Consumo
¿Le preocupa la inflación? Algunos consejos para cuidar sus finanzas personales al usar su tarjeta
Endeudarse de manera responsable es una excelente manera de progresar. Una tarjeta de crédito bien usada ayuda a acceder a productos que de otra manera no se podría comprar.
Este es un año especialmente retador para la economía colombiana. Es que desde 2022 se encontró una tendencia, y es que los más jóvenes caen en mora con mayor facilidad.
En tal sentido, Gabriel Migowski, CEO de RappiPay, aseveró que “el consejo más frecuente suele ser comprar todo a una cuota o no usar la tarjeta de crédito. Sin embargo, esto no responde a la realidad de los colombianos”.
Agregó que “endeudarse de manera responsable es una excelente forma de progresar. Una tarjeta de crédito bien usada ayuda a acceder a productos que de otra manera no podrías comprar. La clave está en tener un presupuesto claro, hacer compras de manera inteligente y preferir las tarjetas de crédito que ofrecen beneficios”.
Por tal motivo, el experto aconsejó que lo primero que debe hacer es tener claros los ingresos y gastos. En ningún caso, los segundos deberían exceder los primeros.
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Saber bien cuáles gastos son fijos y cuáles variables ayudará a programar el presupuesto mes a mes. Hoy, muchas entidades financieras ayudan en este propósito con aplicaciones claras y fáciles de usar.
Compras inteligentes
Hay que tener claras las alianzas de su entidad financiera con algunos comercios para que cuando se deba hacer una compra, se pueda hacer aprovechando esas promociones.
En cuanto a la tarjeta de crédito, según Migowski, el consejo más repetido en épocas de tasas altas es “no toque su tarjeta de crédito o compre todo a una cuota”. Esto, sin embargo, no tiene en cuenta las condiciones reales de la mayoría de colombianos.
Una tarjeta de crédito bien usada puede ayudar a acceder a productos o servicios que, de otra manera, no se podría obtener. Cuando no se pueda pagar a una cuota, se debe elegir el número de cuotas de acuerdo al presupuesto para no caer en mora. Muchos usuarios, al mandar todo a una cuota, terminan con un pago mínimo que excede su presupuesto mensual y caen en mora.
Cuota de manejo
De acuerdo con el experto, “por increíble que parezca, muchos bancos y entidades financieras siguen cobrando cuota de manejo por su tarjeta de crédito o su cuenta de ahorros. ¿Por qué debería usted pagar por usar su propio dinero?”.
Explicó al respecto que hay que elegir, tarjetas de crédito y cuentas de ahorros que no cobren cuota de manejo ni cobros como seguros obligatorios. Hoy incluso varias que devuelven algo de cashback.
De igual forma, otros consejos frecuentes son eliminar los gastos hormiga o no gastar plata en restaurantes o salidas. Estas recomendaciones, aunque pueden ayudar a ahorrar dinero, también pueden llevar a eliminar inversiones en la misma persona. Hay que ser responsable con el presupuesto, pero no eliminar de tajo los gastos que lo hagan feliz.
La inflación
Por otra parte, Andrés Rueda Montaño, docente de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, Universidad de América, aseveró que Colombia no había experimentado una inflación de doble dígito desde hace más de 20 años.
Agregó que “existe, además, una generación de colombianos que ha vivido bajo la sombra de una estabilidad en los precios que algunos han dado por sentado. La realidad es que no es así, gracias al incremento del consumo local y global desde la pandemia por varios efectos, como las bajas tasas de interés durante la misma, y una liquidez producto de la disminución del gasto por las restricciones sanitarias, entre otras, la inflación incrementó”.
Así mismo, el conflicto Rusia-Ucrania trajo presiones a la cadena de abastecimiento agrícola y tensiones en los mercados de energía globales, sumado a un fortalecimiento del dólar gracias a la política monetaria de la FED (de incremento de la tasa de referencia para controlar la inflación), ha generado una presión adicional, con la forma de una inflación externa que golpea en los productos importados y las materias primas importadas.
Este panorama representa un desafío en los bolsillos de los consumidores que buscan mantener su calidad de vida, pero un reto aún mayor se presenta para las empresas que enfrentan cambios profundos y una mezcla de tendencias que cambian la manera de hacer, mantener y crecer sus negocios.