SALUD MENTAL

Infoxicación: ¿qué es y cómo enfrentar este mal de la era digital?

Las personas que están expuestas a cantidades excesivas de información pueden tener una sobrecarga de estímulos que termine abrumándolas.

23 de febrero de 2021
Las personas que están expuestas a cantidades excesivas de información pueden tener una sobrecarga de estímulos que termine abrumándolas.

Si de transformación digital se trata, son muchas las ventajas que se pueden enlistar. Hoy en día, las personas cuentan con una gran variedad de nuevas tecnologías y soluciones, más volúmenes de datos y acceso más rápido a la información, así como un aumento de la colaboración e interconexión.

Según datos del Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones (MinTIC), cerca de 15 millones de colombianos acceden a la red social Facebook y alrededor de 6 millones a Twitter. Estas cifras convierten a Colombia en uno de los países con más usuarios de redes sociales.

| Foto: 123RF

No obstante, durante esta pandemia, se ha visto cómo las grandes cantidades de información que circulan en la red pueden resultar confusas y terminar desinformando. Las declaraciones del director general de la Organización Mundial de La Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, lo reafirman: ”no solo estamos luchando contra una epidemia, estamos luchando contra una infodemia”.

Frecuentemente se culpa al internet de algunas de las problemáticas actuales, pero cabe hacer la aclaración de que internet no es malo por sí solo. Sin embargo, su uso inadecuado puede generar importantes afectaciones como la infoxicación.

Actualmente, la infoxicación es una de las enfermedades digitales más comunes, señala Eduardo Sánchez Navarro, decano de la facultad de Diseño, Comunicación y Bellas Artes de Areandina. Asimismo, continúa, se dice que una persona padece de esto cuando sufre de ansiedad, angustia o agobio al acceder a una cantidad excesiva de información en la web.

“Esto se da porque vivimos en un contexto en el que tenemos acceso a todo tipo de información, la inmediatez ‘manda la parada’, tenemos las herramientas tecnológicas para estar informados continuamente y sobre todo queremos saber de manera permanente y rápida qué sucede en nuestro entorno”, explica.

De acuerdo con Sánchez, la dificultad para gestionar y procesar toda la información contenida en las redes sociales puede provocar altos niveles de estrés. Asimismo, podrían verse afectados la concentración y el rendimiento al momento de acceder a la información en las plataformas digitales.

Si bien no podemos negar las bondades que poseen estas plataformas, también es necesario enfocar la atención en aquellos desafíos que plantean para los consumidores digitales. Al funcionar como espacios de comunicación bidireccional, las redes se convierten en el ambiente perfecto para que rumores y fake news (mejor entendidas como información falsa) se vuelvan virales.

Para el experto, “las redes sociales a diario son testigo del flujo de información de millones de cibernautas que opinan sobre política, ciencia o economía pero que en algunos casos no cuentan con las bases académicas o profesionales necesarias que los capacite para evaluar datos, interpretar estadísticas y comunicarlo de forma asertiva y responsable”.

Para combatir este mal de la era digital es necesario aprender a seleccionar las fuentes de información en las que confiamos, reducir el número de fuentes que usamos y dejar aquellas que sean confiables y nos aseguren la veracidad de la información.

Igualmente, es fundamental desarrollar una visión crítica de la información: en este punto es clave contar con fuentes diversas que permitan el contraste, y te ayuden a construir una opinión propia sobre los temas.

En esta línea, también es crucial es trabajo de los medios de comunicación, comunicadores sociales y periodistas puesto que tienen la posibilidad de “construir una opinión pública objetiva y con criterio en medio de una revolución tecnológica en donde existen múltiples fuentes de información”, concluye Sánchez.

Frenar la transformación digital no es una opción, pero sí es posible hacer que este proceso sea responsable con la sociedad y las personas.