EUROCOPA
Alemania campeón o una gran generación sin títulos
El actual equipo germano no se ha formado de casualidad. En él, convergen tres tipos de jugadores de diferentes quintas. Polonia y Ucrania es su oportunidad para coronarse con una gran generación que aún no tiene títulos.
Pocas selecciones han podido presumir de estar presentes, como mínimo, en las semifinales de cuatro grandes torneos consecutivos. Alemania es una de ellas. Arropada por una generación que comenzó a andar en 2005 de la mano de Jurgen Klinsmann, necesita un gran trofeo que no tiene para que triunfe un grupo que no acaba de encumbrar su estilo.
El actual equipo germano no se ha formado de casualidad. En él, convergen tres tipos de jugadores de diferentes quintas. Desaparecidos hace tiempo veteranos como Lehman o Ballack, todavía siguen presentes en la 'Mannschaft' una serie de jugadores que en 2006, pese a su juventud, encajaban perfectamente en una filosofía que inició Klinsmann y recogió Joachim Low.
Nombres como Bastian Schweinsteiger, Lukas Podolski, Philipp Lahm o Mario Gómez, que apareció en un gran torneo en la Eurocopa de Austria y Suiza de 2008, forman la columna vertebral de un equipo que cada vez avanza más hacia delante. A ellos se une Miroslav Klose, que a los 34 años sobrevive el paso del tiempo. Löw, siempre ha admirado su adaptación.
Todos han participado en las grandes derrotas o en las grandes victorias de Alemania. Es el vaso lleno o medio vacío, según se mire. En su Mundial, el de Alemania 2006, fueron eliminados por Italia en semifinales. En la Eurocopa de Suiza y Austria de 2008 el verdugo fue España, que ganó a los germanos en la final. Y en Sudáfrica 2010, de nuevo la 'Roja', está vez en el penúltimo partido, acabó con las esperanzas de un título para Alemania.
Es curioso que el tiempo parezca echarse encima sobre unos futbolistas que están en su mejor edad. Schweinteiger y Podolski tienen 27 años, mientras que Lahm y Mario Gómez suman 28 y 26, respectivamente. Y parece que llevan una eternidad.
La culpa la tiene el estilo que ha impuesto Joachim Löw. El técnico germano lo ha encontrado en un grupo que ha formado personalmente. Y en él caben jugadores muy jóvenes. En el Mundial de Sudáfrica en 2010 sobresalieron Mesut Özil, Sami Khedira, Thomas Muller y Holdger Bastuber.
"Trabajamos duro con la federación y con los clubes. Esto llega por el esfuerzo de todos, que buscamos un estilo para formar Alemania", asegura Löw, que en esta Eurocopa de Polonia y Ucrania ha sacado del armario a otros cuatro jugadores más jóvenes que los de la generación de 2010.
Contra Grecia, en cuartos de final aparecieron Marco Reus y André Schürrle. Antes, Lars Bender hizo su demostración contra Dinamarca. Y desde el principio, el central Mats Hummels es titular indiscutible. Todos tienen 23 primaveras, excepto Schürlle, que todavía anda por los 21 años. Viendo el atrevimiento de todos sobre el campo, su juventud resulta insultante.
"Somos una nueva generación que está trayendo aires nuevos. Eso está bien. Ahora el entrenador tiene que decidir con quién tiene mejores sensaciones", dijo Schurrle un día después de hacer un gran partido contra Grecia.
De nuevo, como en 2006, en 2008 y en 2010, Alemania está en unas semifinales. El rival es Italia. Parece que por el camino siempre se cruza con los mismos equipos. El tiempo de Schweinsteiger, Lahm, Mario Gómez y Podolski parece agotarse y parece increíble. Son los iniciadores del actual equipo alemán, que no rehuye la pelota, que es dinámico, con jugadores habilidosos y con su habitual 'cabezonería' y fuerza física. Una mezcla explosiva.
"Todavía no tenemos un título, pero va a llegar. Creo que tenemos mucha calidad y física y tácticamente somos fuertes. Me siento muy positivo acerca de la semifinal", afirmó Schweinteiger.
No puede fallar. Si se descuida, Löw seguirá sacando más y más chicos alemanes dispuestos a abrirse paso. En cada gran torneo aparecen cuatro. En el Mundial de Brasil 2010, los pioneros del actual estilo germano tendrán casi 30 años. Polonia y Ucrania es su oportunidad para coronarse con una gran generación que no tiene títulos.
EFE