Seguridad bancaria
Los 8 errores que comete al utilizar un cajero automático y que los ladrones estarían aprovechando
Evite ayuda de terceros a la hora de realizar una transacción en un cajero automático.
A la hora de necesitar dinero en efectivo, los cajeros automáticos son una gran herramienta para las personas a las que no les gusta visitar las sucursales bancarias; por lo general, están ubicados en sitios estratégicos como centros comerciales, vías concurridas, estaciones de servicios, clínicas o lugares con bastante afluencia de público.
Debido a esto, los delincuentes también están alertas a los movimientos que se registran en torno a estos aparatos, pues han encontrado allí una oportunidad para cometer delitos a través de diferentes modalidades y aprovechando los errores que se cometen a la hora de usarlos.
8 errores que comete al utilizar un cajero automático
1. Insertar la tarjeta sin revisar la máquina antes
La primera recomendación es verificar que el cajero no tiene instalado algún dispositivo que ponga en riesgo su información y su dinero. Hay que revisar que esté ajustado, que la parte por donde se introduce la tarjeta no esté suelta ni muestre señales de haber sido instalada de forma irregular; así mismo, hay que cerciorarse que la ranura por donde sale el dinero no tenga obstrucciones ni elementos ajenos.
Por último, verifique que no existan cámaras en los aparatos que cubren el teclado y que podrían estar grabando la clave a la hora de digitarla.
Lo más leído
2. Apresurarse y marcar la clave antes de que el cajero lo indique
Hay quienes se apresuran y digitan la clave antes de tiempo, algo que puede usar por los delincuentes para chequear cuál es el número. Lo que se debe hacer es marcarla solo cuando el cajero lo pida, esto permitirá que la combinación este a salvo.
De igual forma, hay que estar atento si el cajero retiene el plástico y pide nuevamente la clave o aparece un tercero para brindar ayuda, pues esta es una de las tácticas más comunes utilizadas por los delincuentes.
3. Tapar el teclado a la hora de digitar la clave
Este punto es clave, pues aunque el cajero cuente con aparatos que impiden que otros vean el movimiento de los dedos a la hora de marcar la clave, hay delincuentes que instalan cámaras en lugares estratégicos para ver la combinación. Debido a esto es importante cubrir con una mano el movimiento de la otra a la hora de digitar la clave.
4. Insistir con una clave equivocada
Tenga en cuenta que solo tendrá 3 oportunidades para digitar la clave, por eso es mejor que si al primer intento falla, se abstenga de continuar, pues el cajero podrá retener la tarjeta o su cuenta será bloqueada.
5. Dejar la tarjeta más tiempo de lo indicado
En ocasiones, debido al afán o a que se está pendiente de otras actividades, las personas toman el dinero y abandonan el lugar olvidando retirar la tarjeta. En estos casos el cajero retendrá el plástico, por lo que no hay que dejar pasar más 30 segundos antes de tomarla de nuevo.
6. Falsa ayuda de terceros
Nunca, por ningún motivo, acepte ayuda de terceros; los delincuentes pueden hacerse pasar por buenos samaritanos o por empleados del banco para acceder a sus cuentas y robarlo. En caso de que necesite ayuda, anote el número del cajero y diríjase a la sucursal más cercana para poner la queja. Si lo prefiere, puede utilizar los canales telefónicos antes de abandonar el lugar.
7. Utilizar un cajero guiado vía telefónica
Esta es otra de las estrategias más comunes en los últimos años; los delincuentes contactan a su víctima y se hacen pasar por personal de la entidad bancaria, algo con lo que se ganan la confianza y excusa bajo la cual le piden a la persona que no corte la comunicación, que genere nuevas claves para arreglar un supuesto problemas y que comparta las credenciales.
Minutos después de percatarse de esta situación, la víctima notará que sus cuentas habrán sido desocupadas.
8. Dejar la sesión abierta
Esta acción es muy común en los cajeros que no retienen la tarjeta para adelantar las transacciones. Por algún motivo las personas se distraen y abandonan el cajero dejando la sesión abierta, lo que puede ser aprovechado por los delincuentes para robar el dinero.