Finanzas
Tips para abrir un crédito sin muchos trámites y ajustado a sus necesidades
La educación es una inversión a la que no se le puede aplazar.
El regreso al colegio puede representar no solo el fin de una temporada de vacaciones, sino el inicio de una gran preocupación económica para padres de familia o estudiantes universitarios, quienes deben de meter mano a sus bolsillos para comprar los útiles escolares o pagar las matrículas académicas.
Cabe señalar que para 2023, de acuerdo con cifras de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), puntualmente en la capital del país y en Cundinamarca se registró un crecimiento de hasta del 18 % en los útiles escolares, un aumento representativo que surge como consecuencia del alza del dólar, la inflación y la crisis vinculadas a la escasez en materias primas. De esta manera, se espera que el gasto promedio en esta categoría sea de $350.000 pesos en materiales, sin contar la categoría de libros.
Mientras que, frente a las inscripciones y matrículas en carreras técnicas, tecnológicas y universitarias, el dato presentado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), encontró que en 2022 se vio una variación de 5,72 % y, teniendo en cuenta, que los índices de inflación se encuentran en “rojo”, puesto que están por encima del 13,12 %, lo más seguro es que durante el 2023 estos datos sigan al alza.
A raíz de esta situación es inevitable no acudir a la solicitud de créditos, pues pese a los incrementos, para los padres de familia y los estudiantes universitarios la educación no se negocia.
Tendencias
“En los últimos tres años, desde Juancho Te Presta hemos logrado desembolsar cerca de $3.000 millones de pesos en créditos para financiar compras y pagos en el sector educativo, pues los gastos de este tipo, tienen diversas facetas y van desde familias que compran útiles para sus hijos, hasta personas que pagan por un diplomado o curso para mejorar su perfil profesional”, afirmó Juan Esteban Saldarriaga, CEO de Juancho Te Presta, quien agregó que para este año espera que la cifra ascienda entre en promedio unos $7.000 millones, para seguir siendo un eje dinamizador de la educación.
Bajo este ideal, cada vez son más las fintechs que buscan contrarrestar problemáticas como la deserción, pues desde la compañía aseguran que existen diversos aspectos atados a la educación que requieren de una financiación, por eso tratan de brindar un apoyo en sectores y aspectos que otras entidades no brindan.
Y es que no es para menos, pues de acuerdo con el ministro de Trabajo, Alejandro Gaviria, desde 2022 se estableció como incremento máximo de 10,84 % en los precios de las matrículas de los colegios públicos, privados y universidades. De acuerdo con cifras oficiales del Sistema de Matrícula Estudiantil del Ministerio de Educación (Simat), el porcentaje de estudiantes que llegan al último año de bachillerato se reduce a casi la mitad de quienes iniciaron su primer grado de primaria.
Visto de otra forma, durante 2012 se graduaron cerca de 534.178 jóvenes, cifra similar de estudiantes que cursan el octavo grado en 2018, lo que representa una pérdida de 194.917 estudiantes (26,73 %) en cuatro años. Sin duda, es un fenómeno que ha existido durante años y que va más allá de la reciente pandemia, pues evidentemente, la falta de acceso a la educación proviene de diferentes causas, entre ellas falta de recursos económicos, de infraestructura, entre otros.
Precisamente, la falta de recursos económicos es lo que lleva a padres de familia y estudiantes a solicitar créditos en Fintechs, otorga créditos y ayudan financieras entre 1 y $5 millones, acompañado de beneficios como cuotas bajas, agilidad en la aprobación de los créditos, desembolsos en 24 horas y débito automático opcional, esto sin dejar de lado las facilidades de préstamos a mujeres por medio de su botón especial en la página web.
Las tecnologías y las startups, son aliados que cada vez se ponen más del lado de los estudiantes y los padres de familia con el objetivo de ser una solución en medio de la incertidumbre mundial y, de los altos costos de vida.