Especial Automotriz
Opel Grandland X y Crossland: ¿Vale la pena comprarlas? SEMANA las probó
Aunque se pensaba que la gigante alemana llegaría a Colombia con su vehículo insignia, el Corsa, decidieron entrar a disputar el competido mercado de las SUV. En esta reseña conocerá los pros y contras de estos dos modelos.
Para muchos colombianos el nombre Opel es desconocido, a pesar de ser una de las compañías automotrices más antiguas del mundo, fundada por el alemán Adam Opel en 1862.
La situación es distinta si se mencionan tradicionales modelos de Chevrolet como el Corsa, el Astra, el Steen, entre otros, pues fueron construidos originalmente por la escudería alemana para la rama europea de General Motors (GM) y comercializados en América con otro logotipo. Dicho matrimonio finalmente terminó y Opel vuelve recargado.
Ahora, haciendo parte del grupo automovilístico ítalo-franco-estadounidense llamado Stellantis (Al cual también pertenecen marcas como Fiat, Alfa Romeo, Lancia, Maserati y Abarth de FCA Italy, Jeep, Chrysler, Dodge y RAM de FCA US, y Peugeot, Citroën, DS, y Vauxhall del Groupe PSA) vuelve a Colombia con su propia identidad, buscando reconquistar el mercado en el que un día se destacó su modelo más conocido: el Corsa.
Por eso, para tantos entusiastas del mundo motor y conocedores fue tan extraña la decisión de Opel de retrasar el arribo del Corsa, al menos hasta finales de 2022, y apostar a un segmento que lidera actualmente las ventas pero en el que no tienen una vasta experiencia: Las camionetas pequeñas (Conocidas como Crossovers) mejor llamadas SUV.
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Para ilustrar mejor este punto, Un SUV (Sport Utilitary Vehicle) de la categoría Crossover es un vehículo construido sobre la base de un automóvil convencional y que cuenta con las prestaciones tradicionales off road (fuera de ruta) de una camioneta, pero con construcción de monocasco.
Opel diseñó dos vehículos muy particulares: el Opel Crossland, basado en las plataformas de la Peugeot 2008 o el Citroën C3 Aircross, y la Opel Grandland X, una SUV de lujo, extraída de la exitosa Peugeot 3008.
SEMANA puso a prueba ambos vehículos, en condiciones de conducción tanto en ciudad como en carretera, y estos fueron los resultados:
Opel Crossland: eficiente, pero conservadora
El vehículo de entrada de la marca en Colombia, destinado a los estratos 3, 4 y 5, es un SUV del segmento sub compacto, con capacidad para 5 pasajeros.
En medio de un mar de crossovers que hacen básicamente lo mismo, este pequeño competidor llega con una interesante propuesta en cuanto a diseño y relación calidad-precio, pues el comprador sentirá que está recibiendo un poco más de lo tradicional por su dinero.
Construido por completo en Zaragoza, España, este auto se lanzó originalmente con el nombre de “Crossland X”, durante el Salón del Automóvil de Ginebra en marzo de 2017. En Colombia entra a competir con “pequeños gigantes” de su segmento, como la Chevrolet Tracker, Renault Captur, Volkswagen T-Cross, Nivus, y Nissan Kicks, entre otros.
Sin duda su exterior es uno de sus puntos fuertes: las ópticas, conocidas también como “unidades” son anguladas y redondeadas a la vez, dándole un aspecto deportivo. La tradicional parrilla es reemplazada por una persiana cerrada de color negro, con bordes cromados, muy similar al estilo de los vehículos eléctricos modernos (aunque este modelo utiliza gasolina convencional).
La mezcla entre colores fuertes en contraste (Rojo cereza o blanco con el negro en el techo, llantas y marcos) así como el uso moderado y elegante del cromo en los biseles y el área de las luces exploradoras lo hace ver como un auto del futuro, que fácilmente se roba las miradas de los transeúntes.
Bajo su capó carga un interesante motor EB2DT Turbo de tres cilindros e inyección directa, con 1.2 litros y 12 válvulas. Entrega una potencia máxima de 110 hp a 5.500 rpm y un torque de 205 Nm a 1.750 rpm, conectado a una caja automática secuencial de seis velocidades y tracción delantera.
Con un peso de 1.245 kilos, su fuerza es apenas justa y se puede sentir el despegue del turbo a las 2.500 rpm, pero su conducción no es especialmente divertida. Podría decirse que el estilo de conducción de este auto es “conservador”, pues su aceleración se queda corta en carretera y requiere empujar el pedal a fondo, lo que hace que su consumo de combustible sea mucho mayor al de otros en su categoría.
La suspensión es independiente, de tipo McPherson con barra estabilizadora adelante. En cuanto al equipo de frenado, consta de discos ventilados adelante y discos sólidos atrás, asistidos con sistema antibloqueo (ABS), asistencia al frenado de emergencia (AFU) y repartidor electrónico de frenado (REF). Puede venir con rines de aleación de 16 o 17 pulgadas, según la versión escogida.
En cuanto al interior, Opel expresa su naturaleza europea, con un tablero sobrio y elegante, con superficies suaves al tacto. Cuenta además con volante multifuncional (el cual es muy poco intuitivo) y cuadro de información con medidores análogos y pantalla TFT para visualizar consumo, autonomía y velocímetro digital.
Por su parte, el centro multimedia opera desde una pantalla táctil de siete pulgadas, con sistema compatible con Android Auto, Apple CarPlay y Mirror Link.
Los asientos delanteros y traseros son muy confortables y el apoyabrazos anclado a la silla del conductor se agradece, brindando una sensación de comodidad al conducir. La banca principal cuenta con un extensor para mayor confort en las piernas y el espacio entre el timón y las mismas se puede graduar electrónicamente, haciendo el habitáculo suficiente para una persona que mida más de 1´80.
Resulta extraño que incluso la versión de alta gama carezca de sillas eléctricas delanteras, pues como explica el fabricante “se compran por separado”. Lo mismo sucede con la puerta del baúl, con capacidad para 410 litros, la cual solo abre de forma manual. Una verdadera lástima.
Esta SUV se consigue en 2 versiones: La Crossland Edition 1.2 AT (básica) que cuesta 83 millones 900 mil pesos y la Croosland Elegance 1.2 AT (Full equipo) que sube hasta los 93 millones 990 mil pesos; básicamente el mismo costo de una camioneta Mazda CX-30 2.0 litros.
Opel Grandland X: Elegante y práctica.
El buque insignia de Opel y su vehículo más costoso, destinado a estratos 5 y 6, es la Grandland X, situada en el segmento de SUV compactos. Lanzada originalmente en el Salón del Automóvil de Frankfurt, en septiembre de 2017, Tiene capacidad para 5 pasajeros y su vocación es el confort.
Muchos de las falencias encontradas en la Croosland (Ausencia de sillas eléctricas, alto gasto de combustible, apertura manual del baúl, etc) son resueltas en la Grandland X, buscando que esta camioneta entre a competir con fabricantes Premium como BMW y Audi, gracias a sus excelentes prestaciones técnicas y de habitáculo.
Su corazón es el de un motor EP6FDTM de 1.6 litros con turbo, 16 válvulas, cuatro cilindros e inyección directa. En carretera puede lograr los 163 caballos de fuerza de potencia si es llevada a las 6.000 rpm y sus 240 Nm de torque hacen que le sea fácil despegar su turbo apenas a las 1.500 rpm. esta configuración es acompañada por una caja automática secuencial de seis velocidades.
La suspensión, de tipo McPherson con barra estabilizadora adelante, es muy confortable y poco tendiente a “saltar” en las curvas, más a alta velocidad. Así mismo, la dirección cuenta con asistencia eléctrica en función de la velocidad y es verdaderamente suave: un placer para conducir.
El único lunar en su mecánica es su extrema dependencia a la tecnología: desde el freno de mano hasta el medidor de gasolina son electrónicos y cualquier mínima falla hace que el vehículo quede vulnerable.
En cuanto al exterior, luce robusta y con un estilo muy europeo, manteniendo la tradicional parrilla frontal cromada que la distingue de la Crossland. A los costados destaca su línea alta de cintura, el efecto de techo flotante y las líneas muy pronunciadas en puertas y guardafangos trasero. También son para resaltar los protectores en la parte baja de la carrocería y pasos de rueda, que cubren llantas con rines de aleación de 17 pulgadas.
En el interior los apliques en cuero tanto en el tablero como en la cojinería y puertas brindan ese toque de distinción que buscaba Opel para este modelo. el puente central es de un brillante negro muy elegante, al igual que la palanca de cambios y la combinación con el cromo es ganadora.
Las versiones full equipo de Opel suelen traer techos con vidrio panorámico de seguridad para los 5 pasajeros y la Grandland X no es la excepción. Esta camioneta es ideal para viajes largos, pues trae algunas ayudas electrónicas como calefacción en los sillines y extensores de piernas, además de un espacio más que suficiente en la cabina para toda la familia.
De lo que adolece este modelo es de un sistema de info entretenimiento intuitivo, pues los comandos de la pantalla táctil son engorrosos y la sincronización con dispositivos móviles es casi imposible (probado con Android e IOS). Ante lo complicado de emparejar el teléfono con el auto, la mejor opción para el equipo de SEMANA fue la radio.
Uno de sus puntos fuertes es su baúl, con 514 litros de espacio, ampliables hasta 1.652 litros al abatir su segunda fila de asientos en configuración 60/40. Mientras que la apertura de la Croosland solo es manual, aquí puede accederse a este habitáculo de forma electrónica, gracias a un sensor en el bómper trasero por sobre el cual se pasa el pie y permite abrir la puerta de forma “manos libres” y cerrarla igual. Un Gadget a la altura de los Premium.
En ambos vehículos de Opel se pueden observar avances importantes en cuanto a seguridad, con una cámara de reversa que incluye una “simulación 3D”, con la cual se puede observar la ubicación del auto en el espacio de la calle y en el caso de la Grandland X incluye la opción de “parqueo autónomo”, sin la necesidad de que el conductor mueva un dedo. Gran detalle y muy agradecido en un mercado como el colombiano.
Esta SUV se consigue en 2 versiones: La Grandland X Edition 1.6 AT (básica) que cuesta 110 millones 990 mil pesos (Cercana al precio de competidoras como la Mazda CX-5 y Ford Escape EcoBoost) y la Grandland X Elegance 1.6 AT (Full equipo) que sube hasta los 123 millones 990 mil pesos.
Conclusiones
La vocación de la Opel Croosland es la practicidad. Tal vez no sea la elección de un entusiasta de los autos pero sí es una excelente opción para familias que no se preocupan tanto por la entrega de torque y sí por las ayudas electrónicas y “Gadgets” que hacen más fácil la experiencia de conducción. Es un gran primer auto para quien busca confort, distinción y confiabilidad.
En cuanto a la Opel Grandland X, definitivamente el comprador se llevará mucho más por su dinero, pero su precio podría ser más atractivo, teniendo en cuenta opciones más conocidas en el mercado como Toyota, Mazda o Subaru, las cuales llaman la atención del público. Su look y desempeño es el de una Premium, pero aún no se acerca a los líderes de este segmento.
Involucrarse en tecnologías eléctricas o híbridas, además de la llegada del Corsa, podría hacer a Opel mucho más atractiva para los consumidores colombianos, abiertos por primera vez en décadas a probar con otras marcas automotrices ante las evidentes falencias de las tradicionales.