En búsqueda de su madre caleña, la historia de Viviana Morcillo
Ha recorrido todas las calles de Cali, de norte a sur, ha viajado por varias ciudades de Colombia, y pedido la ayuda de periodistas y de la Registraduría. Su única pista: el nombre de su mamá biológica: Beatriz Morcillo. Su motivación: encontrar a su verdadera familia.
El 29 de septiembre de 1979 nació Viviana Morcillo, en la ciudad de Cali. Meses después de su nacimiento, fue llevada, por su madre, al hospital Cañaveralejo donde la dejó con signos de desnutrición. Ante la situación, fue trasladada al hogar de madres sustitutas La Casita de Belén, sitio operado por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), pero no pasó más de año para que llegara una pareja de holandeses que, debido a una enfermedad congénita no podían tener hijos, decidieron adoptar a la menor.
Cuando tenía 4 años, su curiosidad de niña la llevó a preguntar acerca de su origen. “Mis padres no sabían mucho. Solo me decían que mi mamá era muy pobre y que me dejaron en este hospital y luego en la otra casa”, mencionó Viviana.
“Tengo muchas ganas de saber si tengo hermanos. Decirle a mi madre que no hay ningún problema por lo que haya pasado antes”, dijo la colombiana acerca de su motivación por encontrar a su progenitora.
Para saber más de su historia, Viviana ha viajado en siete ocasiones a Colombia con la esperanza de encontrar respuestas. En un principio, se acercó a las instalaciones del ICBF en Bogotá y en Cali, pero no pasó nada. “Ellos me dicen que no hay papeles, no hay datos, que no existen”, comentó. Para ella cada viaje que hace parece ser el primero, sin pistas, sin señales de su familia.
Luego de un tiempo, y de tener su nacionalidad colombiana, pudo obtener su registro de nacimiento. Allí se indican pocos datos, pero se evidencia que el nombre de la madre, al parecer, es Beatriz Morcillo, quien a sus 20 años la tuvo a ella. Desde entonces ha buscado el nombre de su madre por cielo y tierra. Ha acudido a la Registraduría, redes sociales, ha buscado información de personas difuntas, y ha contactado a toda mujer con este nombre. El problema es que ninguna parece ser su madre.
No obstante, en uno de sus viajes encontró a una mujer que, según ella, “guarda un secreto”. En el departamento del Huila, contactó a una persona con el mismo nombre de su mamá. La holandesa se las ingenio para hacer un examen de ADN, bajo su consentimiento, a través de un test de saliva, pero este salió negativo.
Pero para la colombiana había algo raro en esa señora. Entonces decidió seguir en contacto con la familia de ella. “En Pitalito, Huila, fui al hospital donde estaba internada por problemas de corazón, pero para ella eso fue una sorpresa. Ella fue muy rara. Estaba muy nerviosa con mi visita, y me dijo cosas raras”, afirmó.
Para Viviana, después de los 5 años de búsqueda, sólo pueden existir dos hipótesis. La primera, que Beatriz sabe algo pero está guardando el secreto, o, la segunda opción, que una persona haya usado o robado su nombre, sin que se diera cuenta, y los pusiera en los papeles de la clínica de Cali.
Con respecto a la decisión tomada por el Gobierno holandés, Viviana menciona “para mí, la decisión debería aplicarse para unos casos, pero no para todos, hay personas que les va bien con sus padres adoptivos. Mi familia adoptiva fue muy buena conmigo, ya son algo viejos pero me apoyan. Yo estoy bien con mi vida en Europa, estoy muy feliz. No podría venir a vivir a Colombia para siempre”, afirmó.
A la fecha de hoy, con 41 años, sigue haciendo un llamado a las autoridades y a la ciudadanía como tal para que le ayuden a dar con el paradero de su mamá. Mientras tanto seguirá caminando por las calles de Cali en su búsqueda, y no parará hasta dar con respuestas.