Salud presentan un registro, se tienen unas herramientas y realmente se supone que todas las instituciones lo van a registrar. Entonces en cualquier clínica o centro de salud si llega un paciente quemado, pues se van a registrar todos los datos. Pero resulta que eso no sucede. Primero, porque hay personas que no tienen esa preparación y esa cultura. Segundo porque la gente miente, entonces dicen que casualmente el volador entró por la ventana y justo cayó en el ojito del niño. Eso siempre es una casualidad. Nunca se acepta la responsabilidad que tuvo la familia. Esto ya no es un hecho fortuito, es un hecho histórico. Hay mucho subregistro en el país. Entonces claro, las cifras se acercan, pero no son reales.
SEMANA: ¿Cuáles son los casos más difíciles que ha tenido que tratar por quemados con pólvora?
P.G.: He visto niños ciegos, recuerdo la niña que se le incrustó un volador en la pierna y yo quitaba y quitaba tejido muscular. He visto todo tipo de amputaciones. He visto bebés morir por luces de bengala. He visto mucha gente morir por quemaduras de pólvora. Realmente el mecanismo de quemaduras por pólvora es muy lesivo porque explota, destruye. Es un trauma óseo, muscular y demás. Generalmente se queman los niños que están entre 8 y 15 años porque ellos se sienten muy “machitos” y quieren demostrar que no les da miedo y que es delicioso hacerlo.
SEMANA: Otro problema es que hay municipios en donde no hay lugares para una debida atención médica...
P.G.: Totalmente, porque las quemaduras con pólvora son difíciles tanto en lugares especializados como en los que no lo son. Todos los días pueden llegar personas a las que haya que amputarle los dedos o que tengan lesiones graves.
SEMANA: ¿Qué les dice a estas personas que se queman por irresponsabilidad?
P.G.: Nadie necesita este tipo de accidentes. Además, la capacidad hospitalaria está enfocada en un problema grande que tenemos, como para venir a aumentarlo. Les diría que es un momento de reflexionar y de poner todos de nuestra parte. Podemos tener una Navidad muy feliz sin tener que ir a un hospital. Estoy muy segura de que la gente no sabe qué es pasar un 24 o 31 en un hospital.