FINANZAS PERSONALES
Porcentaje del sueldo que debe ahorrar cada mes para evitar momentos difíciles
Entrar a la cultura del ahorro no es algo fácil, pero puede empezar poco a poco. Lo importante es no desfallecer y asumirlo con la responsabilidad que requiere.
Ahorrar resulta difícil e incluso imposible para muchos. Lo cierto es que si se toma como un hábito, un ahorro le puede servir para invertir en bienes y servicios, vacacionar e incluso lo puede sacar de aprietos, entre otros beneficios.
Es importante, primero que todo, definir el presupuesto, ya sea una persona sola o una pareja. Así, se deben establecer cuáles son los ingresos y cuáles son los gastos. Puede hacerse un listado con los gastos fijos y cuál es el dinero que queda para actividades de ocio y entretenimiento, para pagar deudas y ahorrar.
La cultura del ahorro es algo de lo que muchos hablan, pero que pocos profesan, y decir un porcentaje específico que deba ahorrar una persona de sus ingresos resulta complejo, pues depende de muchas variables. Una persona soltera no tiene los mismos compromisos que una pareja con un hogar conformado por tres o cuatro niños, como tampoco se puede comparar la capacidad de ahorro que pueda tener un pensionado –que probablemente tenga casa propia– con los ingresos de una persona que apenas está empezando a pagar las primeras cuotas de su vivienda.
Los expertos en la materia recomiendan que el porcentaje del salario que esté destinado al ahorro no debe ser tan bajo que no se vean los frutos del ahorro, pero tampoco tan alto que provoque inconvenientes a la hora de cubrir las necesidades básicas.
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Además, recomiendan que luego de establecer el porcentaje que va a ahorrar, esa cantidad debe ser incluida en la columna de los gastos fijos del presupuesto mensual. Puede resultar obvio, pero esto es un compromiso que ha de hacerse consigo mismo y, por tanto, debe ser respetado.
También debe establecer si el ahorro es a corto, mediano o largo plazo, o a un tiempo indeterminado. Por lo general, las primeras opciones obedecen a los ahorros que se hacen para adquirir un inmueble, comprar electrodomésticos o el carro de sus sueños, mientras que el ahorro a tiempo indefinido tiene que ver más con los fondos que se quieren tener para casos de emergencia.
Hay que tener en cuenta que esos ahorros para casos de emergencia no deben ser usados bajo cualquier pretexto, sino cuando realmente sea necesario hacerlo.
En las finanzas existe la Regla 50/20/30, que establece en términos generales cuál es el porcentaje de sueldo que debe ahorrar cada persona. Este modelo de ahorro señala que de los ingresos, el 50 % debe cubrir las necesidades básicas, es decir, la compra de alimentos, el pago de la hipoteca o arriendo, servicios públicos, deudas, entre otros.
Un 20 % del sueldo debe ser destinado para el ahorro, bien sea que vaya a destinar el dinero en la compra de algo en específico o quiera ahorrar para tener dinero en caso de emergencia. El 30 % restante de sus ingresos debe estar orientado a los gastos personales, que la persona pueda contar con ese monto de dinero para ir al cine, tomar un café, departir una reunión o invertir en entretenimiento, entre otras cosas.
Es un modelo que puede ser aplicado dependiendo de la situación de cada quien, pero que de llegar a ser implementado a cabalidad en las finanzas personales, supone una buena fuente de ahorro para el proyecto que se necesite.
Otro modelo que sugieren los expertos en finanzas personales es que el presupuesto debería ser 70-30: 70 % para cubrir necesidades básicas y 30 % para el entretenimiento, el pago de deudas y el ahorro. Este es más aconsejable para parejas con hijos, si las condiciones así lo permiten.
De llegar a ser llevado a cabalidad, las deudas no deberían superar el 10 % de los ingresos del hogar. Si las deudas llegan a ser mayores al 30 % de los ingresos, es mejor encender las alarmas y reorganizar el presupuesto, pues significa un sobreendeudamiento y los gastos pasan a ser considerados como necesidades básicas.
Entrar a la cultura del ahorro no es algo fácil, pero puede empezar poco a poco. La idea es establecer un porcentaje específico de su sueldo para comenzar su ahorro y, si las condiciones lo permiten, ir aumentándolo en la medida de lo posible. Las monedas que sobran del cambio de una compra o los billetes de baja denominación pueden ser un primer paso, pero procure avanzar de ahí tan pronto como pueda.
Algunos expertos incluso recomiendan destinar un 10 % del salario para el ahorro, pero lo ideal es no estancarse en ese porcentaje. Es una buena media, pero no ha de ser la definitiva. Los conocedores de las finanzas personales establecen este porcentaje atendiendo la distribución de los ingresos, en la que no se deje de responder por las necesidades básicas ni tampoco las actividades de ocio y entretenimiento.
Se trata de una faceta clave de las finanzas personales que le permitirá alcanzar metas y darse gustos si la asume con la seriedad que requiere.