Los militares y civiles que en la selva actúan como Íngrid Betancourt y el Mono Jojoy

“Recuerdo las jaulas, por supuesto. Algunas con un poquito más de comodidad, otras más difíciles. En los videos que filmaban las mismas FARC el país se daba cuenta de que él estaba encaramado en una garita. Eso es un ejemplo de lo que allí pasó. En otras ocasiones pasaba de largo. Alguna vez nos sacaron de una jaula, en la que estábamos con dirigentes políticos, y nos llevaron a lo que ellos llamaban el aula, nos sentaron y filmaron unas pruebas de supervivencia”.

El relato es del general retirado Luis Herlindo Mendieta, el oficial de más alto rango que estuvo en poder de las FARC. Durante 11 años y 6 meses soportó el cautiverio al que lo sometió la guerrilla y el discurso de Víctor Julio Suárez Rojas, alias Jorge Briceño o Mono Jojoy.

El guerrillero solía pararse en un espacio que lo dejara a la vista de los secuestrados dentro de una jaula, en una posición de altura. Allí, les hablaba de política y les hacía anuncios a los plagiados e intentaba desmarcarse de su responsabilidad como secuestrador. “Siempre insistiendo en el canje y diciendo que estábamos allí por culpa del Gobierno”, recuerda el general Mendieta, en diálogo con SEMANA.

Alias Mono Jojoy fue abatido el 22 de septiembre del año 2010 en La Macarena, en una operación que se denominó Sodoma, evocando la ciudad bíblica donde sucedía todo tipo de aberraciones. Una ciudad maldita. Su maldad fue tal que las Fuerzas Militares decidieron no someter sus prácticas al olvido. Al contrario, revivirlas. Y para ello personificaron a un militar que hiciera las veces del Mono Jojoy, para que la comunidad internacional y, en general quien los visite, conozca de primera mano lo allí vivido.

De igual manera, el plan consistió en personificar a las víctimas. A los militares que estuvieron secuestrados por las FARC, a los civiles, a los extranjeros y a cuanta persona estuvo bajo sus cadenas. Un ejercicio de memoria para que el mundo no olvide que cientos de personas estuvieron dentro de jaulas, encadenados y plagiados mientras la discusión política se daba alrededor de las posibilidades del denominado acuerdo humanitario o canje, la opción de liberar guerrilleros en las cárceles a cambio de liberar secuestrados.

También se buscó el rescate por la vía militar, como sucedió con el general Mendieta, el coronel Enrique Murillo, el coronel William Donato Gómez y el sargento Arbey Delgado en la denominada Operación Camaleón del 13 de junio de 2010. También la célebre Operación Jaque del 2 de julio de 2008 que consiguió la libertad de 15 personas secuestradas por las FARC. O las intermediaciones que dieron lugar a las liberaciones, como lo consiguió en su momento la exsenadora Piedad Córdoba.

“Ahí tenemos a una persona que representa a Íngrid Betancourt. Alguien en su momento representó al Mono Jojoy. Esa persona ya no está en la zona, entonces lo estamos haciendo con un soldado. Muchos de los civiles que aún viven en La Macarena, en la vereda conocida como Aguazul, también nos dieron indicaciones de cuál era el comportamiento, de cuáles eran las restricciones para movilizarse en la zona cuando eso era campamento guerrillero. Algunos civiles han participado, especialmente en la recreación, en cómo estaba organizada la cosa. En la demostración, en su mayoría militares”, le dijo a SEMANA el brigadier general Royer Gómez Herrera, comandante de la Fuerza de Despliegue Rápido N.º 1 en La Macarena (Meta).

El lugar para recordar la tragedia del secuestro fue instalado en la misma zona, en el mismo campamento que utilizaron las FARC y que ahora cuenta con presencia de la fuerza pública. “Este lugar se encuentra acá, a aproximadamente cinco kilómetros del municipio de La Macarena. Está ubicado a un lado de la carretera que va de La Macarena (Meta) a San Vicente del Caguán (Caquetá). En este momento tenemos ubicada una base militar. En su momento, especialmente durante la época de la zona de distensión, entre el año 1998 y 2002, ahí hubo un campamento guerrillero que estaba a órdenes directas de Jorge Briceño Suárez, alias el Mono Jojoy”, explicó el general Gómez Herrera.

El oficial recordó la zona de distensión, un espacio de 42.000 kilómetros cuadrados que comprendió los municipios de La Uribe, Mesetas, La Macarena, Vista Hermosa, en el departamento del Meta, así como San Vicente del Caguán (Caquetá), que estuvo sin presencia militar durante los diálogos del gobierno del expresidente Andrés Pastrana con ese guerrilla. Terminada esa zona de distensión, las Fuerzas Militares intentaron recuperarla. Luego vinieron más plagios por parte de esa guerrilla y con la firma del Acuerdo de Paz entre Gobierno y las FARC en 2016, los uniformados quisieron consolidar la idea de mantener vivo un lugar de memoria histórica. “La particularidad de ese campamento guerrillero, en ese sector que se conoce como El Borugo, y que hoy en día mantenemos el mismo nombre como Base Militar El Borugo, es que fue en ese campamento donde permanecieron cautivos muchos de los secuestrados que para esa época tenía la organización de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia”, agregó el comandante de la Fuerza de Despliegue Rápido N.º 1 en La Macarena (Meta). “Hubo cerca de 206 personas, entre militares y policías; ahí estuvieron también los tres contratistas norteamericanos (Keith Stansell, Marc Gonsalves y Thomas Howes) y estuvo también la excandidata presidencial Íngrid Betancourt”, explicó.

“Este campamento era como el campamento base de las FARC en la zona de distensión, por lo menos en lo que tiene que ver acá con el municipio de La Macarena. En este campamento se hicieron célebres las jaulas en las que mantenían a las personas secuestradas, en unas condiciones infrahumanas, encadenados, amarrados entre palos, en unas condiciones que Colombia y el mundo pudieron ver cuando salieron esas imágenes de cómo mantenían ellos a las personas secuestradas”, recordó el brigadier general Royer Gómez Herrera.

“Entonces, lo que hicimos nosotros, cuando se termina la zona de distensión, en el año 2002, y se recuperan esos 42.000 kilómetros para el Estado colombiano, para la institucionalidad, con un costo de vida para militares y civiles muy alto, fue recrear en la misma base de El Borugo, donde existió el campamento guerrillero. Lo que pretendimos es recrear lo que allí pasó, hacer una remembranza de cómo estaba organizado el campamento guerrillero, cómo vivía la guerrilla en esa época, las cosas que ellos hacían, a qué se dedicaron. Por ejemplo, algo que desarrollaron fue el manejo de los artefactos explosivos. Recordemos que para esa época en Colombia fueron ubicados acá unos ciudadanos irlandeses que vinieron a brindarles capacitación en el manejo de artefactos explosivos. Y lo que hemos querido es eso: remontar esos hechos de esa época”, agregó.

En diálogo con SEMANA, un capitán señaló que hay personas que han ayudado mucho para mantener vivo el recuerdo de aquel capítulo negro para la historia colombiana. “Jojoy es un soldado profesional que labora en la sección de Acción Integral del Batallón de Despliegue Rápido No. 2. Íngrid Betancourt es una señora civil que labora en el dispensario médico del Fuerte Militar La Macarena”, explicó.

Durante la actuación, la persona que interpreta a Íngrid Betancourt permanece en silencio, con su mirada hacia el piso y recordando la imagen de la excandidata presidencial que le dio la vuelta al mundo cuando se conocieron pruebas de supervivencia, el primero de diciembre de 2007. La exdirigente política colombo-francesa estuvo plagiada desde el 23 de febrero de 2002 hasta el 2 de julio de 2008, cuando se registró la histórica Operación Jaque.

“Nuevamente se reconstruyeron las jaulas en las que mantuvieron cautivos a los secuestrados y hemos reconstruido esto con personajes. Incluso tenemos un joven que es de las Fuerzas Militares, que tiene un parecido físico muy cercano al Mono Jojoy y lo que hemos hecho es recrear esas imágenes y lo que vivieron y cómo lo vivieron las personas que estaban secuestradas”, informó el comandante de la Fuerza de Despliegue Rápido N.º 1 en La Macarena (Meta).

“El teniente (Raimundo) Malagón, que hoy en día ya es coronel. Usted lo recuerda porque en la liberación de los secuestrados en la Operación Jaque dijo que era el teniente del orgulloso Ejército Nacional, ha sido clave para ubicarnos especialmente, para hablarnos de esa rutina y cuál era el comportamiento en esa época de la guerrilla de las FARC”, agregó.

“Hemos hablado con mi general Mendieta (Luis Herlindo). Fue secuestrado en la base del comando de la Policía en Mitú (el primero de noviembre de 1998). Con esto hemos querido conformar esa memoria histórica de lo que ahí pasó. Hemos hablado, igualmente, con otros secuestrados militares, policías que nos decían lo que allí vivían”, agregó el general.

El general Mendieta, por su parte, dijo en SEMANA que no ha visitado el sitio, pero resaltó el esfuerzo militar frente a un lugar de estas características. Además, recordó que en Europa hay campos de concentración en pie, justamente para hacer ese eco de memoria ante la infamia. Mendieta fue secuestrado por las FARC el primero de noviembre de 1998 y rescatado por el Ejército Nacional el 13 de junio de 2010. Estuvo en poder de esa guerrilla 11 años y 6 meses.

Al ser consultado por las declaraciones del brigadier general Royer Gómez Herrera, en el sentido de que él ya conocía este lugar, aseguró: “No. Yo no he ido a ningún sitio de esos que hayan reconstruido. Incluso en una oportunidad, cuando estaba el gobernador (del Meta) Alan (Jara, quien estuvo secuestrado desde el 15 de junio de 2001 hasta el 3 de febrero de 2009) hablamos de si podíamos ir a algunos de esos sitios, pero no fue posible. Tocaría verlo”.

“La reconstrucción de memoria, excelente, porque eso es lo que debe quedar. Yo tuve la oportunidad de estar en los campos de concentración de Auschwitz-Birkenau. Ellos han conservado esos escenarios para dar historia, para el tema de los derechos humanos en Europa. Yo participé en varios seminarios, también estuve en Jerusalén en el Museo del Holocausto. Quisiera ir, como una terapia de choque. El de La Macarena es uno de los lugares de los más de 200 sitios donde nos tuvieron. Para la memoria histórica es perfecto y se deben cuidar esos sitios, como en Europa”, acentuó.

De acuerdo con las autoridades en El Borugo, toda persona que quiera hacer un ejercicio de reconstrucción de la historia colombiana, del secuestro, de la importancia del respeto a los derechos humanos, puede hacerlo. “Hemos tenido visitas de muchas partes. Viene, por ejemplo, el curso de seguridad y defensa nacional de la Escuela Superior de Guerra. Vienen civiles, hay personas del Gobierno, de la empresa privada. Muchas entidades que visitan La Macarena. Igualmente, hemos tenidos visitas de delegaciones de los Estados Unidos, nos han visitado delegaciones que vienen a La Macarena. Y para eso está en El Borugo, para mantener la memoria de personas que sufrieron y murieron ahí, en esas jaulas de cautiverio”, indicó el brigadier general Royer Gómez Herrera.

De igual manera, señaló el comandante de la Fuerza de Despliegue Rápido N.º 1 en La Macarena (Meta), las instalaciones siempre están puestas. Y si alguna persona o delegación quiere ver la puesta en escena que busca la reconstrucción de la memoria, ellos la hacen. “Cuando hay una visita especial se programa. Ya tenemos montados libretos y la representación como se hace. Quiero resaltar algo y es que nosotros hemos hablado con los secuestrados que estuvieron ahí, hoy en día Base Militar El Borugo, en su momento campamento El Borugo, y ellos nos han ubicado respecto a dónde estaban ubicadas las jaulas, por dónde era que llegaba el Mono Jojoy, dónde era que ubicaban a los guerrilleros que los tenían cautivos, cuál era su diario vivir, a qué dedicaban el tiempo en esas eternas horas y esos largos días de cautiverio y casi nos hemos ubicado en el mismo lugar donde estuvieron ellos. La representación se hace cuando viene una visita especial y nos piden que les hagamos esa presentación”.

Respecto a su ubicación, el oficial señaló como referente Caño Cristales, el punto turístico sobre el que millones de turistas consultan. “Esa zona es de conservación. Se llama El Borugo porque anteriormente hubo ahí un mamífero pequeño, como un roedor, y se conoce como borugo. Y ahí hay un caño y se conoce como El Borugo. Venir a La Macarena es seguro. Estamos próximos a la temporada turística a partir del 15 de mayo, con la apertura de Caño Cristales, y están dadas las condiciones para los colombianos que quieran visitar La Macarena y Caño Cristales con seguridad. La Macarena es el punto central. Hacia el norte, más o menos a cinco kilómetros está Caño Cristales. Y de La Macarena hacia el sur está La Base Militar El Borugo”.

“Eso se mantiene. Como digo es una zona de conservación, no hay edificaciones, lo que se hizo fue reconstruir las jaulas y ambientar cómo funcionaba el campamento guerrillero. Cualquier persona que quiera visitar La Macarena y visitar no solamente Caño Cristales sino este campo donde funcionó el campo de concentración o esas jaulas, lo puede hacer sin inconveniente. No hay ninguna restricción para entrar y si desea la demostración, la hacemos”, agregó.

Respecto a la situación de orden público en la zona, el oficial reconoció algunos retos. “Acá tenemos la presencia del Grupo Armado Organizado Residual, yo conozco hace varios años esta región. He estado aquí en varios grados de mi carrera y hoy en día estoy acá como comandante de la Fuerza de Despliegue Rápido y las condiciones de seguridad han mejorado muchísimo. Sin embargo, hay unos focos que generan alguna amenaza, que generan algún grado de inseguridad en la población. Pero es una zona que está en proceso de consolidarse, ya no hay esa capacidad armada que en su momento tuvieron las extintas FARC. Tenemos unos grupos emergentes pequeños, es innegable que tienen una capacidad armada, pero ya no tienen esas capacidades que tuvieron en su momento en cuanto al número y en cuanto a la capacidad militar”. Así las cosas, donde alguna vez mantuvieron cautivos a civiles y policías, algunos por más de una década, hay un rincón del país que rinde tributo a las víctimas. Aún no ha ido ningún victimario. Es un lugar para no olvidar.

aricot@semana.com