TECNOLOGÍA
Whatsapp: un teléfono roto
La aplicación de mensajería instantánea más usada en el mundo no solo ha cambiado la manera como se comunican las personas, también ha logrado convertirse en el replicador principal de noticias falsas, cadenas de información engañosa y contenido inapropiado. Su mal uso ayuda a ganar elecciones y también genera tragedias.
Turbas enfurecidas
Esta semana tuvieron lugar dos casos de linchamientos en Colombia, uno de ellos, en Ciudad Bolívar, causó un muerto y dos heridos. El otro, en Medellín, dejó a la víctima en cuidados intensivos. En ambos se trató de cadenas de WhatsApp con información falsa sobre las víctimas, pues las acusaban de secuestrar niños. En Bogotá la turba enfurecida de más de 150 personas no permitió que la policía entrara a rescatar a los heridos. Es más, en el descontrol generalizado los uniformados también quedaron lastimados.
Según la Policía, en el último mes han descubierto más de seis cadenas de este tipo que lanzan acusaciones sin fundamento. Por eso, esta institución inició una campaña nacional llamada #RompeLaCadena, para instar a las personas a cuestionar la veracidad de la información que reciben.
No solo en Colombia
Los linchamientos instigados por información falsa por WhatsApp no solo han ocurrido en el país. En la India van más de 30 muertos. El subcontinente cuenta con más de 200 millones de usuarios y el fenómeno de las noticias falsas y la justicia por mano propia derivada de ellas se ha convertido en una epidemia fatal.
Las cadenas casi siempre hablan de traficantes de órganos y secuestradores de niños, y sus víctimas suelen ser personas de etnias minoritarias o extranjeros. En Colombia el fenómeno también se puede leer como un acto xenófobo, en especial si se tiene en cuenta que durante el linchamiento en Bogotá la turba gritaba, sobre todo, “¡venezolanos!”.
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“Es muy común que este tipo de cadenas o noticias virales sean enviadas por familiares. Si me lo envía mi mamá, pues yo no voy a cuestionar esa información. Confío en la persona que me manda la cadena y eso legitima esa noticia para mí. Eso se une a la pereza y el letargo de las personas por confirmar la información”, dijo a SEMANA Catherine Salamanca, psicóloga clínica y psicoterapeuta.
Un arma de doble filo
“Queremos conservar a WhatsApp de la manera como fue creada, un lugar para conversaciones privadas, como las que se tienen en casa”, aseguró a The Economic Times, de India, Chris Daniels, vicepresidente de la aplicación, propiedad de la empresa Facebook. “Cuando se escribe algo en WhatsApp se cifra el mensaje y solo se descifra cuando llega al destinatario. Nadie en el camino puede ver lo que se escribió.
Los desarrolladores tenían en mente un servicio que nadie pudiera chuzar”, explicó a SEMANA Juan Fernando Pérez, profesor asociado de ciencias de la computación de la Universidad del Rosario. Esto no permite a los propios desarrolladores y a los gobiernos adjudicar responsabilidades por la información compartida en esta red. Por eso, se ha convertido en el lugar perfecto para las noticias falsas. La empresa ha tratado de mitigar el impacto de estos mensajes al reducir el número de veces que un usuario puede reenviar la misma información.
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Whatsappgate en Brasil
El triunfo de Jair Bolsonaro se debió en gran medida a la campaña de videos, memes y cadenas de información manipulada generados por grupos de apoyo a través de esta red de mensajería. En ese país latinoamericano 150 millones de personas utilizan este sistema de comunicación. El diario The Washington Post hizo un llamado a WhatsApp para que asuma su responsabilidad en la divulgación de fake news en un fuerte editorial del 25 de octubre, pero la realidad es que el usuario es el primer responsable de la viralización de noticias falsas. Por eso, cada quien debe entender el peso de reenviar información sin verificar la fuente.