Las mejores universidades de Colombia en 2022
La pandemia fue una prueba de fuego para la educación.
En el caso de la superior, las universidades tuvieron que enfrentarse a nuevas modalidades de enseñanza apoyadas en la tecnología y la virtualidad, y al golpe social que representó para miles de familias la pérdida de empleos y la deserción estudiantil. Sin embargo, no fueron los únicos desafíos. Todavía se mantienen retos estructurales que hoy día están vigentes y generan brechas que es necesario cerrar.
La cobertura y la posibilidad de que los bachilleres lleguen y puedan prepararse para acceder a empleos formales y de calidad es uno de ellos. La tasa de cobertura de la educación superior en las primeras dos décadas de este siglo fue cercana al 52 por ciento. Y, según el libro ¡Repensar la educación! de la Fundación Empresarios por la Educación, la mitad de quienes consiguen engancharse a un modelo de educación ‘posmedia’ deserta sin completar su programa de formación. “Estas situaciones son parte de las consecuencias de la falta de herramientas, información y alternativas, sumadas a la inequidad en la que miles de estudiantes hacen su travesía por el sistema educativo en Colombia. Las deficiencias de la formación a la que pueden acceder los jóvenes complejizan aún más los desafíos que el país enfrenta en materia de productividad y competitividad”, agrega el documento.
De esta manera en el país se está perdiendo una gran posibilidad de que los jóvenes accedan a mecanismos concretos para lograr una mejor calidad de vida, tengan mayor movilidad social y se alejen de la trampa de la pobreza.
Dolly Montoya, rectora de la Universidad Nacional y presidenta de la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe recalcó que uno de los desafíos más grandes es la marcada desigualdad en acceso a la educación, ya que América Latina es la región con mayor inequidad en el mundo en este rubro, lo cual se refleja en la falta de oportunidades que tienen miles de jóvenes de los distintos países de la región.
Pero no es suficiente con tener la cobertura y el acceso. Es necesario mejorar la calidad, pues la brecha en la educación superior es muy alta, y conectar las necesidades del mercado laboral con la oferta que sale de las universidades. Según un análisis de Anif, los jóvenes presentan mayores tasas de desempleo que el promedio de la población pues cuentan con grandes barreras de entrada al mercado laboral. Adicionalmente, la fragilidad de la formación para el trabajo y la desconexión actual existente entre dicha formación y las necesidades de las empresas es muy amplia.
El otro gran desafío es la financiación y la gratuidad. De acuerdo con Alejandro Gaviria, ministro de Educación, la prioridad es la ampliación de la cobertura de la educación superior en 500.000 jóvenes –para universidades públicas y privadas–, como anunció en una reciente entrevista con El Tiempo. Ese cambio extremo vendrá acompañado de una gran reforma al Icetex.
Según un informe de la firma de abogados Brigard Urrutia, el Icetex anunció que a partir del año 2023 “los beneficiarios que reciban nuevos desembolsos de su crédito tendrán una tasa de interés del 0 por ciento (IPC+0 por ciento) y no se capitalizarán intereses, medida que se estima beneficiará a 110.000 estudiantes. Los destinatarios de esta medida serán los usuarios del crédito educativo tradicional del Icetex y que no cuenten con otros subsidios”, dice el análisis.
Sin embargo, al cierre de esta edición había tensiones. Algunas informaciones, como la del Observatorio de la Universidad Colombiana, daban cuenta de que serían las instituciones educativas las que asumirían los intereses por encima del IPC de sus estudiantes con crédito del Icetex.
En el caso de las universidades públicas se avanzará en la consolidación y ampliación de la política de gratuidad, que también impactará la cobertura. La educación es el sector de mayor destinación de recursos del Presupuesto General de la Nación, con casi 55 billones de pesos para el año entrante, frente a 49 billones que tuvo en 2022.
El financiamiento y la cobertura son temas fundamentales. El país está en un proceso inflacionario que parece no ceder y ya supera el 12 por ciento, también registra un aumento en el precio del dólar que ha estado por encima de los 5.000 pesos. Esas variables, en gran parte impulsadas por efectos globales, impactan a todos los sectores y la educación no es la excepción. Además, viene la discusión del incremento del salario mínimo para 2023, que se estima podría ubicarse en cerca de 15 por ciento. Todos estos hechos presionan los costos al alza de las universidades, en un escenario incierto como el del año entrante en donde se espera una profunda desaceleración de la economía que podría amenazar, incluso, con una recesión técnica.
Sin embargo, ya hay protestas de estudiantes de universidades privadas por los incrementos en las matrículas que en muchos casos podrían hacer inviable su permanencia en la educación superior generando una mayor deserción, pero también ampliando las brechas que el país debe cerrar.
En medio de este escenario tenso y complejo surgen nuevas propuestas para que la educación en Colombia mejore.
Anif y el Consejo Privado de Competitividad (CPC) han coincidido en la necesidad de promover el acceso a la oferta de educación posmedia, no solo en nivel universitario, sino también en el técnico y tecnológico a través de programas de ciclo corto en el marco del Subsistema de Formación para el Trabajo.
El Informe de Competitividad del CPC plantea también implementar una estrategia de alertas tempranas para atender a los jóvenes en riesgo de deserción en la educación básica, media y superior.
Agrega que es necesario consolidar el sistema de educación y formación dual en el país y definir un sistema de gobernanza en el que las empresas desempeñen un papel de liderazgo, contribuyendo al cierre de brechas de capital humano. Y finalmente, plantea una reforma al Sistema General de Participaciones (SGP) para garantizar la suficiencia de recursos con miras a abordar los desafíos de acceso y calidad en la educación.
Por su parte, la Fundación Empresarios por la Educación propone la creación de un Sistema de Formación Posmedia que establezca mecanismos de articulación entre diferentes tipos de educación existentes, que incluya la educación superior, la educación para el trabajo y el desarrollo humano, el nuevo subsistema de formación para el trabajo, la educación informal y el subsistema de evaluación y certificación de competencias.
Con este panorama, Dinero expone el Ranking de universidades de este año, con base en las pruebas Saber Pro presentadas en 2021 en 51 Núcleos Básicos de Conocimiento (NBC). En los resultados sobresalieron las universidades Nacional y de los Andes. En la edición impresa, además de facultades de línea económica y legal –como Economía, Contaduría, Derecho o Administración de Empresas– se destacan las relacionadas con el agro y el medio ambiente, por la importancia que tienen para el Gobierno del presidente Gustavo Petro estos sectores.
Especial colegios
Colegios, un entorno saludable
La pandemia evidenció la importancia de las familias en la educación. La alianza familia colegio es un modelo estratégico que además mejora el desempeño socioemocional de los estudiantes. Desde Red Papaz explican cómo funciona.
La pandemia, entre muchas cosas, nos mostró la importancia de las familias en la educación y, en la mayoría de los casos, lo poco involucradas que estaban con el colegio de sus hijas e hijos. Aunque esto tuvo que cambiar por la necesidad del momento, lo cierto es que hoy tenemos la oportunidad de no perder ese acercamiento; es el momento para fortalecerlo y construir una alianza duradera.
Cada día hay mayor evidencia sobre el impacto positivo que tiene en los estudiantes el trabajo conjunto entre padres, madres, cuidadores y el colegio, y los aspectos fundamentales para concretar un trabajo en llave: lo denominamos Alianza Familia Colegio. Este modelo estratégico, que no se debe perder de vista, se caracteriza porque instituye relaciones de confianza y cuidado, reconoce al otro (padre, madre, maestro, joven, etcétera) como alguien que enriquece el trabajo en llave, asume la educación de un estudiante como una responsabilidad que es compartida y mantiene la coherencia entre el decir y el hacer.
Pero para concretar este trabajo es necesario que el colegio, el centro de desarrollo infantil y la comunidad educativa en general, construyan una visión compartida de la educación y de los roles de cada miembro. Igualmente, se tienen que crear, explícita e intencionalmente, relaciones de confianza y cuidado mutuo, mantener una comunicación en doble vía, y asegurar procesos de participación amplia y real.
El valor de la diversidad
Hoy está comprobado que la diversidad es un factor que fortalece la Alianza Familia Colegio porque permite que personas de diferentes culturas, formación, proveniencia o rol, se sientan identificadas, pertenecientes y orgullosas de una construcción compartida, y en un país como Colombia, bajo la coyuntura actual de migración, este es un factor decisivo.
En este punto es clave que cada comunidad educativa construya sus propias alianzas para que estas atiendan las necesidades e intereses de sus integrantes. El objetivo es crear un ambiente de confianza y alineación, y mantener una mejora constante de planes y de estrategias de participación.
Para hacer esa construcción hay que conocer las familias, incluir la voz de los estudiantes y el contexto, desarrollar, apropiar y difundir recursos, algo similar a lo que hace Red PaPaz, que brinda respuestas a las preocupaciones del día a día, para articular y fortalecer el trabajo y aprendizaje en red entre las mismas familias, ser parte de procesos más amplios, estar en permanente aprendizaje en este campo que está en pleno desarrollo, y reconocer y documentar lecciones aprendidas y mejores prácticas.
La Alianza Familia Colegio tiene muchas bondades ampliamente reconocidas no solo en el desarrollo académico, sino también de manera particular en el aspecto socioemocional. Pero esta Alianza no se dará de manera espontánea, requiere un esfuerzo planeado y sostenido que a largo plazo le dé continuidad. En conclusión, es clave que los actores involucrados, desde sus diversos roles, aprovechen las ideas planteadas y aseguren que este proceso esté en el ADN de toda la comunidad educativa.