Consumo
Pilas: que su gusto por la ropa no afecte el medio ambiente
El cambio pasa por darle oportunidad a alternativas de economía circular frente a la compra de productos nuevos
Llegó 2023, después de una época de alto consumo y compras, en la que muchos de los productos más comprados son los relacionados con ropa.
Se estima que en el mundo se arrojan al mar medio millón de toneladas de microfibra al año, lo que equivale a tres millones de barriles de petróleo, una cifra que suena alarmante y que pone en evidencia que la industria de la moda es una de las más contaminantes del planeta y que contribuye de manera directa en el cambio climático.
De acuerdo con Tatiana Céspedes, coordinadora de campañas de Greenpeace Colombia, lo anterior se debe al famoso fast fashion o moda rápida, un modelo que cada vez se posiciona más en el mundo, caracterizado por las 56 colecciones anuales y los enormes volúmenes de ropa que se produce a base de fibras sintética procedentes del petróleo -como el acrílico, nylon o el poliéster-.
De acuerdo con la experta, “no es un secreto que el consumismo se ha convertido en el motor del sistema capitalista, en donde es obligatorio responder a las tendencias del momento”.
Sin embargo, aseveró que “hemos comprobado que una sola prenda hecha de poliéster libera hasta un millón de fibras microplásticas en una sola lavada, lo que debería hacernos replantear la necesidad de ciertos productos”.
El medio ambiente
Por si fuera poco, anualmente se requieren 93.000 millones de metros cúbicos de agua para la producción de vestidos, lo que equivale a una cantidad suficiente para que sobrevivan cinco millones de personas.
Agregó que se ha calculado que esta industria es responsable de hasta un 10 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y esconde una realidad, ya que se estima que el 73 % de la ropa producida cada año termina incinerada o sepultada en basureros, lo que contribuye a la contaminación terrestre y atmosférica.
Destacó Céspedes que si bien las grandes marcas han empezado a implementar en su estrategia de mercadeo la venta de prendas fabricadas con fibras recicladas, la realidad es que estos productos representan menos del 1 % de los textiles que se comercializan.
El más visible de estos problemas es la gran cantidad de desechos textiles contaminantes que se envían cada vez más a diferentes países de África y América del Sur. Solo en Bogotá, se producen cerca de 274 toneladas diarias de residuos textiles, lo que equivale a 0,040 Kg/hab./día.
Por tal motivo, el cambio pasa por primar alternativas de economía circular frente a la compra de productos nuevos.