Nuevos horizontes
En los últimos 25 años ha sido notable el desarrollo de la educación superior por fuera de las capitales. El sistema pugna por equilibrar la cobertura y la pertinencia de los programas.
Hace un cuarto de siglo la educación superior en Colombia era otra. Las instituciones, los programas académicos, las metodologías y hasta los libros eran diferentes a los de ahora.
La concentración de programas en pocas instituciones, ubicadas en grandes centros urbanos y divorciadas del sector productivo, constituían el panorama de inicios de los años 80, a lo que se debe agregar la crisis financiera de las universidades públicas, como consecuencia de la baja inversión estatal en educación, que apenas sí llegaba al 2,5 del PIB.
Tres grandes reformas educativas permitieron la modernización de la educación superior en los últimos 25 años. El decreto 80 de 1980, la Ley 30 de 1992 (cuestionada en principio por la proliferación de instituciones de baja calidad que propició) y la Ley 115 de 1994, revolcaron la educación lo que propició un cambio en todos y cada uno de los componentes del sistema. El Estado se convirtió en garante de la calidad a través de la vigilancia y control de las instituciones educativas.
Entre 1984 y 1992 el crecimiento promedio anual de la matrícula en el nivel superior fue del 10 por ciento. La demanda de educación superior aumentó en los sectores de bajos ingresos mientras que, según el profesor Víctor Manuel Gómez, de la Universidad Nacional, las instituciones públicas sólo aumentaron 4.894 cupos. En 1992, de acuerdo con el Icfes, de 428.253 aspirantes, 147.875 (34,5 por ciento) accedieron a instituciones universitarias.
La oferta en educación superior creció de 1990-1999 en un 119 por ciento (de 192.441 cupos en 1990 pasó a 421.819 en 1999).
Para el año 2000, sólo un 42 por ciento de la demanda por educación superior estaba satisfecha. En 2002 la tendencia en cuanto a la cobertura del país era de 20,9 por ciento, situando a Colombia por debajo del promedio de América Latina, que era de 25 por ciento.
En lo corrido de esta década se han creado más de 100.000 cupos y en 2006 la cobertura fue de 26,1 por ciento. Además, la matrícula en el Sena casi se triplica en este lapso al pasar de 52.550 a 141.756 en 2006.
Por la
descentralización
Una notable innovación para contribuir al desarrollo de las regiones sin que aumente la creación de nuevas instituciones ha sido la puesta en marcha de los Centros Regionales de Educación Superior, Ceres, con base en alianzas estratégicas y esfuerzos conjuntos entre las instituciones locales, así como la aplicación de nuevas tecnologías y metodologías como la educación a distancia y los ambientes virtuales.
A finales de 2006 había 10.000 estudiantes matriculados en los Ceres; 279 instituciones de educación superior, 82 oficiales y 197 privadas. Para 2007 se han creado 100 Ceres en 421 municipios de 30 departamentos, 90 de ellos ya funcionan y ofrecen 512 programas en formación técnica y tecnológica profesional.
La Amazonia, guardadas las proporciones, es la región de mayor desarrollo en educación superior durante los últimos 25 años. En ella se encuentran 11 Ceres y están presentes la Uniamazonia, la Corporación Unificada Nacional de Educación Superior -CUN-, la Universidad Nacional Abierta y a Distancia -Unad-, la Universidad Nacional de Colombia y el Instituto Tecnológico del Putumayo.
Región Caribe
La conforman los departamentos de La Guajira, Magdalena, Cesar, Atlántico, Bolívar, Sucre y Córdoba. En 2000 había 31 instituciones de educación superior en la región, en lo que va corrido del año cuenta con 37 instituciones y 18 Ceres.
En las urbes, principalmente Barranquilla y Cartagena, se concentra la mayor parte de la matrícula. Carlos Prasca, rector del Instituto Tecnológico de Soledad-Atlántico-, que tiene 491 estudiantes y es el operador del Ceres Sabanalarga, considera que en el Caribe hubo mucho convencionalismo en la oferta de los programas, "que además, no eran pertinentes con las necesidades de la región. Ahora formamos bachilleres en electromecánica, ingeniería en carbón, agroindustria, turismo, biocombustible, programas acuícola-pesqueros y minero-energéticos".
Región Andina
Comprende los departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Antioquia, Huila, Caldas, Risaralda, Quindío, Santanderes, Cauca y Nariño.
En esta zona existían universidades e instituciones de educación superior, públicas y privadas, en las capitales, sin embargo durante las décadas del 80 y del 90, había lugares a los que no llegaba ni el Sena. En Génova (Quindío) anualmente sólo cuatro de los 120 bachilleres que se graduaban podían acceder a la educación superior, pero hoy esta cifra se multiplica por 10.
En esta región hoy existen 91 instituciones de educación superior mientras que en 2000 había 83 y cuenta con 49 Ceres.
Región Orinoquia
La conforman los departamentos de Meta, Vichada y Casanare. En esta región entre 2000 y 2007 sólo se ha creado una nueva institución de educación superior, para un total de tres, mientras que se han puesto en funcionamiento seis Ceres.
En Casanare, por ejemplo, los bachilleres que deseaban continuar estudios debían desplazarse a Meta, Santander, Boyacá o Bogotá. En 1996 Unisangil, hoy con 1.210 estudiantes fue la primera universidad presencial en el departamento con una tecnología en sistemas y contaduría pública, "aquí -dice el rector Franklin Figueroa Caballero- el sector público tiene un gran liderazgo y es el gran empleador, por eso ampliamos a programas pertinentes como administración de empresas, ingenierías de sistemas, ambiental y derecho en convenio con la Universidad Autónoma de Bucaramanga".
Región Pacífica
La integran los departamentos de Valle, Chocó, Cauca y Nariño. Hace seis años, entre los cuatro sumaban 39 IES, hoy existen dos más. Al igual que en otras regiones, la oferta se concentraba en las ciudades capitales de Cali, Popayán y Pasto.
Incluso las seccionales de la Universidad del Valle en Buga, Tuluá, Cartago y Zarzal estaban muy distantes de las veredas. Hace 28 años nacieron el Instituto Técnico Agrícola de Buga y el Instituto Técnico Profesional de Roldanillo.
La vocación de la región es agropecuaria aunque son muy apetecidos los programas de costos y sistemas. Mandina Quiza, directora del Instituto Técnico Profesional de Roldadillo, operador del Ceres, expresa que "apenas hace un año llegó directamente la educación superior a esta población. Como no hay muchas fuentes de empleo priorizamos en la formación de emprendedores y abriremos programas ambientales". 0