Cundinamarca, una nueva región
Bogotá y Cundinamarca están muy cerca de hacer realidad el proyecto de convertirse en la primera Región Metropolitana del país. Esta figura permitirá impulsar proyectos que mejoren la calidad de vida de sus habitantes. Expertos analizan las ventajas y desafíos de esta apuesta.
Bogotá y Cundinamarca son el polo de desarrollo económico y empresarial más importante de Colombia. De acuerdo con el Observatorio de la región, esta zona genera el 32 por ciento del Producto Interno Bruto, concentra el 36 por ciento del total de empresas del país y el 54 por ciento de las de mayor tamaño. Además, representa el 19 por ciento del comercio exterior.
Todo este potencial comenzará a aprovecharse de una mejor manera gracias al proyecto de Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca, la primera figura de este tipo en Colombia. En diciembre de 2021 se aprobó la ley orgánica que da vía libre a su puesta en marcha y funcionamiento, sancionada en febrero de 2022. Consuelo Ordóñez, directora de Integración Regional de la Secretaría Distrital de Planeación (SDP), afirmó que durante los últimos tres años se lograron avances significativos frente a décadas de intentos fallidos que buscaban esta figura de gobernanza.
“Se logró un acto legislativo que modificó el artículo 325 de la Constitución Política que decía que Bogotá podría conformar un Área Metropolitana (AM), como las demás del país, para convertirla en una región especial. De esta manera, permitió la creación de la Región Metropolitana Bogotá -Cundinamarca como una entidad administrativa de asociatividad regional de régimen especial que, en mi concepto, eliminó los principales temores que tenían los municipios de asociarse con la capital. Esta institucionalidad formal nos permitirá desarrollar proyectos continuos y de largo plazo para potenciar las grandes capacidades de esta región absolutamente pujante y vibrante. Si se trabaja de una manera coordinada y encontramos unos espacios tanto de diálogo como de gestión conjunta podremos hacer realidad todas esas potencialidades”, señaló Ordóñez.
De esta forma, la capital del país, la Gobernación del departamento y los 116 municipios podrán asociarse cuando compartan dinámicas económicas, territoriales, sociales y ambientales para impulsar proyectos en siete frentes que son claves para mejorar la calidad de vida de sus habitantes: movilidad, servicios públicos, desarrollo económico, seguridad, ordenamiento territorial, ambiente y seguridad alimentaria, y comercialización.
A diferencia del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, en Antioquia, que promueve la integración de municipios cercanos a un territorio núcleo, la Región Metropolitana se concibe como una asociación voluntaria que promulga condiciones de igualdad y respeto. De hecho, se establece que las entidades territoriales que hagan parte de la iniciativa mantendrán su autonomía y no quedarán incorporadas a la ciudad capital. Esto permitirá, por ejemplo, que municipios que están a varios kilómetros de Bogotá puedan hacer parte de la región para trabajar en proyectos en conjunto cuando compartan intereses.
En la práctica ya se está haciendo así. De acuerdo con Ordónez, existen muchas propuestas identificadas y algunas iniciativas que han avanzado a través de instancias como el Comité de Integración Territorial en el que participan Bogotá, Cundinamarca y 28 municipios, que tiene como propósito convertirse en una mesa de diálogo regional para abordar temas de ordenamiento territorial y de desarrollo económico y social.
La Gobernación de Cundinamarca ya autorizó el ingreso del departamento a la Región Metropolitana. Bogotá inició su trámite de aprobación ante el Concejo.
Así avanza el proceso
En esta etapa del trámite, la más adelantada es la Gobernación de Cundinamarca, que ya autorizó el ingreso del departamento a la Región Metropolitana. Por su parte, Bogotá inició su trámite de aprobación ante el Concejo, en el que ya se llevó a cabo la primera audiencia pública.
En este espacio, la alcaldesa de la ciudad, Claudia López, pidió el apoyo de los concejales para vincularse al proyecto y, de esta manera, sacar adelante iniciativas tan importantes como el RegioTram de Occidente. “Hoy, la región está a medias con un miembro que es Cundinamarca, pero falta el otro, es decir, Bogotá. Si el Concejo nos da su autorización para vincularnos a la Región Metropolitana, lo que sigue es que los demás municipios del departamento, ojalá los 116, tendrán que pedirles a sus respectivos concejos que les den esa aprobación”, señaló López.
De acuerdo con Patricia González Ávila, secretaria de Integración Regional de Cundinamarca, en el marco de la Región Metropolitana ya se creó la Agencia Regional de Movilidad, que trabaja para mejorar las vías y la interconexión vial. Adicionalmente, hay otros avances como el RegioTram de Occidente, el primer tren eléctrico que tendrá Colombia y que conectará a Bogotá con los municipios de Mosquera, Funza, Madrid y Facatativá. También está contemplada la puesta en marcha del RegioTram del Norte y los cables aéreos de Soacha y San Rafael; la construcción, operación y mantenimiento de la ALO Sur y la ampliación de la carrera Séptima desde la calle 200 hasta la calle 245, y la Autopista Norte entre la calle 193 y la calle 245.
“La Región Metropolitana es una figura importante de asociatividad, un instrumento que permitirá sumar esfuerzos y recursos para ejecutar proyectos de impacto regional que redundará en más bienestar para los ciudadanos, en mayor competitividad. Es una manera de concretar y de materializar la descentralización”, añadió González.
Sí, pero no así
Pese a que diversos sectores concuerdan en que Bogotá y Cundinamarca deben integrarse para sacar adelante proyectos estratégicos en la región, se escuchan voces que advierten que aún hay temas fundamentales sin resolver, como de dónde saldrán los recursos para financiarlo, quién va a dirigir y controlar la Región Metropolitana y qué va a pasar con la gobernabilidad de los municipios frente a este organismo suprarregional, entre otros temas.
De acuerdo con la concejal de Bogotá Diana Diago, una de las preocupaciones es si Bogotá, que será cabeza de la Región Metropolitana, está preparada para asumir ese rol y ser autoridad regional en temas ambientales, de seguridad, infraestructura y movilidad, que se sumarán a las diversas problemáticas que hoy tiene la capital del país. “Hay que aterrizar el proyecto. Se requiere que se decanten aún más varios temas y por eso se han escuchado propuestas de esperar para lograr concretar un proyecto más fortalecido.
Por ejemplo, Soacha no quiere hacer parte, siendo una pieza clave para el tema de transporte y movilidad de la región. En este momento, no se ha aterrizado nada, no es claro el plan que Bogotá tiene frente al tema”, señaló. Por su parte, el concejal Rolando Gómez considera que la iniciativa es conveniente y hay que sacarla adelante, sin embargo, también le preocupa lo que suceda con las corporaciones autónomas. “En este momento lo más importante será que la administración distrital aclare todas las dudas que se tienen frente al tema y que la persona que quede encargada de la Región Metropolitana conozca muy bien el comportamiento y las problemáticas que tiene tanto la ciudad como el departamento”, dijo.
El exalcalde de Bogotá Enrique Peñalosa fue contundente al señalar que la Región Metropolitana será otra Corporación Autónoma Regional en la que Bogotá aporta la mayor cantidad de recursos, pero no tiene una gran representación en su dirección. “Al igual que la CAR, puede llegar a tener graves problemas de politiquería y no resuelve el problema grueso que es la desigualdad. Lo lógico habría sido fusionar a los municipios, para que los más ricos como Sopó, Chía o Cota ayuden a subsidiar a Soacha. Dudo, incluso, de su capacidad de hacer una planeación seria, porque eso no se ha definido bien, y los intereses de los terratenientes de los municipios seguirán presionando a favor de la expansión, lo que generará graves problemas ambientales y de tráfico, entre otros. La Región Metropolitana es algo que suena bonito y sexy, pero es otra burocracia que ‘ordeñará’ a los bogotanos y no resuelve los verdaderos problemas”, aseveró.
El camino recorrido
Aunque la Región Metropolitana se concibió como una figura distinta a las Áreas Metropolitanas, su espíritu es muy parecido: aprovechar las potencialidades de los territorios en beneficio de todos y trabajar de manera conjunta para sacar adelante proyectos estratégicos en común. Por esta razón, la experiencia que han adquirido las seis Áreas Metropolitanas que tiene hoy el país será fundamental para el proceso en el que se embarcarán Bogotá y Cundinamarca.
Para César Camilo Hernández, director del Área Metropolitana de Bucaramanga, “es clave generar una planificación e instrumentos y herramientas para trazar objetivos a corto, mediano y largo plazo”. Por su parte, Juan David Palacio Cardona, director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, afirmó que Bogotá debe entender que debe ser solidaria y aportar recursos para llevar desarrollo a otros municipios y así eliminar las presiones a la ciudad.
“Se le deberían asignar a la región competencias como autoridad ambiental o en materia de transporte para que no sea solo un espacio político o de articulación. No se puede ver únicamente como un espacio al que lleguen recursos para ejecutarlos a través de proyectos u obras”, señaló. Y agregó que en el país hay muchas posibilidades de áreas metropolitanas o esquemas asociativos. “No quiero hacer juicios de valor para decir cuál es el ideal, lo importante es que haya un espacio de articulación”.