Especiales Semana

POR LA PUERTA GRANDE

ALVARO URIBE VELEZ, EL JOVEN GOBERNADOR DE ANTIOQUIA, SE CONVIRTIO DE LA NOCHE A LA MAÑANA EN UNA FIGURA NACIONAL.

13 de enero de 1997

Una regla de oro de la política colombiana era que el camino para llegar a ser figura nacional pasaba inexorablemente por un ministerio o, como mínimo, por una embajada de gran prestigio . Más aún si se trataba de un líder político de la provincia. No existen antecedentesen el que el trampolín haya sido una gobernación. Pero, como en toda regla, hay excepciones. En 1996 ésta tuvo nombre propio: Alvaro Uribe Vélez. El joven político irrumpió en el escenario nacional utilizando como base la gobernación de Antioquia, como nunca antes lo había hecho un dirigente regional, para convertirse, de la noche a la mañana, en un posible precandidato presidencial.En un país carente de autoridad, la política de mano dura y pulso firme de Uribe Vélez frente a la guerrilla ha sido bien recibida por un importante sector de la opinión que ve en el gobernante antioqueño al hombre que necesita Colombia para salir de la crisis. También atrae la verticalidad de sus convicciones y su rigidez de carácter. Demostró con hechos que no le huye a los asuntos polémicos. Ha mantenido su firme apoyo a las cooperativas de seguridad, bautizadas Convivir, a pesar de todas las críticas. No ha tenido pelos en la lengua para denunciar el pago de millonarios rescates por parte de empresas extranjeras a la guerrilla. Jugó un papel fundamental y protagónico en el destape de las actividades que realizaba el agente alemán Werner Mauss y consecuente con su actuación, se convirtió en parte civil del proceso penal que adelanta la Fiscalía contra el espía.Catalogado durante años como samperista, desde hace tiempo la opinión lo ubica en una orilla ideológica más bien distante del 'Tiempo de la gente'. Políticamente esto ha permitido que tanto samperistas como antisamperistas lo consideren uno de ellos. Como buen animal político, el gobernador no se ha dejado tentar por aquellos que lo han querido enfrentar con Horacio Serpa. Uribe Vélez ha preferido la discreción en ese tema, negando incluso que tenga aspiraciones más allá de completar exitosamente su gestión que termina el 31 de diciembre de 1997, algo que sin embargo pocos le creen.No es claro todavía si Uribe Vélez es un fenómeno político pasajero o si su gestión de este año es sólo el preámbulo de cosas más grandes. No es un camino fácil el que le espera al gobernador. El manejo del orden público es un tema muy sensible a los vaivenes de la opinión y más de un político ha salido quemado por ser identificado con la mano dura. Pero Uribe Vélez parece dispuesto a jugársela toda en ese espinoso campo.Alvaro Uribe Vélez es hoy considerado por la clase dirigente como líder de la nueva derecha y una seria alternativa presidencial. Las masas todavía no lo conocen pero el entusiasmo de la clase dirigente por él es tan grande que algunos no descartan que pueda producir un milagro político.