Finanzas Personales
La estrategia “tsunami” para salir de deudas rápidamente; así se puede aplicar
Hay diversas tácticas para amortizar deudas de manera acelerada y superar esta dificultad, la cual para algunos parece ser un obstáculo insuperable.
Incurrir en deudas es un escenario frecuente entre muchas personas que, con el objetivo de adquirir un bien o invertir en una empresa, optan por solicitar un préstamo bancario para posteriormente reembolsarlo en plazos.
Aunque este mecanismo puede ser provechoso, también conlleva riesgos, ya que la falta de pago puede acarrear intereses adicionales, resultando en un coste total superior al monto originalmente prestado.
Sin embargo, hay diversas tácticas para amortizar deudas de manera acelerada y superar esta dificultad, la cual para algunos parece ser un obstáculo insuperable.
En ese sentido, Banco Santander explica que el sobreendeudamiento es uno de los principales problemas que se presentan cuando no hay un control en las finanzas. Ante esto, existe el método “avalancha” para poder salida de deudas, pero la entidad financiera aclara que es importante crear buenos hábitos para no llegar a recurrir a ellos o, si se llega a hacer por diversos motivos, que las cantidades a deber no sean excesivas.
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El método “avalancha” supone una técnica mucho más agresiva que la anterior, por lo que tiene una tasa de abandono superior; pero también su efecto requiere menos tiempo -lo que supone un ahorro en los intereses- y se logra el objetivo de solventar las deudas antes.
Por tal motivo, en lugar de aumentar la cantidad destinada, como partimos de la que requiere el máximo pago, podemos mantener el esfuerzo. Como las deudas irán de mayor a menor tamaño, en los siguientes casos podremos solventar de forma más rápida la liquidación.
Datacrédito: ¿en cuánto tiempo prescribe una deuda y se puede salir sin haber pagado?
Saber cuánto tiempo vive una deuda que no se ha pagado y cuándo se eliminan los reportes es una pregunta que preocupa a muchas personas en el ámbito financiero en Colombia. La prescripción de una deuda es un tema relevante a tener en cuenta, ya que determina el tiempo en el que una obligación de pago puede dejar de ser exigida legalmente.
En el país, el tiempo de prescripción de una deuda varía entre cinco y diez años. Esto significa que, una vez transcurrido este período, sin que se haya realizado ningún pago o reconocimiento de la deuda, el acreedor perderá el derecho legal a reclamar el pago. Sin embargo, es importante considerar que los plazos de prescripción pueden variar según el tipo de deuda y las circunstancias particulares de cada caso.
Para las deudas civiles y comerciales, como préstamos personales, tarjetas de crédito o hipotecas, el plazo de prescripción es de diez años, a partir de la fecha en que se hizo exigible el pago. Por otro lado, las deudas fiscales, como los impuestos adeudados al Gobierno, están sujetas a un plazo de prescripción de cinco años. No obstante, este plazo puede extenderse si se realizan requerimientos oficiales de pago o en casos de auditoría o investigación fiscal.
Es importante mencionar que, aunque una deuda prescriba, el reporte negativo en Datacrédito no desaparecerá automáticamente. El registro negativo permanecerá en el historial crediticio del deudor por aproximadamente cuatro años, a partir de la última mora o actualización realizada por el acreedor. Sin embargo, existen opciones para mejorar el historial crediticio y salir de Datacrédito. Una de ellas es negociar un acuerdo de pago con el acreedor y cumplir con las obligaciones acordadas, lo que resultará en una actualización del reporte negativo a una calificación positiva, una vez que la deuda sea saldada en su totalidad.
Es fundamental mantener un buen historial crediticio para acceder a futuros créditos y servicios financieros. Por ello, se recomienda mantener una buena relación con las entidades financieras y cumplir con las obligaciones de manera oportuna. Además, en caso de deudas laborales, como salarios o prestaciones sociales no pagadas, el plazo de prescripción es de tres años, a partir de la fecha en que se hizo exigible el pago. No obstante, es importante considerar que existen mecanismos legales para interrumpir la prescripción en casos de reclamaciones laborales.