Cinco razones por las cuales comprar vivienda usada es una buena alternativa

Hay incertidumbre sobre qué pasará con la construcción de vivienda nueva en Bogotá, pues el sector se enfrenta a varios escenarios como la suspensión del Plan de Ordenamiento Territorial (POT), que ha generado mayores cargas urbanísticas para los constructores, además del incremento de los costos de la tierra.

Esta situación está ocasionando un alza en el precio de la vivienda nueva en la ciudad y sobrecostos que se están trasladando al comprador final, panorama al que también se le suma el incremento en los precios de los materiales de construcción.

Es por ello que la vivienda usada resalta como una buena opción para las personas que están pensando en comprar o cambiar de hogar. En los primeros seis meses del año, se vendieron en Bogotá más de 120.000 unidades, un crecimiento del 18,64 %.

Por el contrario, las ventas de vivienda nueva en la ciudad presentaron una disminución del 2,5 %, ya que sólo se lograron alrededor de 35.000 unidades.

Esta dinamización del mercado frente al POT, propuesto por la Alcaldía de Claudia López, pone en aprietos no solo a los constructores, sino también a la ciudadanía, teniendo en cuenta la deficiente ampliación de la malla vial de la ciudad y una renovación urbana tan costosa hace que cada vez los proyectos nuevos estén en zonas lejanas como Chía, Soacha, Mosquera y Madrid.

Desde el sector constructor también existe inseguridad en el desarrollo de vivienda nueva ya que, la ausencia del POT y el panorama que enfrenta detienen la inversión en proyectos nuevos.

“Este será un impacto que veremos en seis meses, un periodo de tiempo en el que las familias encontrarán viviendas más costosas, con menos metros y cada vez más apartadas de la ciudad”, aseguró Andrés Londoño, CEO y Cofundador de Home Capital.

En medio de este panorama, comprar una vivienda usada resalta como una buena alternativa, ya que también brinda ventajas adicionales frente a las casa nuevas como, por ejemplo, ahorros en tiempo y dinero.

Mejores localizaciones y espacios

Es posible ubicarse en sectores dentro del área metropolitana de la ciudad, cerca a las zonas de trabajo de la gente, a precios más bajos y con mayores metrajes, lo que facilita el acceso a vías y a transporte. Mientras que una vivienda nueva asequible (menor de $200 millones) tendrá un menor metraje dentro del área urbana.

Ahorro en tiempo

Los proyectos nuevos se están construyendo a las afueras de la ciudad, lo que implica que las personas gastan en promedio 60 minutos al día, es decir 14 días al año para transportarse, además del tiempo que deben esperar para la entrega de su vivienda, el cual puede estar sujeto a retrasos en la ejecución de la obra. Con una vivienda usada es posible ahorrarse este tiempo, ya que es más factible vivir en el área urbana.

Vivienda certificada

La vivienda usada es un activo al que se puede acceder inmediatamente, sin tener que esperar tiempos de construcción, ni mucho menos estar en la incertidumbre sobre la terminación del proyecto. Además, es un bien materializado que se puede ver y tocar, no hay lugar a la duda con planos que superan las expectativas de la realidad.

Ahorro en remodelaciones

Particularmente, los costos de restauración dentro de la vivienda se convierten en un dolor de cabeza para muchos y suelen tener muchos sobrecostos, sin embargo, hoy en el mercado existen propiedades usadas ya remodeladas y listas para habitar, evitando las remodelaciones y ahorrarse entre $5 millones y $35 millones.

Redes de apoyo

Vivir cerca a la familia es una oportunidad para mejorar la calidad de vida, ya que da la facilidad de contar con personas que te brindan ayuda y crea vínculos más estrechos. Esto lo permite la vivienda usada porque la nueva, en su mayoría, está ubicada a los extremos de la capital.