Cambio extremo
Colpatria estuvo al borde del precipicio y ahora es un sólido grupo empresarial. Así lo logró.
El Grupo Colpatria sufrió como nadie la grave crisis de finales de los 90. Se necesitaron varios años y medidas drásticas para salir del fondo. Pero lo lograron.
Eduardo Pacheco, el presidente del grupo, reconoce que no fue fácil retomar el rumbo. La firma tuvo que vender su fondo de pensiones y cesantías al Bbva por 60 millones de dólares. Además, los accionistas pusieron 100.000 millones de pesos y se endeudaron en 170.000 millones con el Fondo de Garantías de Instituciones Financieras (Fogafín). Esos recursos fortalecerieron el patrimonio del banco y garantizaron su funcionamiento.
Luego de saneada la entidad, fue necesario establecer una estrategia de diversificación. Cuando llegó la crisis, el banco tenía el 75 por ciento de sus negocios en hipotecas, que fue lo que explotó. Actualmente, la proporción es otra: apenas 22 por ciento de los activos corresponde al sector hipotecario y el resto a otro tipo de créditos.
Lo mismo ocurrió en otras áreas. La constructora, por ejemplo, tenía prácticamente el ciento por ciento de sus ingresos atados a la construcción y venta de vivienda, especialmente en Bogotá. Hoy la compañía no solo construye vivienda, sino también proyectos comerciales como grandes superficies e hipermercados, y además de la capital, ha hecho presencia en ciudades como Medellín y Cali. Igualmente se ha internacionalizado, pues construye viviendas en México y Perú. El próximo salto es hacia la construcción de obras civiles: concursa en una licitación para construir aeropuertos en Perú.
Otro elemento fue la llegada de inversionistas internacionales. La división financiera de General Electric (GE) adquirió en 2007 el 39 por ciento del banco, participación que ya aumentó hasta 49 por ciento y en los próximos años llegará al 75 por ciento. "Fue una decisión muy importante. La gente de GE es muy conocedora, humana y honesta. Ha sido una muy buena relación la que hemos logrado", dice Pacheco.
Uno de los cambios más significativos tiene que ver con el ajuste al gobierno corporativo. El papel de la familia Pacheco en la vida de Colpatria ha sido muy importante, pero ahora fue creado un comité asesor que es el encargado de tomar todas las decisiones estratégicas. Está conformado por siete personas y seis de ellas son independientes. Allí están, entre otros, Alberto Carrasquilla, Leonor Montoya y Julio Manuel Ayerbe.
"La presencia de unos expertos independientes siempre garantiza que se tomen las decisiones claves, pensando en las mejores opciones y no con criterio simplemente familiar", aseguró.
Los proyectos futuros son muy ambiciosos. El banco está fuerte en su actividad de consumo y tarjeta de crédito, y prueba de ello fue la adquisición de la cartera que Codensa tenía por sus ventas de electrodomésticos y muebles.
Adicionalmente, adquirieron el fondo de pensiones Colfondos, lo que significa el retorno del grupo a ese millonario negocio. Esta transacción se hizo de la mano con dos fondos de capital.
Pacheco confiesa que están pensando en grande. Por ejemplo, les interesa el área de la salud. Si se dan oportunidades, podrían apostarle a adquirir clínicas u hospitales. La apuesta por infraestructura también es agresiva. Está a punto de cerrarse el fondo de inversión que constituyeron junto con la firma norteamericana Darby. Ese fondo contará con 150 millones de dólares para financiar obras de infraestructura en todo el país.
El panorama actual para Colpatria es muy favorable. Sus apuestas se están haciendo cada vez más ambiciosas y con el apoyo de GE es muy difícil prever hasta dónde podrá llegar la empresa, que hace exactamente 10 años estaba luchando para seguir con vida en el mundo de los negocios. La mirada está puesta más allá de las fronteras.