
Luis Alberto Moore quería ser médico. Sin embargo, una conversación con un amigo de la juventud lo hizo cambiar de opinión. Olvidó su idea de pasar el resto de su vida con un bisturí en una sala de cirugía y cambió su destino por el de servir a la comunidad como policía. Gracias a esa decisión, que la tomó hace 29 años, la próxima semana se convertirá en el primer general afrocolombiano en la historia de la Policía Nacional.
Moore, de 48 años, ingresó a la Escuela de Cadetes General Santander en 1975, a escondidas de su familia. Era el tercero de cuatro hijos del matrimonio de una abogada, ex gobernadora de Chocó, y de un matemático samario. Moore era el único afrocolombiano de los 63 cadetes de su promoción y el único en toda la Escuela. En 1977 se graduó como subteniente y fue trasladado a trabajar en los departamentos de Tolima y Caldas. En 1981 fue uno de los nueve oficiales de la Policía seleccionados para hacer parte del primer curso de pilotos de helicóptero de esa institución. En ese momento Moore fue el primer piloto de color, no sólo de la Policía, sino también de las Fuerzas Armadas. Esta semana, 155 años después de la abolición de la esclavitud, Moore será el primer general negro, el primero en portar un sol sobre sus hombros.