ECONOMÍA

Baloto y lotería: así les cambió la vida a los ganadores de estos sorteos

No siempre las historias de los ganadores terminan en los finales felices que se espera podrían obtener luego de convertirse en multimillonarios.

3 de marzo de 2021
Baloto
Baloto y loterías | Foto: Archivo Semana

Los juegos de suerte y azar son muy populares en Colombia y el mundo gracias a los miles de premios que les han otorgado a los ciudadanos, los cuales, además de estar representados en dinero en efectivo, han premiado a los fieles compradores con autos de último modelo, electrodomésticos y atractivos viajes.

Por ese motivo, a diario, miles de personas en todo el país y el planeta le apuestan al Baloto o algunas de las loterías disponibles, con las que aspiran a poder acceder a ser los felices ganadores del premio mayor, en el mejor de los casos, o pequeñas sumas que otorgan los aciertos en aproximaciones y secos.

Sin embargo, y de acuerdo con datos de Portafolio, existe una probabilidad en 15 millones de ganar el premio mayor, razón por la que han sido muy pocos los colombianos que le han atinado a la combinación completa del Baloto y las loterías.

Según las cifras reveladas por Baloto a través de su web, el juego tipo loto en línea (con el que el jugador apuesta a través de una terminal de venta por un acumulado multimillonario eligiendo cinco números del 1 al 43 sin repetir y una superbalota con números del 1 al 16), en sus 20 años de existencia en Colombia, solo ha arrojado a 103 ciudadanos como ganadores del acumulado mayor del sorteo.

Ha entregado un total de 1,7 billones de pesos en premios, siendo Bogotá (34 veces), Medellín (13), Cali (7) y Bucaramanga (4) las ciudades con más suerte.

Semanalmente, las personas invierten una cantidad específica de plata con el anhelo de obtener alguna de estas importantes cifras de dinero, con las que se podría pensar se solucionarían los problemas cotidianos que por lo general aquejan a la población general del mundo, entre los que están ya no tener que pagar arriendo, pagar deudas, adquirir bienes, concluir proyectos, etc.

Sin embargo, conseguir alguno de estos premios no siempre representa algo bueno para algunos afortunados, quienes luego de ganarse el premio gordo de la lotería o el Baloto han tenido que asumir algunas situaciones desafortunadas, así como un cambio radical en sus vidas.

De acuerdo con dos historias relatadas por El Tiempo, ganarse el premio mayor de la lotería también podría ser sinónimo de desgracia.

La primera de ellas es la de una mujer cuyo nombre real y ubicación se mantiene en el anonimato y quien ganó el Baloto en un pueblo pequeño de Colombia hace más de 10 años.

La mujer, denominada ‘Victoria’ y quien dio a conocer su historia en 2017, explicó que cuando recibió la noticia de que se había ganado el premio mayor se sintió conmocionada, y sin embargo, con el propósito de evitar problemas, prefirió guardar el secreto entre su comunidad.

Según relató, pese a que tenía los recursos para acceder a grandes lujos, decidió comprarse un carro usado de 20 millones de pesos, para que la fortuna que guardaba no fuera tan notoria en quienes la rodeaban.

Como una reacción apenas natural de quien tiene los recursos para comprar grandes propiedades, la mujer confesó que al año siguiente compró en compañía de su novio un apartamento de 500 millones de pesos, además de realizar algunos viajes y comprar regalos para su familia.

Años después, las cosas para Victoria empezaron a complicarse tras separarse de su pareja, perder la compañía de algunos de sus seres queridos quienes se alejaron de ella e invertir cerca de $ 1.000 millones en un negocio que no prosperó, razón por la que al contar su historia, señaló que en definitiva el dinero no trae la felicidad, sino que es solo una manera de vivir importantes experiencias.

La segunda historia reseñada por el mismo medio y la cual fue revelada por Univisión en 2017 es la de Pedro Quezada, un dominicano que ganó la lotería de Estados Unidos en 2013 y quien, en el momento de lograr convertirse en un nuevo millonario, era padre de familia y tenía una tienda de abarrotes en Passaic, Nueva Jersey, a donde había emigrado hacía más de tres décadas.

A diferencia de Victoria, Quezada apareció en la prensa posando con su cheque de 338 millones de dólares, una de las cantidades más grandes ofrecidas hasta ahora y que lo convertían en un multimillonario.

En la emoción que genera este tipo de situaciones, el afortunado ganador prometió que iba a ayudar a muchas personas, entre ellas a sus vecinos, a quienes les aseguró que iba a pagar su renta. Sin embargo, esto no sucedió, motivo por el que sus vecinos, confiados en las promesas de Quezada, se convirtieron en sus enemigos.

Meses más tarde, Inés Sánchez, pareja por más de 10 años de Quezada, decidió demandarlo con el propósito de acceder a la mitad del dinero; sin embargo, el abogado del dominicano logró que esto no sucediera argumentando que la pareja no estaba casada.

Como si las cosas no se pudieran poner peor para este hombre, en septiembre de 2017, la hija de Inés Sánchez, su expareja, demandó a Quezada por presunto abuso sexual, razón por la que fue enviado a prisión de la que salió dos meses después al obtener la libertad condicional.

Sin embargo, y de acuerdo con la última información que se conoce del caso, Quezada tenía que comparecer ante el juez cada semana y, en caso de ser declarado culpable, tendría que enfrentar una pena de hasta 20 años de cárcel.

Ambos casos son muestra de que el dinero no es sinónimo de absoluta felicidad y de que, ante este tipo de situaciones, es mejor ser prudentes, mantener la calma así como la esencia y asesorarse muy bien antes de emprender nuevos negocios.

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