Finanzas Personales
¿Cuál es la relación entre el bienestar financiero y el bienestar emocional?
Las emociones pueden jugar a favor o en contra en las finanzas personales.
Las finanzas y las emociones son variables que pueden tener incidencia una sobre la otra. Esto porque aunque el manejo del dinero suele estar vinculado a la razón, el factor emocional puede entrometerse a la hora de tomar decisiones que tienen que ver con la economía, ya sea individual o colectiva.
De hecho, la revista Forbes dice que hay momentos en los que una deuda produce estrés y ansiedad, mientras que el pago de un salario puede generar sensación de felicidad o plenitud. Incluso, las emociones pueden hacer que se dé un exceso de confianza para asumir riesgos, los cuales llegan a estar vinculados con el gasto del dinero.
Pese a que la felicidad es positiva, los expertos dicen que “nos hace perder de vista cómo y en qué estamos gastando, ocasionando que una vez que pasó la emoción, se sienta remordimiento o arrepentimiento”.
Por ello, para este tipo de situaciones, los conocedores del tema aconsejan establecer límites de la cantidad del recurso en efectivo a gastar. “La regla es no vaciar la cartera en cenas y obsequios a la menor provocación”, según la citada revista enfocada en negocios.
Por su parte, el blog de la entidad bancaria Bancolombia consigna que el estímulo que ejercen las emociones en las finanzas es determinante, ya que son las que “califican el nivel de satisfacción”, respecto a la percepción que cada individuo tiene.
En la misma línea, se da a conocer que las emociones no entran en una clasificación buena o mala, sino que deben ser entendidas como “indicadores que usa nuestro cerebro y nuestro cuerpo para alertarnos sobre algo que está pasando”.
“Están siempre presentes: en nuestra relación con una marca, al tomar crédito, al pagarlo, al ahorrar, al invertir o tomar cualquier otra decisión financiera. Reconocerlas nos permitirá entender si la forma en la que aparecen nos está ayudando a acercarnos -o no- de nuestros sueños y metas”, según el citado escenario web.
En ese orden de ideas, las emociones pueden jugar a favor o en contra en las finanzas personales. Existen casos en los que un individuo no considera que el factor emocional tiende a adherirse a la psicología del dinero, pero “nuestras actitudes y comportamientos hacia el dinero están formados por una combinación de experiencias personales, influencias sociales y prejuicios arraigados”, argumenta Morgan Housel, socio en el fondo de Venture Capital (VC), con sede en Estados Unidos, y autor del libro ‘La psicología del dinero: cómo piensan los ricos’.
Por su parte, Bancolombia habla de la psicología del dinero que aparece en las familias, siendo de gran importancia para el aprendizaje financiero en los niños y jóvenes. Inclusive, la entidad comparte que un individuo puede identificar el comportamiento financiero que se adquiere en el hogar, al hacerse las siguientes preguntas:
- De qué se podía hablar y de qué no financieramente.
- Quién estaba en control de las finanzas en el hogar.
- Qué responsabilidades se asignaban a qué género, o a qué miembro de la familia.
- Qué tan importante era el dinero o que otros vieran que tenían dinero.
- Qué le enseñaron sobre el ahorro, la deuda o las inversiones.
“Todas estas respuestas generan hoy emociones cuando llega el momento de manejar nuestro dinero. Algunas pueden jugar en nuestra contra, algunas pueden jugar a favor”, añaden.
Así las cosas, la relación que hay entre el bienestar financiero y el bienestar emocional es importante para el aprendizaje de las finanzas personales, por lo que la revista Forbes indica que se debe ser consciente sobre cuáles situaciones las generan, en gran medida, para luego controlar los momentos con más tensión.
En ese sentido, los expertos agregan que hay que identificar la razón financiera por la cual se disparan las emociones, luego definir la importancia que tiene esa razón en la vida de la persona y, por último, comenzar a tener un “manejo consciente del flujo de plata”, tanto al momento de efectuar un pago como cuando se recibe el dinero.