Ya no alcanza la plata: así está cambiando el consumo en los hogares por culpa de la crisis económica

El fantasma de la recesión, alentado por la temporada de ‘vacas flacas’ y desaceleración económica que se vive en todo el mundo, es un tema que sin duda está en el centro de la agenda de los principales analistas, expertos y autoridades financieras en los diferentes países, puesto que los efectos ya se están sintiendo en el bolsillo de los hogares, donde han tenido que cambiar los hábitos de consumo para lograr que el dinero alcance hasta fin de mes.

Si bien este jueves —5 de mayo— arrancó con una buena noticia para los colombianos, puesto que la inflación bajó por primera vez después de más de un año de constantes alzas, los daños a la economía ya están hechos y bastarán muchos meses más para que se recupere la confianza y el poder adquisitivo que las personas han perdido a lo largo de los últimos meses. No en vano la crisis hizo que muchos sacrificaran esos lujos que antes se podían dar y enfocaran el dinero hacia cosas más importantes.

Según un estudio reciente, la crisis económica está afectando los hábitos de compra de los consumidores. La encuesta, realizada por KPMG, reveló que la deuda de los usuarios finales utilizando tarjetas de crédito aumentó significativamente en el cuarto trimestre de 2022, alcanzando un total de 1.2 billones de dólares.

En Colombia, para mayo de 2023, las consecuencias de la recesión mundial son palpables en el comportamiento de los consumidores, quienes han tenido que ajustar sus gastos para hacer frente a la inflación. La tasa de ahorro ha disminuido un 4.7 % para enero de 2023, lo que significa que los consumidores han tenido que gastar los ahorros que lograron reunir durante la pandemia.

En este contexto, los consumidores están priorizando la compra de artículos de primera necesidad y reduciendo gastos en productos como ropa y lujo. La compra de artículos de belleza y moda en centros comerciales ha disminuido en comparación con el año anterior. Sin embargo, el 36 % de los consumidores ahora comparan precios en diferentes tiendas físicas antes de adquirir cualquier artículo, lo que muestra una decisión más consciente al momento de realizar una compra.

La encuesta también reveló que se espera que las compras en línea disminuyan su participación en la billetera de los consumidores. Los compradores prefieren tener más experiencias presenciales y menos virtuales tras las cuarentenas. Es importante mencionar que el 45 % de los consumidores utilizan los teléfonos inteligentes como método de pago, mientras que la mayoría sigue utilizando la tarjeta de débito, tarjeta de crédito y efectivo como métodos de pago principales.

Los resultados de la encuesta muestran varias oportunidades para que las empresas ganen al consumidor, ofreciendo flexibilidad y experiencias especiales, amplificando sus mensajes de valor y, sobre todo, incluyendo a todos los puntos de contacto del consumidor, desde la aplicación hasta la tienda online. Fernando Gamboa, socio líder de Consumo y Retail de KPMG en América del Sur, destaca la importancia de adaptarse a las nuevas modalidades de pago y de brindar experiencias únicas a los consumidores para mantenerse competitivos en el mercado actual.

Las crisis económicas afectan el consumo en los hogares por varias razones. En primer lugar, las crisis económicas suelen estar acompañadas por un aumento en el desempleo y una disminución en los ingresos de las personas, lo que reduce su capacidad para gastar dinero en bienes y servicios. Además, durante una crisis económica, la inflación suele aumentar, lo que reduce el poder adquisitivo de las personas y hace que los productos y servicios sean más caros.

Como resultado, los consumidores suelen cambiar sus hábitos de consumo y priorizar los artículos y servicios de primera necesidad, como alimentos, atención médica y vivienda, sobre los bienes y servicios más caros, como ropa, tecnología y entretenimiento. Además, en momentos de incertidumbre económica, muchos consumidores tienden a ahorrar más y a reducir sus gastos en general, lo que puede tener un efecto negativo en la economía en general y en la actividad empresarial.

En todo esto siempre hay que tener presente que las crisis económicas tienen un impacto significativo en el comportamiento de consumo de los hogares, ya que reducen la capacidad de los consumidores para gastar dinero y los llevan a priorizar los artículos y servicios de primera necesidad sobre los bienes y servicios más caros.