La ciudad universitaria
Tunja se ha convertido en una alternativa de educación superior para los habitantes del departamento y de las regiones aledañas.
Aunque su población no pasa de los 160.000 moradores, en Tunja existen 13 instituciones de educación superior reconocidas por el Icfes en las que se reúnen 33.854 estudiantes. Esto significa que en esta capital una de cada cinco personas está en camino de ser técnico, tecnólogo o profesional, mientras que en ciudades como Bogotá la proporción es de un estudiante por cada 19 personas; en Medellín, uno por cada 20, y en Cali, uno por cada 25.
Hasta hace 27 años, sólo la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (Uptc) tenía en sus manos la responsabilidad de formar profesionales. Desde entonces, 12 instituciones más se han sumado en la iniciativa.
Una de esas universidades es la Santo Tomás. "En Tunja, un estudiante puede acceder a carreras que van desde las tradicionales, como medicina y arquitectura, hasta programas novedosos como ingeniería informática. Las universidades de la ciudad han logrado configurar unos portafolios de servicios muy completos", comenta su recién posesionado rector, el padre Carlos Mario Alzate.
Otro centro que adhirió a esta propuesta educativa fue la Universidad de Boyacá, que empezó con 23 estudiantes en 1979 y hoy cuenta con casi 4.000. Osmar Gilberto Correal, ex rector de la Uptc y actual presidente del consejo directivo de la Uniboyacá, cree que: "Es indudable el impacto que ha tenido esta universidad. Abrió el camino para que otras abrieran sedes en Boyacá, para que la ciudad de Tunja fortaleciera su vocación estudiantil, para que la ciudad redimensionara su crecimiento".
Una de las principales preocupaciones del gremio educativo es el acceso a la educación superior. El año pasado, en Boyacá, según el Ministerio de Educación, la cobertura educativa sólo alcanzó al 22 por ciento de sus jóvenes entre los 18 y los 23 años. Sin embargo, se debe reconocer que desde 2002 estas cifras han aumentado, pues ese año la cobertura era del 17 por ciento.
Carlos Augusto Salamanca, rector de la Uptc, es consciente de esta falencia: "Si bien Tunja es catalogada como ciudad universitaria, no considero que la oferta sea significativa, porque si hacemos un análisis de la población de la región que debería ingresar a estudios superiores, con la que realmente ingresa cada semestre, encontramos que el ingreso es muy por debajo de lo que debería ser. La oferta en programas es buena, pero ésta no alcanza a abarcar la demanda en número de estudiantes".
Por esta razón, las universidades buscan crear mecanismos que subsidien el estudio de aquellos que no cuentan con recursos suficientes. Sólo Uniboyacá entregó el año pasado 822 becas. Esta institución, al igual que la Uptc, la Santo Tomás y la Fundación Universitaria Juan de Castellanos, ha establecido el convenio Acces con el Icetex, una ayuda financiera reembolsable que permite cubrir parcial o totalmente los costos educativos.
El costo de vida es un factor que también pesa en los estudiantes a la hora de inclinarse por Tunja. Por ello, miles de jóvenes de Casanare, los Santanderes, Cundinamarca y Meta llegan anualmente a la capital boyacense. El rector de la Uptc, por ejemplo, calcula que en su institución casi el 25 por ciento de la comunidad estudiantil está conformado por jóvenes que provienen de estas regiones. "El cambio de vivir en un pueblo a vivir en una ciudad siempre es duro, por eso me gustó Tunja, por su ambiente, porque no es cara. El nivel de sus universidades tiene prestigio, al menos en los Llanos, y eso me atrajo", expresa Didier Alfonso, un estudiante de décimo semestre de derecho que llegó hace cinco años a Tunja desde Paz de Ariporo, Casanare. "Hay mucha gente de mi departamento aquí", asegura.
Tunja puede no ser una ciudad cosmopolita. Pero su costo y su estilo de vida, así como la oferta educativa de sus instituciones, convencieron en 2005 a 33.854 estudiantes, que la escogieron como su lugar de formación. Y si las cifras continúan con la tendencia de los últimos años, este número no puede hacer más que subir.