ENTREVISTA

Adiós a la cabalgata

El alcalde de Cali, Rodrigo Guerrero, acabó el tradicional desfile de jinetes de la Feria de Cali, una de las fiestas decembrinas más importantes de América. SEMANA habló con él sobre los motivos de la decisión.

21 de junio de 2014
| Foto: Juan Carlos Sierra

SEMANA: Personalmente, ¿es seguidor de las cabalgatas?

RODRIGO GUERRERO:
No. Pero he respetado siempre a quienes les gusta.

SEMANA: ¿No teme que sin cabalgata la Feria de Cali pierda su gracia?

R. G.:
No, en absoluto. La feria tiene personalidad propia, por ejemplo, con el muy popular carnaval de Cali Viejo. Además, el evento realmente principal es otro: el ‘salsódromo’.

SEMANA: ¿Pero la feria sin cabalgata es como la de Manizales sin toros?

R. G.:
La feria tiene 57 años y al comienzo era toros, cabalgata y reinado. Con el tiempo el reinado perdió importancia, pero la cabalgata siguió. En los últimos años, sin embargo, esta afectó especialmente la movilidad al tener 3.000 caballos en las vías.

SEMANA: ¿Solo eso se salió de control?

R. G.:
Hay demasiado desorden y alcohol. Al final siempre hay mucha gente embriagada. Hay quienes arrojan harina, les echan totes a los caballos para asustarlos y forman así peleas.

SEMANA: En 2013, una mujer murió al caerse en plena cabalgata. ¿Por qué la suspende solo ahora?

R. G.:
La señora ya no estaba en la cabalgata. Ese fue un hecho indirectamente relacionado. El punto es que este es un evento muy popular, que mueve 2 millones de personas. Y por respeto a la gente hicimos lo posible por evitar suspenderlo. Pero no hubo solución. Queremos remplazarla, por ejemplo, por algo que tenga que ver con la cultura del Pacífico.

SEMANA: Hay quienes consideran que la cabalgata representa la cultura mafiosa que tanto daño le hizo a Cali. ¿Usted qué piensa?

R. G.:
Hay de todo. Mucha gente que iba tenía un campesino o un abuelo cercano que se ponía sombrero y mulera y acudía con toda la familia. Obviamente, la cultura ‘traqueta’ está presente, pero no fue determinante para la decisión.

SEMANA: Otras razón para suspender la cabalgata es proteger a los animales. ¿Por qué no hace lo mismo con los toros?

R. G.:
Son totalmente diferentes. La cabalgata no tiene las connotaciones históricas, artísticas y la protección legal de los toros. En el caso de Cali, quienes ven toros son una minoría. No pasan de 13.000 personas y no le hacen daño a nadie.

SEMANA: Un defensor de animales podría exigir el mismo rasero para las corridas.

R. G.:
En 2013 no hubo animales maltratados gracias a algunas medidas que tomamos. Y aun así decidimos cancelar las cabalgatas.

SEMANA: ¿Tendrá la decisión un impacto financiero?

R. G.:
La venta de escarapelas generaba 350 millones de pesos. Pero había que contratar veterinarios e instalar puestos de hidratación, lo cual, a la hora de la verdad, no permitía recibir muchas utilidades.

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