Entretenimiento
Feng Shui: esto es lo que le pasa a las energías si se tiran las cáscaras de limón
Este es uno de los métodos que más usan las personas para apartar las cosas malas de sus vidas.
La aplicación práctica del Feng Shui busca la manera de hacer la vida más llevadera y hacer que todo lo que se ponga en el entorno refleje lo que está sucediendo en el interior de cada individuo. Por esto, el Feng Sui pretende establecer relaciones armoniosas entre el yo interior y el ambiente exterior.
Este ordenamiento armónico del espacio puede tener influencia sobre todas las áreas de la vida de un individuo y al mismo tiempo contribuir a la felicidad, la riqueza y la buena salud del mismo. También se habla mucho de las energías y cómo diferenciar entre las buenas y las malas.
Según este método, las cáscaras de limón son las aliadas para evitar que si alguien está sintiendo malas vibras o cree que algo no está bien, pueda alejar todo eso de su vida. Cuando hay energías pesadas el ambiente se siente diferente, incomodidad, cansancio y tristeza son sentimientos habituales cuando esto ocurre.
Para limpiar la casa o el lugar donde esté pasando esto puede recurrir a las cáscaras de limón y ponerlas a secar en el sol. Una vez estén listas lo que debe hacer es atravesar un hilo y colgarlas como si estas fueran parte de la decoración de la casa. También los puede poner en su negocio o lugar de trabajo.
Cabe resaltar que el Feng Shui sirve para más cosas, como atraer la abundancia, rituales con el amor, armonía, suerte, entre otros. Este último es uno de los temas que más tiende a buscar la gente con este método pues el método explica que no todas las suertes son iguales. ¿Lo sabía?
De acuerdo con el Feng Shui, (viento y agua) el sistema chino que ayuda a sincronizar la armonía en el entorno para poder encontrar la riqueza, la salud, la felicidad y el fluir energético correcto, habla de tres clases de suerte o de estrellas que se deben mantener iluminadas sabiendo utilizar lo que la Gran Trinidad de los principios universales reconocidos como el Cielo, la Tierra y lo Humano tienen para cada una de las personas.
¿Cuál es la suerte celeste? Es aquella con la que se nace y para conocerla de forma acertada es fundamental consultar a un astrólogo conocedor del tema para aprovechar al máximo los talentos, bendiciones y sobre todo la misión que cada uno vino a cumplir en esta existencia pues aunque su destino no está bajo su control y no se puede cambiar, puede mejorarlo creando una magnífica suerte humana y una suerte terrestre positiva, pero para aprovecharla al máximo es fundamental conocer el momento correcto para hacer las cosas.
¿Cuál es la suerte terrestre? Se le conoce, generalmente, como suerte Feng Shui, es la que concierne al vivir en armonía con el Chi (energía) del entorno terrestre y para esto es fundamental conocer cómo está fluyendo la energía en su hogar, oficina, calle, edificios vecinos, jardín, etc., pues cuando se está en armonía y concordancia la buena suerte o buena estrella fluye pacíficamente, se mueve con serenidad y comodidad y la abundancia y la riqueza fluyen hacía usted sin mayor esfuerzo.
¿Cuál es la suerte humana? Se refiere a la conducta del individuo, sus actos, su actitud, su juicio pero un antiguo proverbio chino sobre la buena suerte dice: “Primero llega el destino, luego la buena suerte. Tercero llega el Feng Shui, pero tan importante como éste son las acciones y decisiones. Constituyen el 33% de la suerte, seguido de la filantropía y la educación”. De hecho, tanto chinos antiguos como modernos creen que existen varias cosas que uno puede hacer para aumentar la suerte personal.
Los siguientes elementos son considerados de influencia para la buena suerte:
- Conexión con el Maestro
- Nutrirse sanamente
- Transmitir el conocimiento
- Aprovechar la oportunidad
- Superar los límites
- Sacar el líder que todos pueden llegar a ser
- Vivir el éxito con humildad, respetar a los demás y a la naturaleza
- Vivir sin excesos, agradecer cada día, aceptar lo que no se puede cambiar, amar sanamente y disfrutar cada día como sí fuera el último.