Así fue el trasplante de rostro que involucró más de 80 profesionales y superó las 50 horas de trabajo
Samir Mardini, cirujano reconstructivo facial y director quirúrgico del Programa de Trasplante Reconstructivo de Mayo Clinic, lideró el procedimiento de más de 50 horas para devolverle un rostro a Derek Pfaff, joven que quedó desfigurado por un disparo. Habló con SEMANA y contó cómo fue enfrentarse a este reto de la medicina.
Derek Pfaff, nacido en Michigan, intentó quitarse la vida disparándose en su rostro; el joven no consiguió su objetivo y sufrió consecuencias devastadoras. Su rostro quedó totalmente desfigurado y perdió la posibilidad de hablar, respirar por la nariz, parpadear y comer.
Antes de que su caso llegara al Mayo Clinic, organización médica que se encargó de entregarle una nueva sonrisa, este joven se sometió a 58 cirugías para intentar recuperar el rostro que perdió cuando estaba en la universidad.
Luego de 10 años de tratamiento, Samir Mardini, cirujano reconstructivo facial y director quirúrgico del Programa de Trasplante Reconstructivo de Mayo Clinic, lideró un equipo de más de 80 profesionales que tuvieron turnos extensos para poder cumplir con el objetivo de trasplantar el rostro a Pfaff.
Mardini explicó que este procedimiento es sumamente complejo que requirió de otros procesos muy detallados en los que se incluyeron otro tipo de cirugías que hicieron mucho complicado este trasplante.
Antes y después de la cirugía de Derek Pfaff
“El trasplante facial incluye muchas de las técnicas que realizamos en cirugía plástica, como la cirugía ósea del esqueleto facial, la cirugía estética, la cirugía del nervio facial y la microcirugía reconstructiva. La parte más delicada e increíblemente importante del trasplante facial es la relacionada con el nervio facial”, explicó el especialista.
El experto, aseguró que una vez los huesos y los vasos sanguíneos fueron conectados, el procedimiento para enlazar las ramas del nervio facial es el más importante.
Mardini explicó que el trabajo fue “arduo” y que su equipo se fragmentó en dos grupos que trabajaron de forma simultánea en quirófanos separados.
“Un equipo se encargaba de la extracción del tejido del donante, mientras que el otro preparaba el rostro de Derek para recibir el trasplante. Esta parte tomó aproximadamente 20 horas, durante las cuales los miembros del equipo se turnaron para tomar descansos cortos”, agregó el encargado de liderar ambos grupos.
La preparación para este complicado procedimiento, según el especialista, tomo un tiempo bastante amplio, ya que se hicieron pruebas con cadáveres, para evitar cualquier paso en falso a la hora de la operación.
Sobre la procedencia del tejido donante, se supo que pertenecía a un hombre con una edad y tomó de piel similar al de Pfaff, condiciones que fueron evaluadas en profundidad para saber si el procedimiento podía continuar.
“Al igual que hacemos con órganos como el corazón y los riñones, el equipo que tiene un paciente en espera establece los criterios necesarios para que el donante y el receptor sean compatibles. En el caso del trasplante facial, notificamos a nuestra organización de procuración de órganos, LifeSource, los criterios de compatibilidad, que incluyen edad, género, tono de piel, virus de Epstein-Barr y tipo de sangre. Cada centro decide el rango de edad aceptable; generalmente, no consideramos donantes que sean más de 10 a 12 años mayores. Para nuestro paciente, consideramos donantes de hasta 12 años mayor o menor y una variación de tono de piel de un tono de diferencia. Una vez que se coincide en tipo de sangre, virus de Epstein-Barr y tono de piel, obtenemos más detalles del donante, incluidas imágenes como tomografías y fotografías, para decidir si seguir adelante con el proceso”, agregó el experto.
Para finalizar, el cirujano señaló que su compromiso fue tal con este procedimiento, que le costó trabajo tomarse las pausas obligatorias de descanso, algo, que confesó, solo fue posible gracias al respaldo profesional con el que contaba en su grupo de trabajo.
“Como líder del equipo, me resultó un desafío desconectarme completamente y tomar descansos largos, ya que estuve involucrado en la cirugía de principio a fin. Con el apoyo de un equipo increíble, logramos trasplantar parte de la frente, la nariz, el maxilar superior e inferior, los pómulos, los párpados superiores e inferiores, la boca y toda la piel del rostro y cuello de Derek, brindándole las funciones y la estética que deseaba”, concluyó.