
Estudiar y algo más...
Los servicios complementarios son fundamentales en las universidades, pues ofrecen un desarrollo integral que puede ir desde los deportes hasta la orientación espiritual.
El estudiante universitario actual debe, además de desarrollar habilidades profesionales de alta calidad, tener conciencia de sus derechos, profundizar sus dimensiones social y personal, tener sentido de responsabilidad y ser activo frente a su entorno.
Por esto, las universidades les brindan oportunidades de ampliar sus horizontes mientras desarrollan su labor académica. En los campus hay opciones para hacer distintas actividades. Jaime Ruiz, graduado de Comunicación Social de la Universidad Central, hizo toda su carrera gracias a que recibió media beca por pertenecer al grupo de danzas de la institución: “Yo soy de Cartagena, y la danza me dio la oportunidad de estudiar acá, en la capital”.
“En el comedor conseguimos almuerzos balanceados a precios de estudiantes –dice Ana María Díaz, estudiante de la Universidad Manuela Beltrán–. Mi hijo menor está en la escuela de formación de fútbol de la universidad. Lo traigo los sábados mientras yo estoy en clases”, cuenta Andrea López, estudiante de posgrado de la Universidad Javeriana.
Testimonios como estos son muy comunes gracias al área de Bienestar Universitario. Becas, cursos, talleres e incluso amplios espacios para el solaz son valores agregados que les permiten a los estudiantes encontrar otros ambientes para desarrollar actividades complementarias a su formación y recibir la atención que merecen.
Para el rector de la Universidad Icesi, de Cali, Francisco Piedrahíta, el servicio de Bienestar es valioso para la integralidad. “En nuestra universidad contamos con espacios para realizar actividades deportivas y culturales, como danza, teatro, artesanías, música, canto, todas con acompañamiento. De hecho, en la actualidad contamos con equipos deportivos del más alto rendimiento”.
Según el docente, crear habilidades de comunicación, pensamiento crítico, análisis y síntesis hace parte clave de la formación integral. “Por ello, los idiomas, la ética, el derecho y las ciencias sociales vistas en cursos y talleres adicionales a sus carreras hacen de los estudiantes ciudadanos responsables, capaces de ponerse en los zapatos del otro”, puntualizó.
Además, hay otras actividades más lúdicas, como las que ofrece la Universidad de la Sabana, que buscan, por ejemplo, el esparcimiento de los estudiantes. “Tenemos una sala cultural en la que presentamos diariamente una variada programación de cine, tertulias, conferencias, música en vivo con chimenea, actividades con karaoke, entre otras. Hacemos concursos de talentos musicales, poesía y cuento. Y ofrecemos presentaciones en espacios al aire libre, como Miércoles Artísticos y Jueves de Cuentería”, explica Lina Marcela Caicedo, estudiante del alma máter.
Conjuntamente con la búsqueda de otros espacios para la formación y el crecimiento de los estudiantes, las universidades colombianas ofrecen servicios vitales para generar mejor calidad de vida para sus alumnos, en especial para aquellos que vienen de lejos o que tienen dificultades, bien sea económicas o personales. Así, en la Universidad del Rosario, por ejemplo, hay una guía para que consigan vivienda aquellos que necesitan hospedarse con seguridad en la ciudad. Además, ofrece servicios de acompañamiento integral y asesoría con especialistas, como fonoaudiólogos, psicólogos, médicos y orientadores espirituales.