Quinta del Puente: los secretos del colegio en Floridablanca que es el mejor del país
En los últimos años, ha sido incluido 15 veces en el top diez de los mejores colegios del país, elaborado por Dinero. Además, contando la actual edición, ha ocupado el primer lugar en cinco ocasiones (2009, 2011, 2012, 2018 y 2020).
Desde hace más de una década, cada vez que se elabora un ranking de los mejores colegios del país es usual encontrar a La Quinta del Puente, de Floridablanca, en los primeros lugares.
Fue fundado en 1977 y graduó su primera promoción de bachilleres en 1991. En los últimos años, ha sido incluido 15 veces en el top diez de los mejores colegios del país, elaborado por Dinero. Además, contando la actual edición, ha ocupado el primer lugar en cinco ocasiones (2009, 2011, 2012, 2018 y 2020).
Para Matilde González, su rectora y fundadora, no es sorpresa el buen rendimiento de los estudiantes, dado que, a pesar de la pandemia y la virtualidad, los jóvenes cuentan con bases sólidas adquiridas a lo largo de toda su vida escolar.
“Empezamos desde el preescolar, porque lo que se desarrolle ahí será la clave para el éxito en el resto del bachillerato”, dice esta educadora.
Explica que lo fundamental en el éxito de la institución es el estudiante como gran protagonista de su aprendizaje, es él quien labra su propio camino con la guía del profesor. Para ello, se basan en un modelo denominado flipped classroom (aula invertida), en el cual se deja atrás ese paradigma de aprender memorizando y escuchando una clase magistral, y se pasa a aprender haciendo y basándose en las experiencias.
Si bien para muchos colegios la llegada de la pandemia y la adopción de la virtualidad se convirtió en todo un desafío, este proceso fue completamente armónico para La Quinta del Puente. “Tenemos un proyecto educativo bien estructurado y un desarrollo curricular integral que nos permite trabajar de diversas formas. Ahora utilizamos más las plataformas que ya teníamos, pero el alumno sigue siendo el gran protagonista de su aprendizaje”, concluye González.