Prima de servicios
Pilas con la prima de fin de año: que no se convierta en plata de bolsillo
Más de 10 millones de trabajadores en el país se alistan para recibir este dinero extra.
Diciembre y junio son, sin duda, los meses más esperados de todo el año por los trabajadores en el país y no es para menos, puesto que en estas fechas es cuando se cancelan las primas de servicios, por lo que entra un dinero extra a los hogares que se utiliza para darse un gusto, ponerse al día con las deudas, estudiar, viajar o simplemente para guardarlo de cara a una emergencia.
Según cálculos de la Asociación Colombiana de Administradoras de Fondos de Pensiones y de Cesantías (Asofondos), se proyecta que cerca de diez millones de empleados reciban esta bonificación en consignaciones que llegarían a los 10,3 billones de pesos, una cifra que ayudará sin duda a mover la economía en tiempos de desaceleración, mediante un consumo creciente de la gente.
En esta ocasión, la fecha límite que tienen las empresas para ponerse al día con este pago es el próximo 20 de diciembre. La prima de servicios, como se le conoce originalmente a este pago, está enmarcada en la ley colombiana como un sueldo adicional que deben recibir los empleados durante el año, el cual se divide en 50 % en junio y 50 % para diciembre. Esto quiere decir que, por ejemplo, alguien que gana un millón de pesos deberá este dinero de más en dos contados de 500.000 pesos a mitad y final de año.
Pese a que muchos hogares les tienen una destinación a estos pagos desde antes que lleguen, no siempre el uso que se le da es el correcto, ya que según algunos expertos, se pueden aprovechar de una forma más inteligente para crecer financieramente y, por ejemplo, empezar a construir una vida sin deudas o con posibilidades de inversión.
En diálogo con SEMANA, Andrés Moreno, analista y asesor financiero, aseguró que el primer paso es no dejarse llevar por la emoción y entender que ya se tiene un presupuesto para vivir todos los meses y que lo mejor es ajustarse a este, tomando el dinero que llega por este concepto como un ingreso extra.
“Las primas de fin de diciembre y junio son un regalo que le dan por un buen trabajo durante el año, hay que usarlas bien. Primero, trate de ahorrar o invertir la mayor parte, aprovechando esas tasas de interés que tenemos en renta fija, así como endeudarse está carísimo, también está muy bueno que la gente que tenga liquidez, aproveche para estas tasas de interés tan altas, ya que seguramente van a bajar el próximo año, entonces aproveche para invertir”, dijo Moreno Jaramillo.
Este experto agregó que “si quiere matar alguna deuda es válido, pero no vaya a abrir una nueva, porque las condiciones de crédito en este momento no son las mismas que hace algunos meses y las deudas anteriores tienen mejores intereses que las que se puedan adquirir de ahora en adelante”.
“Las primas no son para gastarlas todas, no las use en su totalidad porque después de fin de año llega enero y esto acarrea generalmente nuevos gastos o imprevistos y posiblemente se necesite un saldo de emergencia. La recomendación es ver este dinero como un ingreso extra, vivir con lo que siempre se gana y la prima más bien guardarla e invertirla de cara al futuro y hacer planeación financiera”, explicó Andrés Moreno en diálogo con SEMANA.
También hizo un llamado para que las personas no olviden que después de diciembre llega enero y frente a este mes es mejor estar preparado, evitando los apretones de bolsillo que generalmente se dan por culpa de los excesos que se cometen durante las festividades de fin de año.
“No recomiendo gastarla toda, no recomiendo no usarla para crédito si la persona tiene sobreendeudamiento, no aprovechar para bajar el tiempo de los créditos, pagando a capital, no debe usarla en cosas que no necesite. Si hay alguna urgencia, úsela, de lo contrario, no cuente con esa plata y más bien tómela como una opción para crecer financieramente”, concluyó.
Este asesor cerró advirtiendo que en lo posible es mejor no endeudarse, ya que la coyuntura actual de tasas de interés que atraviesa el país, hace que las personas terminen pagando mucho más de lo que quisieran por los préstamos que adquieren, como el de las tarjetas, que no son otra cosa que un crédito de consumo en el bolsillo que se debe usar con inteligencia.