Finanzas

Consumo responsable con el planeta: recomendaciones para el ahorro inteligente

El 73% de las personas en todo el mundo cree que los problemas medioambientales siguen siendo tanto o más importantes que antes.

29 de diciembre de 2022
En 2022 se han generado inversiones de capital de riesgo por más de 250 millones de dólares en diferentes empresas fintechs en Colombia.
En 2022 se han generado inversiones de capital de riesgo por más de 250 millones de dólares en diferentes empresas fintechs en Colombia. | Foto: Getty Images

El costo ambiental de nuestros hábitos de consumo está dejando impactos irreversibles frente a la crisis climática, la deforestación, la pérdida de la biodiversidad y la invasión del plástico en los océanos; incluso más allá de lo ambiental, estos hábitos pueden también impactar la esfera social.

Cada decisión de compra se convierte en una apuesta que hacen los consumidores por las marcas y todos sus procesos operativos, es decir, la forma en la que se produce aquello que consumimos. Una producción que algunas veces implica un uso indiscriminado de nuestros recursos naturales, exceso de desperdicios o tala de árboles; y en otros casos, incluso, la vulneración de derechos humanos que hace más amplias las brechas de desigualdad y pobreza en el mundo.

Frente a esa realidad, los consumidores se han vuelto más conscientes con los productos y servicios que eligen, las tecnologías que utilizan, la ropa con la que se visten, los alimentos que comen; e incluso, las empresas en las que eligen trabajar.

La tendencia de consumo responsable cada día se impone más en el mercado, especialmente en esas nuevas generaciones que buscan marcas coherentes con sus creencias y valores; exigiendo que las empresas sean responsables con su entorno y generen impactos positivos en las personas y el planeta; mejorando sus procesos de producción para evitar la emisión de gases efecto invernadero, garantizando precios justos a sus proveedores, fomentando el desarrollo de capacidades en las comunidades donde operan, contratando poblaciones minoría o minimizando el uso de químicos en sus cultivos.

Estas nuevas generaciones esperan también que las empresas protejan la biodiversidad, realicen prácticas de conservación de suelos, manejo sustentable del agua y mantenimiento de los ecosistemas, así como la reducción de empaques, entre otras cosas.

Cemex adelanta acciones para reducir 40 por ciento sus emisiones de CO2 para el 2030 y alcanzar la carbono neutralidad para 2050.
Cemex adelanta acciones para reducir 40 por ciento sus emisiones de CO2 para el 2030 y alcanzar la carbono neutralidad para 2050. | Foto: Cortesía Cemex

Este hecho también lo confirma el último informe publicado por Kantar, titulado: “Transformación Sostenible: Capitalizar el Valor de las Buenas Intenciones”, donde se encontró que la crisis y la sostenibilidad ha cobrado más importancia en la mente de las personas, incluso, el 73% de las personas en todo el mundo cree que los problemas medioambientales siguen siendo tanto o más importantes que antes. Adicionalmente, más del 72% de las personas que respondieron la encuesta en 50 países, consideran que las compañías son las que tienen la mayor responsabilidad a la hora de abordar los problemas medioambientales en el mundo.

Camilo Ramírez, director ejecutivo de Sistema B Colombia, el movimiento global que promueve utilizar la fuerza de los negocios para hacer el bien, señala que la visión sostenible de los negocios está intrínsecamente unida al futuro de las empresas y como tal se sitúa, cada vez más, en el centro del propósito comercial y de marca, algo que es fundamental teniendo en cuenta que el consumo responsable será una tendencia cada vez más fuerte en Colombia y en el mundo durante el año 2023.

“Además, las empresas que diseñen su modelo de negocio de impacto, incorporando la sostenibilidad dentro de su ADN de marca, comprometiéndose con gestionar, medir y ampliar su impacto, tienen una posición de ventaja competitiva respecto a las empresas tradicionales. Esto, además de ser un vehículo de transformación social y ambiental, se convierte en una oportunidad de negocio; pues le permite a la empresa acceder a nuevos mercados, adoptar una cultura de innovación, resiliencia y adaptación al cambio e incluso es una gran herramienta de escucha en sus grupos de interés, incluido ese consumidor que está demandando empresas con un propósito elevado”, destacó el directivo.

Cabe señalar que de acuerdo al Barometro de Confianza de Edelman 2022, en el que se encuestó a más de 36.000 personas de 28 países, solo el 52% de las personas considera que las compañías están haciendo lo suficiente para abordar los problemas de cambio climático y un 49% cree que abordan temas de desigualdad económica.

Así es como emergen nuevas tendencias y paradigmas, alrededor de una nueva forma de hacer negocios; donde se enmarca el Movimiento B, una iniciativa global que busca promover las Empresas B, como modelos de negocio de impacto que se proponen equilibrar la rentabilidad con el propósito ambiental y social.

Según Carolina Restrepo Ochoa, la gerente general de Maaji, una empresa B que confecciona sus piezas con fibras sostenibles y procesos de estampación que contribuyen a la reducción de CO₂ y consumen menos agua, asegura que todas las marcas deben ser responsables de lo que ofrecen y el impacto positivo que generan.

“La razón del porqué las personas empiezan a ser más conscientes y a consumir productos enmarcados en una filosofía de sostenibilidad, es porque el cambio y la responsabilidad medioambiental y social se hacen a partir de la unión de pequeñas decisiones que suman y cada elección termina haciendo la diferencia”, aseguró Restrepo.

Camilo Ramírez asegura que ahora la meta de la organización es masificar la esencia de su filosofía, llegar a más consumidores y a la ciudadanía para que entiendan que Ser B no solo sea un tema de empresas “sino también de las decisiones de consumo y de los hábitos de vida”. Algo fundamental, ya que las decisiones de consumo hacen la diferencia para llegar a un sistema de producción responsable, basado en las necesidades reales de la población con alternativas más ecológicas y responsables con la sociedad en general.