El soldado indígena guardián de Caño Cristales
Su trabajo sigiloso mantiene seguros a los cerca de 2.700 transeúntes que a diario pasan por este paraíso colombiano.
En el primor de Colombia
tengo que decir al viento,
que el río Caño Cristales
de colores está envuelto.
Mi bello Caño Cristales
entre tus aguas de nieve
se mecen nardos y rafia,
que siguen a la corriente
entre los tonos del agua.
Mi bello Caño Cristales…
Navegas entre las flores,
desde Sierra Macarena,
Caño Cristales te llaman
al cauce de mil colores.
Mi bello Caño Cristales…
Tu madre suave y melosa
vestida de grana y plata,
sonando vas y suspiras
entre el reflejo del agua.
Mi bello Caño Cristales…
Los peces son tus leales
en las aguas de tu alma,
vertiendo son y suspiros
del quinto color de plata.
Mi bello Caño Cristales…
Siempre poderoso sales
entre corriente tú llevas,
las flores tan naturales
del suspiro de la Tierra.
Mi bello Caño Cristales…
Te pavoneas con agua
entre colores de fango,
con olores de azucena
unido al olor del nardo.
Mi bello Caño Cristales…
En Colombia inhalando
con tono azul y rosado,
vestido de verde luna
y de lloros empapado.
Mi bello Caño Cristales…
Es un río del hermano,
de mujer y de los hijos,
de la dignidad del agua
cantando colores finos.
Mi bello Caño Cristales…
Aquí admiramos tu sino…
Este poema, del escritor Críspulo Cortés Cortés, conocido en el mundo de la literatura como ‘El Hombre de la Rosa’, resume la inspiración que produce Caño Cristales.
Ubicado en la sierra de La Macarena, en el municipio que lleva el mismo nombre, en el departamento del Meta, este paraíso colombiano de a poco atrae a más y más turistas. Con el temor propio que durante años suscitó que dicho lugar estuviera ubicado en una zona que marcó el conflicto armado colombiano, millones de personas rehusaron pisarlo. Hoy, la percepción es diferente y cada vez más visitantes se acercan, 27.000 en promedio desde junio de 2021, según cifras que el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo le dio a conocer a SEMANA.
En medio de las visitas del día y en la lucha diaria para que en un lugar de estas características no se adelanten construcciones, hay unos vigilantes que suelen pasar desapercibidos, con un rol determinante para garantizar la seguridad. Todos portan fusil, pero no todos están en la guerra. Algunos lo portan para defender a la naturaleza. Uno de ellos es el soldado profesional Octavio Apushana Ipuana, oriundo de La Guajira, quien terminó cruzando el país para custodiar el denominado río de las algas rojas o río de los siete colores. “Soy el soldado Apushana Ipuana Octavio. Pertenezco a la Fuerza de Tarea Conjunta Omega. Mi rol aquí en el Ejército es cuidar el agua, la vida, los ecosistemas, el medioambiente, la naturaleza”, aseveró el uniformado.
Nacido el 10 de abril del año 2000, el soldado indígena le encuentra mucho sentido a su rol en Caño Cristales, toda vez que, aseguró, recibió una formación en la cultura wayúu destinada al cuidado del medioambiente. “De niño me enseñaron a cuidar la naturaleza. Mis padres me enseñaron a cuidar el agua. Y a mis padres sus abuelos, mis antepasados. Ellos me enseñaron a cultivar, a cuidar la naturaleza”, agregó, mientras portaba su fusil y de fondo con el río de Caño Cristales haciendo su tradicional y encantador sonido.
El soldado guajiro Octavio Apushana tomó otra particular decisión. Mientras monta su hamaca en medio de la naturaleza, cuando tiene que poner su carpa sobre la tierra porque así lo demanda la instrucción de sus superiores, ha ocupado el tiempo sembrando árboles. “La naturaleza es vida”, dice tanto en español como en wayúu.
Haciendo uso de su lengua nativa le suele hablar a Caño Cristales. De acuerdo con su relato, es una tradición de la comunidad de la cual proviene y le genera una conexión especial. “Las costumbres de nosotros los wayúu, estando en mi comunidad, me gustaba mucho cuidar a los animales, sembrar. Y cuando terminé eso decidí vincularme a la institución, al Ejército. Luego, cuando terminé mi servicio, decidí quedarme como soldado profesional en Caño Cristales”.
Al ser consultado por la belleza del lugar, el uniformado destaca la manera en que resplandecen las algas rojas al brillo del sol. Dice que es una sensación compleja de describir, pero única. “Claro que es seguro estar aquí porque está su Ejército, también la Armada y la Fuerza Aérea. Los extranjeros vienen a divertirse, a hacer caminatas con la naturaleza”, declaró.
El soldado guajiro estudió la primaria en su ranchería, llamada Youleth. Es el cuarto de siete hermanos, cinco hombres y dos mujeres, y con 21 años de edad decidió quedarse en la institución castrense prestando un servicio ambiental. Empezó su carrera militar en el Batallón de Artillería # 2 de La Popa, en Valledupar, hasta terminar inmerso en Caño Cristales.
De acuerdo con la Fuerza de Tarea Conjunta Omega, a la cual está adscrito el soldado indígena wayúu, en Caño Cristales han registrado la visita de miles de personas desde junio, 27.000 según el Ministerio de Comercio. “Desde el mes de junio de 2021 se abrió al público el atractivo, luego de un año y medio de cierre debido a la pandemia. Desde esta fecha se han recibido al día de hoy 2.700 personas aproximadamente”, señaló la cartera en mención.
Respecto a quienes visitan este paraíso, el Ministerio de Comercio explicó: “La mayoría de los visitantes son nacionales, pero hay un número muy importante de extranjeros de diferentes países, en donde las personas provenientes de España y Francia son los que más han visitado durante 2021″.
Entre tanto, el Ejército colombiano también registra visitas de personas desde Brasil, Turquía, Grecia, México, Holanda, Estados Unidos, Italia, Venezuela, Israel, Alemania, Puerto Rico, China, Polonia, Canadá, Rusia, Ucrania, Inglaterra, Austria, Suiza, Ecuador, Bélgica, India, Rumania, Honduras, Perú, Portugal, Sudáfrica, Austria y Bélgica.
“Siempre ha contado con la presencia de la fuerza pública, excepto en el periodo de la zona de distensión en el gobierno del expresidente Andrés Pastrana Arango, después de la retoma ante los fallidos diálogos de paz con las extintas FARC. El sector es controlado por las tropas de la Fuerza de Tarea Conjunta Omega, la cual fue creada en año 2003″, informó a SEMANA un vocero oficial de esa estructura militar en La Macarena, en el departamento del Meta.
“El municipio de La Macarena está en excelentes condiciones de seguridad. Es una zona controlada militarmente y preparada para recibir turistas provenientes de todas las regiones de Colombia y del mundo. Adicionalmente, los operadores y guías de turismo son de la comunidad local, los cuales se han preparado para ofrecer una actividad turística de calidad y en donde la seguridad es un tema prioritario y cuidan mucho de sus turistas”, indicó, por su parte, la cartera citada.
Así le habla el soldado profesional Octavio Apushana Ipuana, en su lengua original, a Caño Cristales:
¿Ir a Caño Cristales tiene costo?
La respuesta la suministró el Ministerio de Comercio. “Actualmente cada visitante debe realizar un pago de contribución al turismo y un impuesto a Parques Nacionales y Cormacarena los cuales se cobran de acuerdo con la edad y procedencia del visitante”.
Estos son los pagos a realizar:
Contribución al Turismo: este pago es recaudado por la Alcaldía del municipio de La Macarena
• Nacionales colombianos: 27.600 pesos (US$8)
• Extranjeros: 41.400 pesos (US$12).
Cormacarena y Parques Naturales
El pago por ingreso a áreas protegidas del Parque Nacional Sierra de La Macarena es recaudado por Cormacarena y Parques Nacionales:
Colombianos
• 5-12 años: 33.100 pesos (US$9,70)
• 12-25 años: 49.200 pesos (US$14,40)
• 25-65 años: 64.700 pesos (US$19)
• Mayores de 65 años: sin costo
Extranjeros
• Países CAN (Bolivia, Ecuador y Perú): 64.700 pesos (US$19)
• Los demás países: 98.300 pesos (US$28,80)
Adicionalmente, debe pagar los servicios de guía para ingresar al parque y, según su lugar de procedencia, tendrá que pagar transportes fluvial, terrestre, aéreo y finalmente los servicios de alojamiento.
aricot@semana.com