ENTREVISTA
"Es necesario romper los apegos"
Walter Riso, psicólogo y escritor italo-argentino, lanzó en Colombia su nuevo libro 'Desapegarse sin anestesia'. SEMANA habló con él.
SEMANA: ¿A dónde apunta el título de su libro?
WALTER RISO: A romper con los apegos que nos atrapan. Pueden ser personas, objetos o situaciones. El apego es una vinculación obsesiva y una adicción socialmente aceptada. Lo que plantea el libro es una filosofía del desprendimiento.
SEMANA: ¿Cómo se enferma una persona de apego?
W.R.: Por la debilidad por el placer, producto de la inmadurez emocional. Y por una ambición desmedida que lleva a que la persona nunca esté satisfecha.
SEMANA: ¿Cómo se detecta la patología del apego?
W.R.: Por un deseo insaciable, siempre querés más. Y a pesar de lo negativo de la conducta, persiste en el comportamiento.
SEMANA: Eso suena doloroso. ¿Cómo, entonces, se logra el desapego?
W.R.: Sí, es muy doloroso. Lo primero es reconocer que uno está apegado y que las cosas no son para siempre. Y luego, hay que crear una resistencia activa, es decir, “bueno, no me voy a dejar dominar por esto”. Es en ese momento cuando sueltas tus armas.
SEMANA: ¿Es más difícil desapegarse de un amor, de alguien que muere, de los objetos, o es relativo?
W.R.: Desapegarse de alguien que muere no es tan difícil porque la propia naturaleza te ayuda con el duelo. De una persona que está con otra y que no quiere estar con vos, es muy complicado. La gente siempre tiene la esperanza y, por ejemplo, la esperanza de un amor imposible es terrible. Desapegarse de un objeto también es difícil porque depende solo de vos, el objeto no habla.
SEMANA: ¿Usted ha sentido que se muere de amor?
W.R.: Sí, en la adolescencia, dos o tres veces. Y siempre me preguntaba por qué siempre estoy en el lugar equivocado.
SEMANA: En realidad nadie se muere de amor...
W.R.: No, pero sí hay gente que entra en estados depresivos muy fuertes, incluso puedes matar por amor. Ahora, decir que me voy a morir de amor, es completamente estúpido.
Decir que por amor hacemos lo que sea, no es correcto. En el nombre del amor no se pueden hacer desastres.
SEMANA: ¿Le preocupa que a autores como usted y libros como los suyos los califiquen como embusteros?
W.R.: Yo soy un académico, tengo doctorado en Psicología y Filosofía. Traduzco la psicología a un lenguaje sencillo con la idea de ayudar. Los míos son libros de divulgación y de superación serios.
SEMANA: ¿Le molesta que califiquen sus escritos como de autoayuda?
W.R.: No. Me molestaría sentir que no lo hago bien. Yo no soy un escritor que escribe de psicología, soy un psicólogo que escribe. No tengo ínfulas de maestro ni de literato.